POR: MUSSIO CÁRDENAS ARELLANO
Actas en mano, Javier Duarte de Ochoa anda en gira de promoción gritando a los cuatro vientos que es el gobernador electo de Veracruz. Dice que las cifras lo favorecen, que su triunfo es inobjetable y que es con votos, no en los tribunales, como se ganan las elecciones.
Con esa argumentación ha embaucado a la cúpula del PRI en un fraude mayúsculo. Hizo hablar a Beatriz Paredes Rangel, su lideresa nacional, y comprometió a la crema y nata del priísmo a no negociar Veracruz, montado en el supuesto intangible de sus 100 mil votos de diferencia con los que, sostiene, derrotó al panista Miguel Angel Yunes Linares en la elección del domingo 4 de julio.
Ufano, el doctor Duarte ha posado para la foto, sonrisa soberbia, robando cámara en la prensa nacional, justo cuando entregaba las pruebas de la victoria a la dirigencia del PRI y acariciando, aunque fuera mediáticamente, el paraíso del poder.
Lo que nunca dijo fue que las pruebas de su triunfo son apócrifas, extremadamente falsas, burdamente hechizas e ilegalmente alteradas para convalidar el fraude con el que pretende asaltar el gobierno de Veracruz.
Hace una semana, el martes 6, en Boca del Río, trascendió la existencia de actas de escrutinio mal clonadas para asignarle a Javier Duarte votos que no obtuvo en las urnas. Frente a los representantes panistas en los consejos distritales electorales, el equipo de Yunes Linares mostró las pruebas del fraude. Comparó un acta original de escrutinio en la elección para gobernador en ese distrito con las que el PRI reclamaba su triunfo; el resultado impactó a todos. No sólo habían cifras diferentes sino tampoco coincidían el tamaño delacta; diseño de espacios en que se asentaron los resultados de la elección; colores de los emblemas de los partidos, y el espaciado entre letras.
A ese hecho aludió INFORME ROJO el 7 de julio, donde quedó en evidencia la disparidad de cifras entre el Programa de Resultados Preliminares Electorales y los registros de las actas de escrutinio.
Hoy, una columna política, “Presagio”, de la autoría de Margarito Zapata, exhibe siete actas de escrutinio en las que el doctor Duarte sustenta sus proclamas de triunfo. Destaca en el documento electoral un sólo tipo de caligrafía en el llenado de los campos con las cifras de la elección. En forma burda, la misma mano fiel deja su huella en actas de distritos tan distantes como Zongolica, Xalapa II, Coatzacoalcos II, Poza Rica, La Antigua y Chicontepec.
Según Margarito Zapata, el llenado de las actas duartistas se realizó en una comunidad del municipio de Coatepec, a unos kilómetros de Jalapa. Ahí también se sabe que se imprimió una dotación de boletas electorales de manera ilegal.
Clonar o falsificar actas electorales es un grave delito. Se trata de documentos oficiales y usarlos para violentar el orden legal se castiga con cárcel.
Duarte presume haber superado a Yunes Linares por 85 mil 575 votos. El Instituto Electoral Veracruzano avala esa cifra. Yunes, en cambio, sostiene que con las actas en la mano, las auténticas, superó al candidato del PRI por más de 100 mil votos.
Yunes es una auténtica migraña para el gobernador Fidel Herrera. En campaña reveló que podía sortear embestidas de prensa y todo tipo de descalificación; operó entre los priístas, provocó desprendimientos hacia el PAN; evitó el derroche en propaganda, los llamados a enfrascarse en la guerra sucia, y mostró alta efectividad electoral.
De ahí que el líder estatal del PRI, Jorge Carvallo Delfín, con la altivez verbal que le caracteriza, haya “retado” al panista a confrontar actas. No se necesita ser un genio para advertir la intención: conocer con qué armamento pelea Yunes Linares, cuántas actas tiene en su poder y cuanto le suman a su causa. Carvallo, en consecuencia, no mereció ni la mitad de una respuesta.
Dice el delfín fiel que las elecciones se ganan con votos, no en los tribunales, y se ha apresurado a hacer públicas las actas de escrutinio que le permiten consolidar la docena trágica de su patrón, Fidel Herrera Beltrán, en Veracruz.
Yunes, por su parte, le apuesta a los tribunales. Sabe que en la instancia judicial acreditará que las actas de su rival Duarte son falsas.
¿Pues no que Javier Duarte de Ochoa era el rey de la popularidad y queridísimo, uña y mugre de los priístas, y que por él apostaban hasta la vida para hacerlo gobernador de Veracruz? Así lo contaba Pulgoso Lagunes, el perro fiel.
Hilvanaba cuentos, inventaba historias y, por supuesto, tejía patrañas; ahora dice que el gordobés no obtuvo más votos en la elección del domingo 4 porque fue objeto de alta traición de sus aliados. La excusa es de kinder. Javier Duarte nunca tuvo el aprecio de las corrientes del PRI, que lo vieron siempre como un candidato impuesto, sin trayectoria, sin trabajo político, sin tamaños para ser candidato del PRI.
De ahí que los 16 distritos en que perdió la elección para gobernador fueran el escenario para un ajuste de cuentas político. Pulgoso Lagunes dice hoy que hubo traición y venganza. ¿Entonces? ¿Dónde quedó la popularidad de Duarte?... El Consejo Municipal Electoral de Coatzacoalcos tuvo que admitir que realizó mal el conteo de votos en la elección del domingo 4.
El miércoles 7 se negó a abrir paquetes electorales que presentaban inconsistencias o dudas, como lo demandaba la representante del PAN, Rosalinda Tolentino Escayola. Cuatro días después, este domingo 11, reconoce que se contabilizaron mal 800 votos que eran para el panista Gonzalo Guízar Valladares y se los asignaron al candidato del PRI, Marcos Theurel Cotero.
Ese miércoles, el presidente del Consejo Municipal Electoral, Adán Escobedo Morales, fue intransigente al no permitir que se realizara un recuento puntual e incluso desacató el contenido del Código Electoral Para el Estado de Veracruz, con tal de no afectar a su compañero de partido, el priísta Marcos Theurel.
Un video difundido por Diario Presencia así lo muestra. Ahora siembra la duda sobre el número total de votos obtenidos por Theurel y el riesgo de que en la impugnación —basada en el derroche de propaganda, guerra sucia, control de funcionarios electorales a través de sobornos y uso de recursos públicos—
mussiojr@yahoo.com.mx
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