miércoles, 21 de mayo de 2014

Renato Tronco, 12 sesiones sin legislar; “Ando que me lleva la madre”, dice



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•Cínico, Renato Tronco llega al Congreso a cobrar
•No me pagan, dice
•Regresa con botines negros, como de repartidor de leche; pero riquillo
•“Yo no hago berrinches”

Por: Noé Zavaleta/Agencia Blog Expediente

Oaxaca, México; 21 de mayo, 2014.-- Minutos antes de que la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso Local, Ana Guadalupe Ingram, diera el campanazo para iniciar la Cuarta Sesión Ordinaria del Segundo Periodo del Congreso Local, Renato Tronco Gómez, diputado local del distrito de Las Choapas, apareció subiendo las escalinatas del Congreso Local fresco como una lechuga, tras doce sesiones de inasistencia.
Arribó de botines negros –como de repartidor de leche- pantalón de mezclilla y cinturón de piel de culebra apretando el pantalón. Sombrero de vaquero sureño para no desentonar el atuendo.
Sonriendo, presumiendo blanca dentadura, irguiendo el pecho, Tronco Gómez se paró en la parte baja de su curul dispuesto a aguantar la metralla mediática y política, en donde ante todo dejó en claro el principal motivo de su asistencia: “Voy a pasar a cobrar, tiene como dos meses que no me pagan”.
Después, Renato Tronco presumió que sus relaciones con el gobernador Javier Duarte “están excelentes”. A pregunta expresa negó que el ejecutivo priista “le haya jalado las orejas”, incluso se descubrió los oídos del sombrero para mostrarle al reportero que no se había dado “ningún jalón”.
Diez minutos de atropellada entrevista, Ingram Vallines reía divertida desde lo alto del salón de plenos y varios legisladores del PRI se entretenían en sus smartphones, mientras Tronco seguía -entretenido- dando argumentos vacuos a los reporteros.
“Berrinches no hago. No sé cuántos días más pasen; pero sí nos vamos” (de la política y de solicitar licencia al Congreso Local).
Mientras Tronco contestaba las preguntas que le parecían convenientes,la entrevista banquetera se convirtió en pachanga; algunas reporteras lo regañaban por cobrar sin trabajar, otros le decían berrinchudos y una más le cuestionaba sobre si ya había encontrado productora discográfica para que le produjera su ópera prima musical del género ranchero.
Renato Tronco Gómez, exdiputado y exalcalde del PAN, exlegislador y presidente municipal del PRI, bautizado por el exgobernador Fidel Herrera como el “mejor guerrero electoral” y hoy parlamentario por el Partido Verde Ecologista de México, aseguró que sus conflictos y desavenencias con el sistema son de tipo electoral y político.
“Es un tema electoral, es un tema de elección, local, regional y es un tema de diputados. Hoy vine porque vine a cobrar, reitero tiene dos meses que no cobro, además tenemos que venir a cumplir…Que si venimos porque venimos, sino porque no venimos, ustedes imaginaron mucho”, justificaba Renato Tronco.
El legislador hoy se encuentra disgustado con el gobernador Javier Duarte y con la dirigencia de su partido, el PRI, por marginar a su hermano Miguel Ángel de la candidatura a la alcaldía de Las Chopas, donde habrá elecciones extraordinarias la primera semana de junio.
Apenas hace unos días, desde su pueblo natal, Tronco Gómez recriminaba: “Ando que me lleva la madre. Ya no van a estar los Tronco en la política. Si ese era el problema, se acabaron los problemas. Juro por mi esposa, por mis hijos, por mi madre y por mi padre (estos últimos) ya sepultados, que nunca más volveré a ser candidato”.
Sin embargo, este jueves, con el aparato mediático de la capital del estado, Renato Tronco cambio el guión: “Ustedes (los reporteros) escribieron mucho, comunicaron mucho, imaginaron mucho, hablaron por muchos. Nosotros simple y sencillamente nos retiramos de la política, pero (nosotros) diremos cuando”.
Acabada la entrevista, inició la Cuarta Sesión Ordinaria, Tronco se sentó junto a otro diputado cacique, Juan Cruz Elvira, mientras se leía la correspondencia legislativa, la otra legisladora del Partido Verde Ecologista, Mónica Robles lo ponía al tanto de los últimos aconteceres en el Congreso Local. Ahí la diputada de Coatzacoalcos lucía molesta, parecía que lo reprendía por tantas ausencias.
Sin embargo, Renato Tronco lucía despreocupado, sorbía con enjundia su café, posaba para los fotógrafos, ojeaba un periódico y levantaba el pulgar a las cámaras, en señal de que la familia Tronco Gómez puso al Poder Legislativo de rodillas.

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