“Mexica Tiahui”: Fidel cumplió;
la Sierra ya no estará marginada
+++ De pipa y guante queda la carretera a Rancho La Virgen
+++ Se acabaron los flechazos y deben desaparecer los “piratas”
Por Angel Gabriel FERNÁNDEZ
SOCONUSCO.- En el 2010, a 100 años de la Revolución, la justicia social llega a los pueblos de este municipio; pueblos que llevan camino a lo alto de la sierra.
La obra inició hace varios meses y se pensaba que nunca se iba a acabar; los campesinos se desesperaban y varias veces bloquearon el camino. Finalmente, los 25 kilómetros de asfalto que unen a la comunidad Hipólito Landero con Rancho La Virgen, están a punto de concluirse. Es una carretera si no de primer mundo, cuando menos básica para que los pueblos ya no estén marginados.
Antes, cuando se escuchaba hablar de Rancho La Virgen era sólo para hacer un recuento de los enfrentamientos a machetazos y flechazos que se daban entre los campesinos, en disputa de la tierra. Los papayales quedaban teñidos de sangre.
Otra imagen de la gente de aquellos lugares era la de un indígena melenudo que, sin zapatos, bajaba de la comunidad a la ciudad y a pleno sol se aventaba caminando los casi 20 kilómetros de la carretera Transístmica hasta llegar a la ciudad. Era el indio Simón Navarrete, quien a veces se lanzaba hasta la ciudad de Xalapa y cuando entraba al palacio de gobierno no faltaba quien en broma le dijera que tenía que cortarse las uñas porque iba a maltratar las alfombras.
Al representante de esa gente lo identificaban por su caracol; siempre traía un caracol gigante con el que emitía un sonido y luego decía: “mexica tiahui”, que en el dialecto nahua-mexicano quiere decir “mexicanos adelante”.
Pero esos indígenas no andaban así tanto por gusto, era por necesidad, porque sus caminos estaban para llorar. Una vez que un indígena tuvo que guiar a la policía que investigaba un secuestro, los “rambos” se quedaban pasmados cuando miraban que el guía saltaba cerca y a su paso, descalzo, hasta las espinas de carnizuelo se doblaban. Sus pies ni usaban huaraches, siempre a “raíz” andaban. No necesitaban calzado en esos caminos espinosos.
Ahora, con esa carretera, ya no van a tener necesidad de doblar espinas con los talones; van a poder circular trocas perronas; “surburbias” como dicen los paisanos, “yetas” como dicen los juniors. Por la cinta asfáltica que les hizo el gobierno del estado, podrán circular con sus “naves” escuchando música duranguense o el “iyuúuuuuuuuuu” de la banda El Recodo.
Con la llegada de la carretera deben llegar los autobuses, porque no es posible que a 10 minutos de “La Llave del Sureste”, Acayucan, la gente tenga que seguir viajando como vacas en camionetas “piratas”, de esas que llegan a los pueblos ululando como ambulancias. Debe llegar también el internet para que los estudiantes hagan sus tareas o “chateen” o se encueren en pantalla si así lo desean.
La carretera arranca precisamente por donde tenía su “consultorio” el brujo Cornelio Ascencio, en Hipólito Landero, antes Zacatal; pasa las comunidades Chogota y Chalcomulco y va a terminar a Rancho La Virgen, en donde los indígenas van a seguir siendo indígenas, pero ya con progreso, ya no tan marginados.
No se ha anunciado cuándo van a inaugurar esta nueva vía de comunicación que fue impulsada en su momento por el ahora alcalde electo de Coatzacoalcos, Marcos Theurel. Pero eso es secundario: lo bueno es que ya está lista.
Ahora sí: “mexica tiahui”, mexicanos adelante.
Bueno, con otras palabras: “Veracruz para adelante”.
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