Salvador Cienfuegos, titular de la Sedena. Foto: Octavio Gómez |
MÉXICO, D.F.(apro) Pese a las evidencias testimoniales y
documentales que obran en el expediente penal del caso Ayotzinapa sobre
la presunta presencia de fuerzas castrenses en Iguala, Guerrero, el día
en que desaparecieron los 43 estudiantes de la Normal ‘Isidro Burgos’,
el secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda,
asegura que ese día, el 26 de septiembre de 2014, en el cuartel militar
no había personal ni vehículos disponibles para atender la emergencia.
Además, se congratula de qué así haya sido, porque de lo contrario, advierte, “hubiéramos creado un problema mayor”.
En la segunda y última parte de la entrevista concedida al periodista
Jorge Fernández Menéndez y que reproduce el diario Excélsior, el
titular de la Sedena habla sobre el caso Ayotzinapa y subraya que de
haber intervenido en los sucesos de Iguala los soldados se hubieran
puesto a las órdenes de la autoridad local, es decir, las policías
municipales “que, hoy sabemos, estaban coludidas” con el crimen
organizado.
Por fortuna, prosigue, ese día no había gente, salvo la elemental, la
de servicios. “Cuando la gente regresa, ya habían sucedido esos hechos
(la desaparición de los normalistas) y salen cuando se sabe que hay
personas armadas, en una clínica. Ellos acuden y encuentran ahí a 25
jóvenes que se identifican como estudiantes, que no estaban armados. Uno
de ellos tenía una herida en el labio superior, sangraba, se les
ofreció una ambulancia y no la quisieron. Ahí están los reportes.
“Entonces, en el momento en que suceden los hechos, no teníamos con qué haber salido…”.
Cienfuegos Zepeda aclara asimismo que antes de la desaparición de los
normalistas el Ejército nunca intervino en las diferentes
movilizaciones que los jóvenes realizaron y que no había razón alguna
para intervenir el 26 de septiembre del año pasado. “Ahora, de haber
tenido gente y haber salido a contener este problema, se tiene que
apoyar a la autoridad y la autoridad es la policía que hoy sabemos
estaba penetrada”.
Sobre la petición de los padres de los normalistas y del grupo
internacional que investiga los hechos de acceder a los cuarteles
militares, el mando castrense dice:
“Bueno, primero no encuentro, ya no digamos el indicio o una razón
legal para hacerlo, no encuentro ni el pretexto para hacerlo. Si
nuestros soldados no han sido señalados en ninguna de las averiguaciones
¿cuál es la razón de ir a los cuarteles?
“Se dijo que habíamos participado en ese crimen horrendo que se dio
en Cocula. Ya se demostró que no. Luego, como no fue eso, dicen que los
tenemos retenidos, secuestrados, no puede ser una mentira de ese tamaño.
¿Qué interés podemos tener en eso? Eso ya tampoco fue, entonces dicen
que los asesinamos y los enterramos. Nosotros no tenemos crematorios ni
en el Hospital central Militar. Hay crematorios en las funerarias
militares…”.
El secretario de la Defensa pone luego punto final a ese asunto en
particular: “No hay una razón para que se permita la entrada a los
cuarteles, no tenemos por qué hacerlo, no estamos dispuestos. No hemos
cometido ninguna falta”.
En la entrevista, Fernández Meléndez le pegunta también sobre otro caso espinoso, Tlatlaya. El militar de carrera explica:
“Yo aquí podría señalar algunas incongruencias: primero, hoy se dice
que se ordenó abatir a delincuentes, eso es un error, un lamentable
error”.
Según el general de División, la orden escrita dice a la letra
“abatir homicidios perpetrados por los delincuentes en horas de
oscuridad y no abatir delincuentes en horas de oscuridad, como se
difundió en la prensa. Eso le cambia el contexto a todo”.
Añade: “Yo he insistido que es importante, necesario, urgente, que se
lleve a cabo el juicio y que si nosotros somos responsables, bueno, que
cada quien reciba el castigo que le corresponde por cometer delitos,
pero si no lo son, pues también que se diga que son inocentes”.
La información que me han hecho llegar -dice- es que se da este
enfrentamiento, se suspenden los balazos de ambos lados, el personal
militar va a ver al soldado que resultó herido y quedan tres en la
entrada de ese pórtico y el sargento que estaba ahí decide ingresar a
ver a qué se estaban enfrentando, no podían saber ni cuántos eran ni qué
estaban haciendo ahí, pero lo que sí hubo fue la agresión, entonces
ellos (los militares), tuvieron que responder; entran y lo que dicen
ellos es que empiezan a ver movimientos y cerrojeo de armas, bueno, pues
ellos todavía estaban en un enfrentamiento.
“Hay quienes dicen que siete soldados sometieron a 22 personas de
diferentes edades, armados, que la mayoría había consumido alguna
sustancia tóxica y que estuvieron ahí hasta las dos o tres de la mañana,
entonces habría que poner todo eso en contexto y ver qué pasó”.
El caso del helicóptero derribado en el estado de Jalisco también fue
tema de la entrevista. En ese punto, Cienfuegos Zepeda resalta que en
el incidente, 15 elementos perdieron la vida en una emboscada y que “no
hubo protestas importantes sobre este hecho. No vi una esquela de
nadie”.
En cambio, refiere que a los criminales hay personas que les lloran, los convierten en mártires
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