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•Sería terrible error •El Berlusconi jarocho Por: Luis Velázquez/@BlogExpediente
Veracruz, México; 22 de mayo, 2014.--
El colmo de la frivolidad política y priista sería que hacia el 2015
una serie de barbies fueran nominados candidatas a la Cámara de
Diputados.
Por ejemplo.
Corintia Cruz Delgado, aquella reini que
en su primera etapa en el CDE del PRI solía decir todas las mañanas de
oficina que “anoche Javier me dijo”, quizá, acaso, para imponerse sobre
los demás.
Dominga Xóchilt Tress, la directora de
Espacios Educativos que llegó a Xalapa oliendo a piña y conquistara a
los adolescentes de Veracruz con sus fotos íntimas trepadas en las redes
sociales, al parecer por una de sus adversarias, pues en política la
peor enemiga de una mujer… es otra mujer.
Ana Guadalupe Ingram, cuya primera
acción legislativa en el Congreso fuera cambiarse de nombre porque así
la conocen en la tele y quien ante el notario público de Alvarado,
Israel Ramos Mange, firmara una acta donde garantizaba contra viento y
marea que si llegaba a la curul por ningún concepto dejaría inconcluso
el escaño para “defender los intereses de los veracruzanos” a base de
una alta productividad, empleo para todos, una familia segura y
transparencia total.
Ainara Rementería Coello, quien
abandonaría la paz de su hogar con su retoño para entrar de lleno atrás
de la curul federal, y más porque es senadora suplente de José Yunes
Zorrilla y, por tanto, se cree y siente con todo el respaldo del planeta
y sus astros.
Érika Ayala, la exsecretaria General del
CDE del PRI y efímera presidenta sustituta, dirigente sindical en el
COBAEV, una de las barbies de Elizabeth Morales (Elmo) quien sin éxito,
ni modo, así es la vida, lanzara a Shariffe Osman como candidata a la
alcaldía de Emiliano Zapata.
Quizá, acaso, la Barbie Flor de María
Ruiz Haddad, la operadora política de Elmo en el PRI, encargada del
fulminante despido de los trabajadores con antigüedad, estaría
tramitando boleto para la curul, en base, digamos, a la ley de género
establecida por el presidente Enrique Peña Nieto.
Y, bueno, hasta Fabiola Vázquez Saut,
con experiencia legislativa, sentiría que su nombramiento como
subsecretaria de Desarrollo Agropecuario apenas y fue una paseadita
mediática camino, digamos, al Congreso de la Unión.
Las barbies anteriores tienen una característica común: barbies al fin, son guapas, bonitas, atractivas y sensuales.
Y más aún si se considera, como en unos casos, que “en la vida ninguna mujer es fea sino, en todo caso, pobre”.
Y pobre, digamos, para financiarse una trasteada plástica.
Además, todas están ligadas al jefe
máximo. Y si Vladimir Putin y Silvio Berlusconi obsequiaron escaños a
sus noviecitas, ninguna ley terrenal lo prohíbe.
II
Del “G/7” de las barbies anteriores, y como es lógico, unas son más seductoras que las otras, pues así es la naturaleza humana.
Unas, más audaces y temerarias. Civilizadas. Con más fogueo partidista. Con más operación política.
Todas, sin embargo, bonitas. Y con un
objetivo político claro y definido, como dijera Marisol I, a la hora de
registrarse como candidata a reina del carnaval, “quiero ser diputada”,
como avisando a Érick Lagos, secretario General de Gobierno, y a Elmo,
presidenta del CDE del PRI, que la consideren en el arrastre popular y
en la Diosa Encuesta.
Y por tanto, llevan las de ganar.
Y porfis, que nadie tenga pensamientos malsanos, pues en todo caso la historia se está repitiendo.
El ejemplo más reciente es Carolina
Gudiño Corro, quien en menos de un sexenio fuera directora del Instituto
de la Mujer, diputada local y federal, y alcaldesa, y hasta soñara con
la candidatura priista a la gubernatura, conflictuándose con, entre
otros, Salvador Manzur Díaz y Alberto Silva Ramos, quienes estaban con
Javier Duarte.
Desde luego, la historia más lejana
estaría, digamos, con Rosa Luz Alegría, cuando fuera entronizada como la
primera secretaria del gabinete federal por José López Portillo.
Y más lejana sería el caso de Irma
Serrano, la senadora de la república que le llevara serenata a Los Pinos
una madrugada al presidente Gustavo Díaz Ordaz.
III
En fin, que en la paz todo es posible, y
si una Barbie sirve al partido tricolor para ganar en las urnas,
cualesquiera sea su origen, ya lo dijo el presidente Luis Echeverría
Álvarez, “¡arriba y adelante!”.
Incluso, si a esas vamos, en su sexenio
Echeverría tuvo dos barbies jarochas (a una de ellas la conoció en un
desfile de bastoneras en la preparatoria) y que por cierto a ninguna
llevara al Congreso de la Unión, quizá, acaso, porque ellas tenían otros
intereses… (El Piñero).
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jueves, 22 de mayo de 2014
El "G7" de las barbie´s de Veracruz en busca de nominaciones a curules federales
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