TIERRA DE BABEL
Jorge Arturo Rodríguez
Un año más y seguimos celebrando el Día Internacional de
la Mujer; continuamos en la lucha por mejorar las condiciones de la mujer en
todos los ámbitos; reflexionando, pugnando, instrumentando acciones para que
sean no sólo escuchadas, sino que se respeten sus derechos, exigiendo espacios,
igualdad de oportunidades, empoderamiento.
António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, expresó que “En el Día Internacional de la Mujer,
debemos comprometernos a hacer todo lo posible para superar los prejuicios
arraigados, apoyar la participación y el activismo y promover la igualdad de
género y el empoderamiento de la mujer.” Suena bonito, cierto; pero, ¡cuánto
trecho falta por recorrer!
En este año el lema es: “Ahora es el momento: las
activistas rurales y urbanas transforman la vida de las mujeres”. ¿Cuándo no es
el momento? Siempre hay que pelear por los derechos, la igualdad y la justicia
de las mujeres; por desterrar el acoso sexual, la violencia y la discriminación
contra ellas, sobre todo ahora que pareciera que hemos avanzado y, de pronto,
nos quitan el velo y nos damos cuenta que estamos retrocediendo.
Según la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos
en México (RNDDHM), nuestro país “de 2012
a 2014 ocupó el segundo lugar en la región por la cantidad de agresiones
perpetradas contra las defensoras, en total 615, es decir, en promedio cuatro
cada semana. Antes se ubicó Guatemala, con 633, y después Honduras y El
Salvador, con 318 y 122, respectivamente.” (Agresiones contra Defensoras de
Derechos Humanos en México. Diagnóstico Nacional, 2017). Y agréguele las de los
años siguientes. Y ni hablar de las pobres mujeres pobres.
En parte de las conclusiones, se señala: “El incremento
de las agresiones y asesinatos contra mujeres defensoras y periodistas en
México evidencia la falta de mecanismos eficaces de prevención, protección y
acceso a la justicia en nuestro país. Es por ello que las defensoras de
derechos humanos trabajamos para generar herramientas y mecanismos de
protección ciudadanos y alternativos que, al contar con perspectiva de género,
satisfagan nuestras necesidades específicas.”
Luego entonces, hay mucho por hacer, sobre todo en un
México donde la violencia se ha vuelto práctica común.
De acuerdo con el “Informe 2017/2018, Amnistía
Internacional. La situación de los derechos humanos en el Mundo”, la violencia
aumentó en todo México: “Las fuerzas armadas seguían llevando a cabo labores
habituales de la policía. Continuaron las amenazas, los ataques y los
homicidios contra periodistas y defensores y defensoras de los derechos
humanos; los ciberataques y la vigilancia digital eran especialmente
habituales. Las detenciones arbitrarias generalizadas seguían derivando en
torturas y otros malos tratos, desapariciones forzadas y ejecuciones
extrajudiciales. Persistía la impunidad por violaciones de derechos humanos y
crímenes de derecho internacional. México recibió la cifra más alta de
solicitudes de asilo de su historia, la mayoría de ciudadanos y ciudadanas de
El Salvador, Honduras, Guatemala y Venezuela. La violencia contra las mujeres
seguía suscitando una honda preocupación; según datos recientes, dos tercios de
las mujeres habían experimentado violencia de género a lo largo de su vida. Dos
grandes terremotos hicieron peligrar los derechos a la vivienda y a la
educación.”
Ahí la llevamos. ¿Qué más peor viene?
Los días y los temas
Talento, creatividad, empeño, capacidad, dedicación y con
más, contamos los mexicanos para seguir, mejorar y sacar de la barranca a
nuestro país. Celebro a la niña de ocho años de edad, Xóchitl Guadalupe Cruz
López. Ella es la primera niña en todo México que recibió en días pasados el
“Reconocimiento ICN a la Mujer”, que otorga el Instituto de Ciencia Nuclear de
la UNAM, por demostrar aptitudes sobresalientes para el trabajo de divulgación
científica.
“Originaria
de la zona Altos de Chiapas, en el sur del país, Xóchitl actualmente cursa el
tercer grado de primaria en la escuela Josefa Ortiz de Domínguez. Desde los
cuatro años mostró su interés por investigar todo lo referente a la ciencia, a
pesar de vivir en una zona rural y no contar con los recursos económicos para
realizar clases extracurriculares.
“Xóchitl
narró que, entre otros proyectos, ha construido un calentador solar de agua
para su propio domicilio, cuyas partes señaló: dos puertas de cristal,
mangueras para la salida del agua que conecta con todos los botes, una que
comunica con el rotoplas (tanque de agua), y botellas.” (sinembargo.mx, 27-02-18).
Por supuesto, felicitaciones para María López de la Rica,
representante de la Asociación “Kalli Luz Marina A.C.”, que apoya a mujeres que
son víctimas de violencia en la Sierra de Zongolica. Ella recibió merecidamente
la medalla “Premio Estatal a la Mujer Veracruzana 2018”.
De que podemos, podemos.
De cinismo y anexas
En entrevista, la autora francesa de Teoría
King Kong, Virginie Despentes, expresó: “Los hombres no son conscientes
de que ellos pueden sentirse fuertes por la calle, en parte, debido a los
agresores. Los violadores y los maltratadores son quienes facilitan a los
hombres esa sensación de “esta ciudad es mía” que nos quitan a las mujeres.
Hace 25 años que escribí Fóllame y durante todos esos
años he escuchado historias de mujeres que han sido violadas. Curiosamente, no
tengo ningún amigo que haya confesado haber violado a una chica. Entonces, si
estoy rodeada de amigas violadas, lógicamente tengo que estarlo también de
amigos violadores. El hecho de que ellos mismos no se reconozcan como violadores
me fascina y pienso que aquí tenemos que hacer algo. No podemos ser tantas
víctimas y tan pocos agresores. Chicos, por favor, empezad a pensar en lo que
hacéis y en lo que repercute sobre vuestra contraparte.” ¡Gulp!
George Eliot, seudónimo de Mary Anne
Evans, escribió: “En ningún momento he dudado que las mujeres son tontas. Al
fin y al cabo el Todopoderoso las creó a imagen y semejanza de los hombres.”
Ahí
se ven.
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