jueves, 29 de julio de 2010

CLAROSCUROS



José Luis Ortega Vidal

(1)

Felipe no es el segundo Presidente panista que tiene la República.
Calderón -en sentido estricto- es el segundo presidente No Priista que ha llegado a Los Pinos.
Hinojosa no milita en el PRI, pero en cambio ejerce el poder con las mismas mañas del partido tricolor.
Lástima: en el año 2000 los mexicanos le apostamos a un cambio democrático y pensamos que el PAN era la opción y no ha sido así.
Seis años de Vicente Fox nos llevaron de la ausencia del PRI a la estupidez vuelta Poder Ejecutivo.
Y ahora, con el calderonismo estamos pagando un precio más alto: la sangre ciudadana como justificación de un ejercicio gubernamental ineficaz.
En pocas palabras y resumiendo la idea: el PRI nunca dejó de gobernarnos.
En el año 2000, cuando pensamos que el PAN nos conducía a la democracia, nos equivocamos: el dinosaurio siempre estuvo allí, nunca se fue; despertamos sólo para ver que Vicente y Felipe son más tricolores que el PRI; que los panistas se traicionan a sí mismos; que su ideología, su historia, su discurso, los mandan por la taza de baño ante el mínimo olor de las “delicias del poder”.

(2)

A la más pura tradición priista Felipe intervino con todo el poder del Estado en las 15 elecciones del 2010.
Veracruz fue su objetivo principal y para ello le dio el pastelazo vergonzoso a Miguel Ángel Yunes Linares y lo lanzó al ruedo sin más argumento que su respaldo omnipotente.
El electorado veracruzano votó mayoritariamente por Javier Duarte de Ochoa y Calderón sacó la amenaza sobaquera y guardó un significativo silencio ante el triunfo del PRI en Veracruz.
La actitud presidencial tuvo un origen justo, pero incurrió en equívocos propios de Hinojosa.
Veracruz no ha sido el único caso impugnado por un perdedor inconforme.
Yunes se dijo robado y legítimamente interpuso su queja ante el Tribunal Electoral Estatal de la entidad.
En teoría, pues, el Presidente no llamó a Duarte en espera del resultado de las autoridades judiciales ante la pugna jarocha.
Sin embargo, en actitud contradictoria y delatora de su antidemocracia, Felipe sí felicitó -por ejemplo- al gobernador electo del estado de Hidalgo, candidato del PRI y también impugnado por su rival, la panista Xóchitl Gálvez.
¿Por qué habiendo dos elecciones impugnadas, ambas con el resultado favorable al PRI y con inconformidad de los abanderados del PAN, Calderón sí felicita en un caso y marca una distancia en el otro?
La respuesta es clara: a Hinojosa le importa un cuerno la democracia.
El Presidente trabaja para sus intereses políticos particulares y lejos de la ideología de su partido, el PAN, actúa como un priista de la vieja guardia: por encima de la autonomía del Poder Judicial, él negocia las respuestas a las impugnaciones ciudadanas.
El TRIFE, pues, no es independiente. Y ese mensaje lo manda el propio Presidente.
Es en Los Pinos donde se reconoce y organizan llamadas y reciben a candidatos electos que el TRIFE terminará reconociendo.
El emperador Felipe coloca el dedo hacia arriba o hacia abajo y sabemos que el TRIFE traducirá la señal y actuará en consecuencia.

(3)

Si fuera un demócrata, Felipe no habría felicitado todavía a ninguno de los candidatos a gobernadores cuyo triunfo estuviera cuestionado en los tribunales estatales: Veracruz, Hidalgo y Durango.

Más aún: dados los resultados de los tribunales electorales de cada entidad federativa, Calderón debió aguardar al resultado del Tribunal Federal Electoral (TRIFE), la máxima autoridad en el país a la que Miguel Ángel Yunes y el panismo veracruzano acudirán para seguir peleando por el triunfo que a nivel estatal nadie les ha reconocido todavía.

(4)

Nos queda claro, entonces, que Hinojosa cedió a la primera en Hidalgo y reconoció el triunfo contra el PAN porque es una entidad electoralmente menos importante que Veracruz.
Se entiende, por otra parte, que el caso veracruzano el Presidente lo pactó con Manlio Fabio Beltrones la semana pasada, cuando el senador norteño acudió a Los Pinos a una reunión privada y después de ese pacto, una vez reconocido Duarte por el Tribunal Estatal Electoral, fue suficiente para que el emperador colocara su dedo hacia arriba.
El escenario ha quedado definido:



a) Habemus Gobernador: Javier Duarte de Ochoa ganó el 4 de julio en las urnas y ganó a la buena, con la mayoría de votos a su favor; pero ahora, además, ha recibido la venia del César.
b) A Miguel Ángel Yunes Linares Calderón lo trambucó sobre un pastel para decirle que sí a su candidatura y ante su derrota electoral lo está utilizando como arma política.
c) Hinojosa usa al TRIFE como arma política: o fortalecen mi Presidencia débil o mis magistrados tiran la elección de Veracruz, le habría dicho el Presidente a Beltrones.
d) Este arroz ya está cocido: el TRIFE ratificará el triunfo de Javier; Yunes recibirá ayuda presidencial para pagar la multa en Miami y luego tendrá puestos federales para su equipo político y los seguidores malogrados como Gonzalo Guízar en Coatzacoalcos; Manlio se fortalece de cara al 2012 y nuestro Presidente de la República ha salido del clóset: si alguna vez fue panista, hoy es un mexicano convencido de que el PRI es el partido del empleo.

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