Por Anabel Hernández
El traslado de Sandra Ávila "La Reina del Pacífico". Foto: Especial |
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Sandra Ávila Beltrán, la llamada Reina del Pacífico,
no sólo sobrevivió a la guerra entre los cárteles de la droga en cuyo
núcleo nació por destino y permaneció por sus relaciones sentimentales,
sino también a la persecución del gobierno mexicano y el de Estados
Unidos quienes durante años alimentaron una leyenda negra alrededor de
ella al considerarla pieza clave de operaciones de narcotráfico.
Exhibida en su momento como uno de los mayores trofeos de la guerra
contra el narcotráfico emprendida por Felipe Calderón el sexenio pasado,
tras más de siete años en cautiverio Ávila Beltrán fue absuelta el 6 de
febrero pasado por el Segundo Tribunal Unitario con sede en Jalisco del
delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita y fue
ordenada su libertad.
En septiembre de 2007 Ávila Beltrán fue detenida a los 47 años en la
Ciudad de México junto con su pareja, el narcotraficante colombiano Juan
Diego Espinosa alias El Tigre.
La “Reina del Pacífico” como la bautizó el gobierno de México,
familiar de los capos José Quintero Payán, Rafael Caro Quintero y
Miguel Ángel Félix Gallardo, fue acusada de ser enlace entre los
cárteles de Sinaloa y Juárez, con Colombia.
La PGR le fincó el cargo de delincuencia organizada. Fuentes cercanas
al caso señalan que el gobierno federal torturó a Paulo Espinosa,
sobrino de El Tigre, para involucrar a Ávila Beltrán en el caso del buque El Maciel
incautado en 2001 en México con 9 toneladas de cocaína. En diciembre de
2010 el juez Décimo Octavo de Distrito de Procesos Penales Federales en
el DF, la absolvió por falta de pruebas. El gobierno federal apeló la
sentencia y al ver pocas posibilidades de éxito, en febrero de 2011 la
Unidad Especializada en Investigación de Operaciones con Recursos de
Procedencia Ilícita y de Falsificación o Alteración de Moneda de la PGR
presentó cargos en su contra por el delito de operaciones con recursos
de procedencia ilícita por la adquisición de dos seguros de
vida-inversión de Seguros Monterrey, uno a nombre de ella y otro a
nombre de su hijo José Luis Fuentes Ávila, supuestamente con dinero de
procedencia ilícita.
En agosto de 2011 el magistrado del Tribunal Unitario del DF, José
Guadalupe Luna Altamirano, ratificó la sentencia absolutoria la cual fue
una de las razones por las que la PGR abrió una investigación en contra
del magistrado.
Vinculada a El Tigre, quien fue extraditado a Estados Unidos
en 2009, Ávila Beltrán también fue extraditada en 2012 a petición de la
corte federal de distrito para el Distrito Sur de Florida acusada de
supuestamente haber conspirado para el tráfico de más de 100 kilos de
cocaína. Los pronósticos eran de una sentencia que podía llegar hasta la
cadena perpetua, se declaró culpable del delito menor de haber
asesorado a Espinosa y logró una sentencia negociada de 70 meses de
prisión. La corte tomó en cuenta sus años de prisión en México y en
agosto de 2013 fue deportada a México donde volvió a ser detenida por
los cargos pendientes de operaciones con recursos de procedencia ilícita
de la causa penal 46/2011 y recluida en el Centro Federal de
Readaptación Social 4 en Tepic, Nayarit.
Pese a la petición de la PGR de que se girara orden de aprehensión
contra su hijo José Luis por los mismos delitos, un juez concedió el
amparo contra la orden de captura porque la PGR nunca pudo acreditar el
delito. En septiembre de 2014 el Séptimo Juzgado de Distrito la condenó a
cinco años de prisión por el delito que no pudo acreditarse contra su
hijo. A través de sus abogados de defensa Jorge Hernández Altamirano,
Julissa Camacho y Jorge Espinoza Santillán interpuso un recurso de
apelación ante el Segundo Tribunal Unitario del Tercer Circuito el cual
dictó una sentencia absolutoria porque la PGR no pudo fundamentar que en
la compra de los seguros se usó dinero de procedencia ilícita.
Fuentes consultadas vinculadas al proceso contra Ávila Beltrán
señalan que no existe ya ningún otro proceso en su contra. Al cierre de
esta edición sus familiares esperaban que su liberación del penal en
Tepic, Nayarit se concretara a más tardar la noche del 7 de febrero. A
sus 54 años la Reina finalmente podrá levantar el vuelo.
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