
La historia se supo en todo el sur del estado: el 11 de marzo del 2006, el empresario conocido como “El Potro” apareció muerto en su finca denominada “Los Javieres” en el municipio de Minatitlán. Tenía –aseguran sus familiares y consta en el expediente- cuando menos tres balazos.
En el hecho se involucró inicialmente a su esposa María Isabel Morales, conocida como “La Potra”, la cual tuvo que sustraerse a la acción de la justicia. De igual manera se involucró a su hermana Carolina y a la hija de Isabel, de nombre Damara.
“El Potro” de Medias Aguas, quien había sido propietario de los equipos de beisbol profesional “Potros de Minatitlán” y “Langosteros de Quintana Roo”, fue velado y enterrado entre la indignación de sus familiares. Se dijo después que “fue un suicidio”.
Las mujeres involucradas en el caso volvieron a la vida pública.
Pero en Medias Aguas no olvidan a “El Potro”; el miércoles le hicieron misa. Sus familiares volvieron a comentar: “no fue suicidio”.
La finca “Los Javieres” quedó intestada, al igual que otras propiedades de “El Potro”, pero sus familiares de estas tierras sayuleñas no tienen acceso a las mismas. Dicen que las usufructúa Isabel Morales.
Así, Medias Aguas perdió a uno de sus hijos, se quedó sin un empresario; el beisbol profesional no ha vuelto por estos lares…y de la muerte no hay culpables.
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