lunes, 3 de marzo de 2014

Lady Congreso



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Todos, a sus pies La nueva Gudiño
Luis Velázquez/ Escenarios
Veracruz. 3 de marzo de 2014.-I Parte de la elite priista de Veracruz, quizá la mayoría, acaso toda, está a los pies de la diputada local, Ana Guadalupe Ingram, alias Anilú.


En la LXIII Legislatura, hasta el líder magisterial y coordinador de la bancada roja multicolor, unos 35 legisladores, Juan Nicolás Callejas Arroyo, se le cuadra.
Ni se diga, el resto de diputados hombres y también, quizá, mujeres.
Parte del gabinete legal y ampliado también se acerca y cultiva la amistad, porque la reconoce como Lady Congreso.
La versión, digamos, en el Veracruz contemporáneo de Carolina Gudiño en el fidelato. Ángela Frutis en el sexenio de Rafael Hernández Ochoa. Rosa Luz Alegría con José López Portillo. Quizá Irma Serrano, La Tigresa, con Gustavo Díaz Ordaz.
Es más, ninguna mujer de norte a sur de la tierra jarocha tiene el poder omnímodo de la diputada, quien todos los días de sesión parlamentaria estrena ropita de marca, costosa, zapatos y/o botas costosas, joyas costosas, perfume costoso.
Una Barbie, pues.
Diputados priistas y de otros partidos con años de experiencia, fogueo, mañas, zorrunos, operadores, que en otros tiempos han doblado a políticos sexenales, ahora, tendidos a los pies de la nueva soberana del poder Legislativo.
II
Igual que otras antecesoras ha tenido una carrera meteórica.
En el primer semestre del año 2013 se soñó apenas, apenitas, regidora, y fue tanta su audacia que terminó de diputada y súper jefaza.
Ahora, su liderazgo le está permitiendo, además, otra quimera: trabajar desde el Congreso la candidatura a la alcaldía jarocha.
Pero, bueno, para entonces, el gobernador de Veracruz será otro.
Y si, claro, algún "Niño de la fidelidad" saliera ungido candidato, y lo más difícil y rudo, ganara en las urnas, quizá tendría boleto seguro.
Pero, si en contraparte, digamos, cualquiera de los senadores priistas, Héctor Yunes Landa o José Yunes Zorrilla, se quedaran con la joya de la corona y el trono imperial y faraónico, entonces, adiós, adiosito Lady Congreso, pues ni baranda tocará.
Y es que ella mismo se ha definido, según parece, por la nominación de Alberto Silva, director de Comunicación Social, quien, bueno, con su nuevo cargo se ha alejado en automático más, mucho más, de la esperanza.
Y es que, si por ejemplo, Érick Lagos se sacara la lotería y, oh milagro, ganara en las urnas, el secretario General de Gobierno anda por la vida con otras barbies y para nada necesita a Lady Congreso.
Por el contrario, si Pepe Yunes Zorrilla fuera el sucesor de Javier Duarte, entonces, Ainara Rementería Coello, la suplente en el senado, podría quizá, según trabaje ahora la plaza, remontar el vuelo.
Incluso, camino a la presidencia municipal jarocha.
III
La vida pública demuestra que con frecuencia, la diputación local es la tumba de los políticos.
Salvo excepcionales modelitos, después de la curul la mayoría vuelve a la vida privada, y por tanto, al mejor de los anonimatos.
Y más, cuando el político dejó de utilizar el poder para sembrar amigos que luego, fuera del escaño, pudiera cultivar, pues en política, ya se sabe, todo mundo necesita muletas.
Y es que si el diputado se trepa en los cuernos de la luna y pierde el sentido de la realidad y cree que el cargo público es de verdad, y lo peor, durará toda la vida, está perdido.
Por ejemplo, Lady Congreso dejó excesivos, demasiados muertos, hombres y mujeres, de cuando fuera candidata a la curul a cuando ganara la elección a cuando tomara posesión a cuando han transcurrido semanas.
Es decir, se ha "acarolinado".
Y, bueno, igual que la juventud y la belleza y el cuerpo de Barbie… "todo acaba", y cuando se despierta el sueño, la realidad es demasiado canija.
Y más, mucho más, "en la pinche soledad del poder político" descarrilado, pues si bien le va, el hombre público usufructuará las mieles durante un sexenio, quizá dos, salvo, casos excepcionales, como los Fidel Herrera, Enrique Jackson y José Murat.
Y/o como se ufana Adolfo Mota, secretario de Educación, cuando dice que "yo he tenido suerte, pues desde que inicié en política… nunca me ha faltado chamba".

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