1 de marzo de 2014
Fernando Bribiesca Sahagún, diputado federal plurinominal por el Partido Nueva Alianza (Panal). Foto: Miguel Dimayuga |
MÉXICO,
D.F. (apro).- Seguramente las últimas noticias sobre Oceanografía –la
contratista consentida de Pemex en el sexenio de Vicente Fox e intocable
en el de Felipe Calderón– pusieron en alerta roja al diputado federal
por Nueva Alianza, Fernando Bribiesca Sahagún, a su mamá Marta Sahagún, a
sus hermanos Manuel y Jorge Alberto y pues también al propio
expresidente Fox Quesada.
La gran familia arribista del panismo
(Fox-Sahagún) tuvo como enemigo público a un expriista, Francisco Gil
Díaz, exsecretario de Hacienda del gobierno foxista, o por lo menos eso
nos hicieron creer. Qué Gil Díaz “aborrecía” a los hijos de Marta, en
especial a Manuel y Jorge Alberto, por los excesos en que incurrían al
exigir a directores de Pemex y a encargados de Aduanas que les abrieran
las puertas, ya fuera para conseguir contratos en la paraestatal o para
revisar los grandes contenedores decomisados en aduanas.
Pero hoy, diez años después, nos vamos enterando de que los tentáculos familiares los unían en una sola empresa: Oceanografía.
La
mañana del viernes 28, el procurador general de la República, Jesús
Murillo Karam, nos sorprendió con la noticia de que la empresa había
sido asegurada por un presunto fraude a Banamex por la exorbitante
cantidad de 235 millones de dólares.
Un embargo que curiosamente
fue custodiado por elementos de la Marina, lo que nos hace pensar en la
posibilidad de que el tema no sólo pudiera ser fraude, también
operaciones con recursos de procedencia ilícita o lavado de dinero.
La
empresa adquirió renombre en el sexenio foxista, pues se decía que era
una de las “pantallas” de los hermanos Bribiesca (Manuel y Jorge
Alberto) que, a través de Oceanografía, habían entrado a las “grandes
ligas” de ser contratistas de Pemex.
Sin embargo, no fue hasta
octubre de 2004, cuando el periodista Miguel Badillo publicó una
entrevista con Manuel, cuando supimos que sí, efectivamente, había un
vínculo Bribiesca-Oceanografía.
Pero Manuel matizó la relación y dijo que no eran dueños de la empresa, tan sólo “coyotes”.
“Te
debo decir que sí, mi hermano (Jorge) y mi tío (Guillermo, hermano de
Martita) llamaron a Pemex para que le dieran un contrato a Oceanografía.
Eso sí, siempre con apego a la legalidad (sic) mediante
concurso. Esa empresa dedicada a trabajos petroleros, mi hermano y mi
tío conocen bien a los dueños. Así que no tiene nada de malo que
soliciten en Pemex que se tome en cuenta a Oceanografía para ese
contrato”, le dijo Manuel a Badillo, quien enseguida aclaró al vástago
de Marta Sahagún que eso era tráfico de influencias:
“No, no, no.
Nosotros no tenemos dinero y no hemos hecho ningún negocio sucio. Mi
familia no tiene ni un quinto, que nos busquen”.
–¿Pero sí solicitaron el favor a Pemex? –siguió Badillo.
–Sí.
Ellos lo hicieron por la relación que tienen con los dueños de
Oceanografía. Además, se trata de negocio en que la operación del buque
significa sólo 60 millones de pesos, así que hay utilidades por cien
millones (de dólares)… No hay nada ilícito.
–¿Tú hiciste negocios en Pemex?
–No, nada tengo que ver allí, fueron mi hermano y mi tío –se desmarcó Manuel Bribiesca.
Proceso
publicó en 2007 que Oceanografía fue fundada el 27 de enero de 1980 por
Amado y Darío Yáñez Correa, Samuel Yáñez Chaparro y Alberto Duarte
Martínez. También que siete años más tarde Amado Omar y Carlos Daniel
Yáñez Osuna se incorporaron como accionistas.
Se aclaró que los
hermanos Bribiesca jamás figuraron como dueños de la empresa, pero que
la comisión legislativa investigadora para indagar un presunto
enriquecimiento ilícito de Vicente Fox, su esposa y familiares tenía
entre sus hilos a hilvanar la relación entre éstos y Oceanografía.
Por
cierto, la expresidenta de esa comisión y actual diputada federal,
Martha Lucía Micher, hizo un excelente trabajo de investigación sobre el
caso, pero siguientes comisiones, en especial la última, truncaron las
averiguaciones dejando inconclusa la indagatoria.
Oceanografía nació en 1980, y Proceso
reveló que desde 1996 empezó como contratista de Pemex pero nunca
repuntó, e incluso estuvo a punto de ser embargada por Hacienda en abril
de 2000, por una deuda de 21 millones 130 mil 485 pesos. Sin embargo,
un año después, el 20 de abril de 2001, “se ordenó cancelar el embargo
sobre los bienes”.
Y un año más tarde, curiosamente cuando los
Bribiesca ya andaban de traviesos “coyotes”, la empresa súbitamente
aumentó su capital de 1.5 millones a 126.5 millones de pesos. Y bueno,
de los contratos millonarios ya ni hablar.
Días antes de que se diera “la captura” de Joaquín El Chapo
Guzmán, se empezaron a filtrar averiguaciones previas de la PGR sobre
Oceanografía, sus dueños los hermanos Yáñez, y también se incluyó a un
nuevo socio, Martín Díaz Álvarez. Fue el diario Reforma quien
publicó el jueves 13 información basada en el acta circunstanciada
PGR/SEIDO/AC/UEIORPIFAM/74/2013 y en donde también se dijo que Martín
Díaz Álvarez posee 10% de las acciones de Oceanografía y Amado Yañez
Osuna, 76%
Según la información, Díaz Álvarez habría sido el
“cerebro financiero” de Oceanografía y la Unidad de Inteligencia
Financiera de Hacienda, a petición de PGR, está rastreando sus
movimientos financieros realizados desde diciembre de 2005, pues se le
involucra con la adquisición de gasolina “ordeñada” por bandas del
crimen organizado.
Según la información, Martín Díaz, junto con
otros empresarios, opera una red de gasolineras, principalmente en el
Bajío, que tiene como proveedores a los cárteles y empleados de Pemex
dedicados al robo y “ordeña” del combustible.
A Martín Díaz, socio
de Oceanografía, se le investiga también por lavado de dinero, en
especial a través de la empresa de la cual es presidente del consejo de
administración, Caja Libertad Servicios Financieros, informó el jueves
20 el titular de la Unidad de Inteligencia de la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores (CNBV), Jaime González Aguadé.
Otros de os
socios de la Caja Popular son los hermanos Francisco Javier y Óscar
Rodríguez Gorgio, dueños del Grupo Gasolinero México –que también
estaría siendo investigado por lavado–, y de casas de apuestas, como Big
Bola de Querétaro.
El accionista de Oceanografía, Martín Díaz, es
sobrino de Gil Díaz, el secretario de Vicente Fox y quien traía
supuestamente entre ceja y ceja a los hijos de Marta Sahagún.
Pero todo parece indicar que entre familia y, sobre todo cuando se trata de negocios, no hay malestar que los aleje.
La
gran familia priista sabe de negocios con el gobierno, muchos de ellos
han sido proveedores de la administración federal, ya sea ésta panista o
priista y, bueno, en esta nueva trama de fraude y lavado de dinero no
sólo reaparece la familia Bribiesca-Sahagún, también la veracruzana
Pérez Jácome y la de Gil Díaz.
Aquí el entramado familiar:
Dionisio Pérez Jácome, exsenador por el PRI es padre de Gloria Pérez
Jácome, la misma que el Grupo Salinas de TV Azteca hizo conductora de un
programa de distracción y luego de noticias. Gloria se casó y tuvo dos
hijos de Martín Díaz Álvarez, el sobrino de Gil Díaz.
El cuñado
del también gasolinero Martín Díaz Álvarez, Dionisio Arturo Pérez Jácome
Fiscione, fue un importante funcionario de la administración panista de
Felipe Calderón. Su ramo, el energético.
Y así, toda la familia
Díaz Álvarez y Pérez Jacome parece que se benefició del calderonismo,
tal como ocurrió con los Bribiesca-Sahagún en el foxismo, y quienes
finalmente tienen vínculos y hoy los señalamientos de posible lavado de
dinero los vuelven a unir.
No hay duda que para la transa, la
corrupción, el robo, el lavado de dinero, los cárteles usan a los
políticos o familiares de políticos. ¿Cuánto dinero de cárteles no se
habrá limpiado en el gobierno federal?, aunque por lo menos sabemos que
mediante Pemex unos cuantos millones bien podrían haberse lavado.
Y
bueno, tampoco hay rencillas que valgan entre políticos y familiares
como para abandonar jugosos negocios ilegales, y aquí la prueba nos la
da la el sobrino de Gil Díaz, la familia Pérez Jácome, que quizá nada
sabía Gloria de en qué pasos andaba el padre de sus hijos, pero de
seguro que lo que sí hizo fue disfrutar de los millones de pesos que
generaban sus oscuras actividades.
Habrá que ver qué dicen el
diputado federal Fernando Bribiesca o si sus hermanos Manuel y Jorge
Alberto salen a defender a sus amigos de Oceanografía, como en antaño
“coyoteaban” para ellos, perdón, servían de intermediarios para obtener
contratos millonarios de Pemex.
Dato: Dicen por ahí que Juan José
Guerra Abud, titular de Semarnat y cercano colaborador del equipo
peñista y de Alfredo del Mazo, ya renunció al cargo, que de por medio
hubo un ‘megafraude’… ¿Será?
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx
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