jueves, 7 de julio de 2011

Elba Esther y Yunes: el pleito de las comadres…




Columna: CLAROSCUROS

Por José Luis Ortega Vidal



(1)



Cuando se pelean las comadres salen los trapitos al sol, afirma un dicho popular.
¿Y a quién beneficia el pleito de las comadres?
Normalmente a nadie, salvo a los morbosos y a los chismosos.
Ellas, las comadres, tras hacer públicas sus diferencias; sus antiguos amores y sus nuevos rompimientos; las cochinadas que hicieron juntas; las infidelidades pactadas; los robos ejecutados; las trampas que planearon; en fin, luego de ofrecer detalles mutuos sobre lo marranas que son; sólo consiguen evidenciar lo que ya se sabía de las dos, ratifican lo que se pensaba de su relación; ofrecen pruebas públicas del estiércol que siempre degustaron en privado.
Las comadres en pleito suelen arrojarnos a la cara las pruebas de que todo el tiempo nos utilizaron; que se burlaron de nosotros; que nos saquearon; que nos consideraron una bola de tontos; que sus sonrisas y cariños para con nosotros siempre fueron falsos; que son un par de perversas y cínicas; que son corruptas por naturaleza y que son capaces de todo; que nada las limita y nada las detiene.
Las comadres agarradas del chongo y hablando hasta por los codos nos informan detalladamente sobre su falta de ética, de su inmoralidad, de su ausencia de valores, de su desvergüenza.
Las comadres revolcándose en la banqueta, dándose piquetes de ojos, lanzándose escupitajos, intercambiando insultos, nos ofrecen una imagen triste, lamentable, sobre la condición humana.
Son como La Metamorfosis de Kafka: las comadres un día despiertan y están convertidas en escarabajos.


(2)


¿Miguel Angel Yunes Linares será candidato a Senador por Veracruz?
Es probable.
El ex director del ISSSTE -acusado de robar al Instituto de la Seguridad y la Salud de los Trabajadores del Estado- traicionó a Elba Esther Gordillo, pero aún le es útil a Felipe Calderón Hinojosa; de allí su oxigeno político.
El patrimonio político de Miguel no nace de una trayectoria limpia; su poder no surge de un talento puesto toda una vida al servicio de la gente. Angel no es un millonario que haya acumulado decenas o centenas de millones de pesos a base del esfuerzo y la honestidad y el respeto.
Nada de eso; Yunes es un monstruo político lleno de escamas y de garras de múltiples colores: es azul; verde, blanco y colorado; es morado; es lo que haga falta ser con tal de respirar poder, de olfatear poder, de beber poder, de alimentarse cada día de poder.
Cueste lo que cueste.
Hoy, divertido el Presidente sonríe mientras observa el pleito de las comadres, ambas ex priístas, las dos ex integrantes del partido que el Jefe del Poder Ejecutivo odia.
En el ayer, el Presidente empujó el rostro de Linares en el pastel por el 50 Aniversario de una Institución que ahora se sabe violada, y su gozo en aquella ocasión también fue evidente.
Quizá -en su interior- Felipe Calderón se pensó y se piensa como un hombre tan poderoso que logra lo que nadie: enterrar penosamente un rostro priísta en un pastel tan falso como el festejo institucional.
Pero en fin… Luego de su rompimiento con Roberto Madrazo en la Legislatura donde a Elba Esther se le quitó la coordinación de los diputados priístas para dársela a Emilio Chuayffet; luego de años de amoríos con Elba Esther que le llevaron al Consejo Nacional de Seguridad Pública en el sexenio de Vicente Fox -cuando “El Chapo” Guzmán se fugó de la cárcel-; luego de su arribo a la dirección del ISSSTE; luego de la candidatura del PAN para la gubernatura de Veracruz que estuvo a punto de lograr; luego de traicionar a su madrina política y entregar su rostro a las manos de su majestad Felipe Primero en la imagen del pastelazo de la ignominia, Miguel Angel Yunes Linares aún le es útil al Presidente de la República y al PAN.
De allí, de ese aguante por el pastelazo; de convertirse en alfombra -si es necesario- para servirle al Presidente, le nace al nuevo enemigo de la maestra la posibilidad de ser candidato al Senado de la República.


(3)


¿Y la otra comadre?
Uffff.
La historia de Elba Esther Gordillo Morales es larga, siniestra, dolorosa, llena de cinismo, patética, cruenta, emblemática, históricamente vergonzosa; llena de oprobio.
El Retrato de Elba es igual, idéntico, cien por ciento semejante al de Dorian Gray que nos describió el inolvidable Oscar Wilde.
Mientras Esther acumula poder en un cacicazgo que ha cruzado los siglos, la educación mexicana muere.
Mientras Gordillo sobrevive en medio del placer inagotable de su poderío, el SNTE se pudre.
Mientras la maestra Morales es aliada obligada de alianzas sexenales por parte de políticos y partidos que nacen del asco y la traición, México entero observa la pintura de su rostro desfigurado, con cierto rictus de pudor por el león sacrificado en Africa y la coincidencia en fechas y advertencias con la muerte de su nieto.
Elba Esther Gordillo Morales representa y personifica uno de los rostros más tristes de México: el de un país políticamente inmaduro; una nación de profunda vocación caciquil; una sociedad irremediablemente corrupta.
La historia de la mujer más poderosa de México se remonta a sus doce años de edad, cuando –hija de la maestra Estela Morales- se convierte en educadora de indígenas chiapanecos como parte de una campaña de alfabetización.
La niña Elba Esther le brindó un servicio a la Patria por el cual la adulta Gordillo Morales ha cobrado un costo muy elevado durante cuatro décadas.
Así fue desde la década de los años 70’s, cuando se convirtió en profesora y líder y política y priísta y gente cercana al Cacique magisterial de entonces: Carlos Jonguitud Barrios.
Luego llegaría la época actual, que nace en 1989, cuando Elba Esther se convierte en la todopoderosa líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el SNTE, con más de un millón de maestros y maestras afiliadas en todo el país.
El SNTE, ni más ni menos que el sindicato más grande de América Latina, al que la niña educadora de Chiapas maneja hoy con un liderazgo vitalicio.
Tras el arribo de Carlos Salinas de Gortari al poder, en 1989 Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, es metido a la cárcel bajo una operación de Estado ejecutada por Fernando Gutiérrez Barrios.
Antes de aquel momento, el profesor Joel Vargas Cruz, político de Acayucan, fue uno de los 3 ó 4 oradores que Carlos Jonguitud Barrios llevaba consigo en sus giras por el país, para encabezar actos masivos con los maestros, sus maestros.
El profesor Vargas cuenta en uno de sus libros que al inicio de su carrera la maestra Elba Esther Gordillo laboraba en el Estado de México y era una política opositora al líder nacional del SNTE y estaba creciendo mucho en el EDOMEX.
Ante aquella circunstancia –dice el autor- Jonguitud mandó buscar a la maestra opositora, le dio poder a lado suyo y la convirtió en su amante.
Luego, cuando vio la caída de La Quina, Carlos Jonguitud Barrios habló con Fernando Gutiérrez Barrios y Carlos Salinas de Gortari y les dijo que él “entendía” sin necesidad de llegar a los extremos usados contra el cacique petrolero.
Dos veces Senador de la República, diputado federal, director del ISSSTE entre 1976 y 1979; hijo político de Luis Echeverría Alvarez; acusado de la muerte de maestros opositores, don Carlos entregó el poder del SNTE y se fue a su casa a morir de viejo. Eso sí, muy rico.
Salinas de Gortari utilizó a Elba Esther Gordillo en aquella maniobra y la convirtió en dirigente nacional del magisterio.
Lo que pasó después es historia de los últimos 20 años en el país y es un asunto largo de contar.


(4)


En fin, ocurre que cuando se pelean las comadres, se conocen detalles de sus maldades y se recuerdan historias como éstas.
Elba Esther y sus maestros y maestras vuelven al PRI.
Yunes, quizá sea candidato al Senado; todo depende de los intereses y las decisiones de su Majestad Felipe Primero, muy dado a los pastelazos y a las humillaciones.
Todo depende, pues, de cómo termine el pleito de las comadres, del cual es testigo -hoy en día- el país entero.

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