Déjame que te cuente. . .
Sergio Manuel Trejo González
Me entero ahorita, por las
redes, que falleció.
Lo recuerdo como un buen amigo y excelente ser
humano.
Buen hijo de la inolvidable
y muy noble y abnegada mujer, mi comadre Celia Domínguez.
Buen hermano, buen vecino,
buena persona.
Apreciado y muy querido por
mi señora madre, por mis hermanos y por mis hijos.
A Juanito, lo conocimos
desde hace cualquier cantidad de años, cuando era muy pero muy joven, desde
antes que se fuera a la ciudad de México buscando nuevos horizontes.
Regresó despampanante, con
blonda cabellera, a la african look, para dedicarse a trabajar y trabajar.
Lo tratamos mucho y siempre
muy bien como persona sencilla, cordial y solidaria, muy cercano a mi familia.
En las buenas y en las malas. Siempre presente, presto y dispuesto.
Persona de cocina en general, con especialidad
en repostería.
Preparaba unos exquisitos
chiles rellenos en frío y pastas y lo que cualquier paladar exigente
solicitara, con un toque muy singular.
Vivió durante mucho tiempo
en la calle Guerrero, hasta que parece fue a vivir por la colonia El Fénix,
sobre la calle Águila, lugar en donde suponemos estarán siendo velados sus
restos.
Ese cambio de casa y algunos
padecimientos lo mantenían un tanto alejado de sus conocidos, clientes y
amistades.
La noticia de su muerte me
disminuye, me cala y duele.
No hay palabras que hagan
justicia a lo que fue su trayectoria de vida. Inspiración y talento
gastronómico puro y uno de los mejores en la materia.
Somos muy afortunados de
haberlo tenido en nuestras vidas.
A sus familiares les hago
patente mi respeto y mi muy sentido pésame.
Lo recordaremos con mucho cariño.
Descanse en paz.
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