*** Esto se llevará a cabo en
260 municipios, entre ellos de Veracruz, alertan investigadores y senadores ***
No van a respetar ni áreas dedicadas a la agricultura, la ganadería,
actividades turísticas o zonas de interés arqueológico *** Regresarán las guardias blancas de hace 76 años.
Por David Martínez Huerta/
abril 6 de 2014
Ciudad de México, 6 de abril
(SinEmbargo).– Tierras ejidales, comunales y de pequeños productores agrícolas,
en cuyo subsuelo yacen miles de millones de dólares en energéticos, están en
riesgo de ser despojadas de sus actuales dueños, con la Reforma Energética del
Presidente Enrique Peña Nieto, advirtieron expertos en energía y legisladores
de izquierda.
Alertaron que la
expropiación de tierras podría reglamentarse en las leyes secundarias, que el
mandatario enviaría próximamente al Senado, pues así quedó estipulado en los
artículos transitorios de la Reforma Constitucional, aprobada en diciembre
pasado.
David Bahen, doctor en
Física Teórica, detalló que las grandes empresas trasnacionales petroleras y de
explotación de gas shale requieren seguridad jurídica para apropiarse de
grandes extensiones de tierra y mar para realizar las actividades que les permitirá
la Reforma Energética.
“En la tierra se tiene
previsto como una de las grandes apuestas de este gobierno, la exploración y
explotación del gas de lutitas.
Eso significa una
exploración masiva, es decir miles de pozos, en grandes extensiones de terreno,
lo que significa su apropiación, por allí empieza el despojo”, aseguró el
también ex dirigente obrero del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas
de la República Mexicana (SUTERM).
Asimismo, el senador Luis
Sánchez Jiménez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), explicó que el
octavo transitorio de la Reforma Constitucional considera de “interés social y
orden público” a las actividades de exploración y extracción de hidrocarburos,
así como el servicio público de transmisión y distribución de energía
eléctrica.
Esto significará, en la
práctica, que en este nuevo marco jurídico las empresas privadas, nacionales y
extranjeras, tendrán preferencia sobre la propiedad privada.
“Se pasará de un régimen de
propiedad nacional a otro privado, que implicará procesos de concentración, lo
que puede traer consecuencias sociales incalculables como el desarraigo de
pobladores, la ruptura del tejido social, la aparición de fuerzas armadas
privadas de las compañías y cacicazgos locales, injusticia y exacerbación del
resentimiento social”, alertó el Legislador por el Estado de México.
Por su parte, Francisco
Cravioto Lagos, investigador del área de presupuestos y políticas públicas del
Centro de Análisis e Investigación, Fundar, detalló que cuando se le da
preferencia a una actividad económica sobre cualquier otra, ya sea social o
cultural, necesariamente entrará en contradicción con otras normas
constitucionales.
“Cuando se presente en un
sitio determinado donde se realicen actividades diferentes como es la
agricultura, la ganadería, actividades turísticas, sobre todo si hay
explotaciones en zonas de interés costeras o en zonas de interés arqueológico,
será muy grave que se le dé prioridad a las actividades [de exploración y
explotación de hidrocarburos], por encima de otros usos de terreno”, subrayó el
especialista.
Al mismo tiempo, destacó que
la Reforma Energética peñista no incluye ninguna norma para que las poblaciones
que habitan cerca de los sitios ricos en hidrocarburos participen en consultas
públicas si quieren que se realicen estas explotaciones o no.
En el caso de las
poblaciones indígenas, existe un derecho plasmado en el convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), homologado a rango
constitucional, para que los pueblos originarios sean consultados sobre este
tipo de decisiones.
No obstante, la población no
indígena también debería tener derecho a tomar decisiones consensuadas e informadas
con la autoridad, sobre si desea llevar a cabo este tipo de proyectos o no.
“Eso no aparece por ningún lado en esta
Reforma Energética y eso es particularmente grave no sólo en términos de
fracking, también en explotación petrolera”, alertó Francisco Cravioto.
ZONAS EN RIESGO
En el Senado de la
República, el perredista Luis Sánchez señaló que la Reforma Energética pone en
riesgo de expropiación las propiedades de millones de mexicanos que habitan en
12 estados y 260 municipios, por albergar hidrocarburos en su subsuelo o por
ser sitios donde pasan redes de trasmisión y distribución de electricidad.
Según estudios realizados
por el propio Legislador, estarían en riesgo comunidades de Chihuahua,
Coahuila, San Luis Potosí, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Puebla, Hidalgo,
Tabasco, Oaxaca, Chiapas y Campeche.
El Senador perredista dijo
que la Reforma Energética no toma en cuenta que la mayoría de las tierras
comprometidas están bajo un régimen ejidal o comunal, y que la reforma de Peña
Nieto ignoró la personalidad jurídica de los núcleos de población ejidales y
comunales que otorga la propia Constitución, la cual también protege su
propiedad sobre la tierra, tanto para el asentamiento humano como para
actividades productivas.
El también vicepresidente de
la Mesa Directiva anticipó que se verán afectadas comunidades de más de 260
municipios, en dónde se lleva a cabo la extracción y la exploración de
hidrocarburos, y por donde pasa la infraestructura de transmisión y distribución
de electricidad, así como subestaciones y demás instalaciones que implican esos
servicios.
Todo junto, precisó,
involucra más de 400 mil kms2 del territorio nacional. Pero no solo afectará a
los estados ricos en petróleo, también estarían en riesgo las comunidades en
cuyo subsuelo se encuentra la roca de lutitas, de cuya fragmentación resulta el
gas shale, la gran apuesta energética del gobierno de Peña Nieto.
En Estados Unidos existe un
boom casero de gas shale, que ha provocado que se perforen miles de pozos al
norte de la frontera con riesgos posiblemente irreparables para el medio
ambiente local.
La explotación de este
energético requiere una gran cantidad de agua mezclada con químicos dañinos al
medio ambiente, los cuales se utilizan para explotar el mineral de lutita, que
se encuentra aproximadamente a mil 550 metros de profundidad.
Para su extracción se
requiere la perforación de cientos de pozos en una enorme extensión de
territorio. “Cada pozo tiene una distancia de 400 metros, entonces imagínese usted,
haciendo una matriz de puntos donde pone 400 metros de distancia entre cada
uno, y pone centenares de pozos en una explotación determinada, ya estamos
hablando de una superficie bastante considerable.
Además de que la industria
tiene que generar todas las carreteras que se requieren para conectar todos
estos pozos”, explicó Francisco Cravioto, especialista de Fundar.
En México afectará
directamente a las comunidades de los estados de Coahuila, San Luis Potosí,
Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Puebla, Hidalgo y Oaxaca.
“Entonces, no solo habrá
depredación sino un gran despojo que afectará obviamente a los más débiles en
primer lugar. A los que poseen escaso terreno y que es su única propiedad”,
recalcó el especialista David Bahen.
La investigación del
Legislador Luis Sánchez se realizó con información difusa proporcionada por
Pemex Exploración y Producción y la Comisión Nacional de Hidrocarburos, para
localizar los núcleos agrarios y pequeñas propiedades en municipios, por lo que
exigió a estas dependencias que revelen información oficial de las reservas
probadas, probables y posibles en México, para que el análisis sea más exacto.
DESPLAZAMIENTOS
FORZADOS
El panorama expuesto por los
expertos no está alejado de lo que actualmente sucede en estados mineros, donde
se construyen hidroeléctricas y en zonas ricas en energéticos.
“Actualmente esto ya existe,
principalmente con relación a la energía eólica que ha sido puesta en manos de
trasnacionales. Como ejemplo está el caso del Istmo de Tehuantepec, se apropian
de los terrenos por la vía que sea, sea la venta sea la compra, o el despojo
pleno y las comunidades terminan perdiendo sus tierras. Aún en el caso que las
renten, que lo hacen de forma miserable”, alegó David Bahen.
En un texto del Movimiento
Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos, se enumeran
varios casos de comunidades desplazadas de forma violenta en México para
construir obras hidroeléctricas, que finalmente no generaron desarrollo
económico sustentable a nivel local.
A inicios de la década de
1950, la construcción de la presa “Miguel Alemán”, entre los Estados de Oaxaca
y Veracruz, provocó el desplazamiento forzado de 22 mil indígenas mazatecos.
Como medida de presión,
grupos de choque incendiaron las casas de quienes se rehusaron a perder sus
hogares.
En 1972, la presa “Cerro de
Oro” en Oaxaca desplazó a 26 mil campesinos, en su mayoría indígenas
chinantecos.
A más de 40 años de estos
hechos, los afectados por este desplazamiento continúan un proceso legal para obtener
indemnizaciones justas.
La presa “El Caracol” en
Guerrero (1981-1986) afectó a la comunidad de Balsas Sur, cuyos pobladores se
resistieron a abandonar su territorio hasta que la Comisión Federal de
Electricidad (CFE), inundó la comunidad sin previo aviso.
Después de la tragedia, la
comunidad logró un amparo y se detuvo la obra.
REGRESO
A LAS GUARDIAS
BLANCAS
DE HACE 76 AÑOS
Los especialistas
coincidieron en que la Reforma Energética de Peña Nieto hará que el país
retroceda 76 años en la historia, para enfrentar circunstancias similares a que
se registraron previo a la Expropiación Petrolera de 1938, en la que los dueños
de la tierra eran expulsados de las mismas.
“Quizá ahora sea peor ya que
la Ley Petrolera de 1925 les daba derechos a los ‘superficiarios’; en aquella
ley los concesionarios los incorporaban a sus proyectos y les daban el 11 por
ciento de utilidades. Hoy en la reforma de diciembre de 2013 no se les toma en
cuenta”, argumentó el Senador Luis Sánchez.
Por su parte, el ex dirigente
del SUTERM, David Bahen, detalló que la situación será de riesgo latente para
las comunidades más pobres y vulnerables, pues la explotación petrolera y la
industria eléctrica, cuando la lleven a cabo los particulares, tendrán un
evidente propósito de lucro particular.
“En lo sucesivo, de acuerdo
a ese artículo [octavo transitorio], se va a regresar a un esquema que ya se
vivió y que fue nefasto.
Por una parte, Pemex va a
realizar actividades de exploración y explotación, básicamente lo que actualmente
realiza, pero no todo.
Otra parte la harán las
trasnacionales y lo harán no solamente en la plataforma terrestre, sino en la
plataforma marina. Estamos hablando de 570 mil km2 en el mar”, apuntó.
Advirtió que no existen
muchas posibilidades de que las leyes secundarias vayan en sentido contrario de
estos pronósticos, pues la Reforma Energética entrega la posibilidad a empresas
trasnacionales para realizar actividades estratégicas, sin ningún tipo de
control u obligación de respetar los asentamientos humanos o el equilibrio
ecológico local.
“Una perforación masiva en
manos de las trasnacionales que jamás toman nota de los asuntos ambientales ni
les preocupan, significa una depredación muy fuerte que supera cualquier
pueblito, a cualquier comunero, a cualquier núcleo pequeño de población”,
explicó.
“¿Cómo controlar a
trasnacionales? No hay manera. Porque el Gobierno federal, en los 21 artículos
transitorios, lo que propone es el desbarajuste, el descuartizamiento de la
industria petrolera y de la industria eléctrica”, sentenció David Bahen.
Este contenido ha sido
publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección:
http://www.sinembargo.mx/06-04-2014/952404. Si está pensando en usarlo, debe
considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un
enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido.
SINEMBARGO.MX
La Reforma Energética
traerá desalojos y expropiaciones en 260 municipios, alertan
investigadores y senadores
Por: David Martínez Huerta - abril 6 de 2014 - 0:05
Destacadas, México, TIEMPO REAL, Último minuto - 5 comentarios
Ciudad de México, 6 de abril (SinEmbargo).– Tierras ejidales, comunales y
de pequeños productores agrícolas, en cuyo subsuelo yacen miles de
millones de dólares en energéticos, están en riesgo de ser despojadas de
sus actuales dueños, con la Reforma Energética del Presidente Enrique
Peña Nieto, advirtieron expertos en energía y legisladores de izquierda.
Alertaron que la expropiación de tierras podría reglamentarse en las
leyes secundarias, que el mandatario enviaría próximamente al Senado,
pues así quedó estipulado en los artículos transitorios de la Reforma
Constitucional, aprobada en diciembre pasado.
David Bahen, doctor en Física Teórica, detalló que las grandes empresas
trasnacionales petroleras y de explotación de gas shale requieren
seguridad jurídica para apropiarse de grandes extensiones de tierra y
mar para realizar las actividades que les permitirá la Reforma
Energética.
“En la tierra se tiene previsto como una de las grandes apuestas de este
gobierno, la exploración y explotación del gas de lutitas. Eso
significa una exploración masiva, es decir miles de pozos, en grandes
extensiones de terreno, lo que significa su apropiación, por allí
empieza el despojo”, aseguró el también ex dirigente obrero del
Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana
(SUTERM).
Asimismo, el Senador Luis Sánchez Jiménez, del Partido de la Revolución
Democrática (PRD), explicó que el octavo transitorio de la Reforma
Constitucional considera de “interés social y orden público” a las
actividades de exploración y extracción de hidrocarburos, así como el
servicio público de transmisión y distribución de energía eléctrica.
Esto significará, en la práctica, que en este nuevo marco jurídico las
empresas privadas, nacionales y extranjeras, tendrán preferencia sobre
la propiedad privada.
“Se pasará de un régimen de propiedad nacional a otro privado, que
implicará procesos de concentración, lo que puede traer consecuencias
sociales incalculables como el desarraigo de pobladores, la ruptura del
tejido social, la aparición de fuerzas armadas privadas de las compañías
y cacicazgos locales, injusticia y exacerbación del resentimiento
social”, alertó el Legislador por el Estado de México.
Por su parte, Francisco Cravioto Lagos, investigador del área de
presupuestos y políticas públicas del Centro de Análisis e
Investigación, Fundar, detalló que cuando se le da preferencia a una
actividad económica sobre cualquier otra, ya sea social o cultural,
necesariamente entrará en contradicción con otras normas
constitucionales.
“Cuando se presente en un sitio determinado donde se realicen
actividades diferentes como es la agricultura, la ganadería, actividades
turísticas, sobre todo si hay explotaciones en zonas de interés
costeras o en zonas de interés arqueológico, será muy grave que se le dé
prioridad a las actividades [de exploración y explotación de
hidrocarburos], por encima de otros usos de terreno”, subrayó el
especialista.
Al mismo tiempo, destacó que la Reforma Energética peñista no incluye
ninguna norma para que las poblaciones que habitan cerca de los sitios
ricos en hidrocarburos participen en consultas públicas si quieren que
se realicen estas explotaciones o no.
En el caso de las poblaciones indígenas, existe un derecho plasmado en
el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
homologado a rango constitucional, para que los pueblos originarios sean
consultados sobre este tipo de decisiones.
No obstante, la población no indígena también debería tener derecho a
tomar decisiones consensuadas e informadas con la autoridad, sobre si
desea llevar a cabo este tipo de proyectos o no.
“Eso no aparece por ningún lado en esta Reforma Energética y eso es
particularmente grave no sólo en términos de fracking, también en
explotación petrolera”, alertó Francisco Cravioto.
ZONAS EN RIESGO
En el Senado de la República, el perredista Luis Sánchez señaló que la
Reforma Energética pone en riesgo de expropiación las propiedades de
millones de mexicanos que habitan en 12 estados y 260 municipios, por
albergar hidrocarburos en su subsuelo o por ser sitios donde pasan redes
de trasmisión y distribución de electricidad.
Según estudios realizados por el propio Legislador, estarían en riesgo
comunidades de Chihuahua, Coahuila, San Luis Potosí, Nuevo León,
Tamaulipas, Veracruz, Puebla, Hidalgo, Tabasco, Oaxaca, Chiapas y
Campeche.
Foto: Especial
Foto: Especial
El Senador perredista dijo que la Reforma Energética no toma en cuenta
que la mayoría de las tierras comprometidas están bajo un régimen ejidal
o comunal, y que la reforma de Peña Nieto ignoró la personalidad
jurídica de los núcleos de población ejidales y comunales que otorga la
propia Constitución, la cual también protege su propiedad sobre la
tierra, tanto para el asentamiento humano como para actividades
productivas.
El también vicepresidente de la Mesa Directiva anticipó que se verán
afectadas comunidades de más de 260 municipios, en dónde se lleva a cabo
la extracción y la exploración de hidrocarburos, y por donde pasa la
infraestructura de transmisión y distribución de electricidad, así como
subestaciones y demás instalaciones que implican esos servicios.
Todo junto, precisó, involucra más de 400 mil kms2 del territorio
nacional.
Pero no solo afectará a los estados ricos en petróleo, también estarían
en riesgo las comunidades en cuyo subsuelo se encuentra la roca de
lutitas, de cuya fragmentación resulta el gas shale, la gran apuesta
energética del gobierno de Peña Nieto.
En Estados Unidos existe un boom casero de gas shale, que ha provocado
que se perforen miles de pozos al norte de la frontera con riesgos
posiblemente irreparables para el medio ambiente local.
La explotación de este energético requiere una gran cantidad de agua
mezclada con químicos dañinos al medio ambiente, los cuales se utilizan
para explotar el mineral de lutita, que se encuentra aproximadamente a
mil 550 metros de profundidad. Para su extracción se requiere la
perforación de cientos de pozos en una enorme extensión de territorio.
“Cada pozo tiene una distancia de 400 metros, entonces imagínese usted,
haciendo una matriz de puntos donde pone 400 metros de distancia entre
cada uno, y pone centenares de pozos en una explotación determinada, ya
estamos hablando de una superficie bastante considerable. Además de que
la industria tiene que generar todas las carreteras que se requieren
para conectar todos estos pozos”, explicó Francisco Cravioto,
especialista de Fundar.
En México afectará directamente a las comunidades de los estados de
Coahuila, San Luis Potosí, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Puebla,
Hidalgo y Oaxaca.
Foto: Especial
Foto: Especial
“Entonces, no solo habrá depredación sin un gran despojo que afectará
obviamente a los más débiles en primer lugar. A los que poseen escaso
terreno y que es su única propiedad”, recalcó el especialista David
Bahen.
La investigación del Legislador Luis Sánchez se realizó con información
difusa proporcionada por Pemex Exploración y Producción y la Comisión
Nacional de Hidrocarburos, para localizar los núcleos agrarios y
pequeñas propiedades en municipios, por lo que exigió a estas
dependencias que revelen información oficial de las reservas probadas,
probables y posibles en México, para que el análisis sea más exacto.
DESPLAZAMIENTOS FORZADOS
El panorama expuesto por los expertos no está alejado de lo que
actualmente sucede en estados mineros, donde se construyen
hidroeléctricas, y en zonas ricas en energéticos.
“Actualmente esto ya existe, principalmente con relación a la energía
eólica que ha sido puesta en manos de trasnacionales. Como ejemplo está
el caso del Istmo de Tehuantepec, se apropian de los terrenos por la vía
que sea, sea la venta sea la compra, o el despojo pleno y las
comunidades terminan perdiendo sus tierras. Aún en el caso que las
renten, que lo hacen de forma miserable”, alegó David Bahen.
En un texto del Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en
Defensa de los Ríos, se enumeran varios casos de comunidades desplazadas
de forma violenta en México para construir obras hidroeléctricas, que
finalmente no generaron desarrollo económico sustentable a nivel local.
A inicios de la década de 1950, la construcción de la presa “Miguel
Alemán”, entre los Estados de Oaxaca y Veracruz, provocó el
desplazamiento forzado de 22 mil indígenas mazatecos. Como medida de
presión, grupos de choque incendiaron las casas de quienes se rehusaron a
perder sus hogares.
En 1972, la presa “Cerro de Oro” en Oaxaca desplazó a 26 mil campesinos,
en su mayoría indígenas chinantecos. A más de 40 años de estos hechos,
los afectados por este desplazamiento continúan un proceso legal para
obtener indemnizaciones justas.
La presa “El Caracol” en Guerrero (1981-1986) afectó a la comunidad de
Balsas Sur, cuyos pobladores se resistieron a abandonar su territorio
hasta que la Comisión Federal de Electricidad (CFE), inundó la comunidad
sin previo aviso. Después de la tragedia, la comunidad logró un amparo y
se detuvo la obra.
REGRESO A LAS GUARDIAS BLANCAS DE HACE 76 AÑOS
Los especialistas coincidieron en que la Reforma Energética de Peña
Nieto hará que el país retroceda 76 años en la historia, para enfrentar
circunstancias similares a que se registraron previo a la Expropiación
Petrolera de 1938, en la que los dueños de la tierra eran expulsados de
las mismas.
“Quizá ahora sea peor ya que la Ley Petrolera de 1925 les daba derechos a
los ‘superficiarios’; en aquella ley los concesionarios los
incorporaban a sus proyectos y les daban el 11 por ciento de utilidades.
Hoy en la reforma de diciembre de 2013 no se les toma en cuenta”,
argumentó el Senador Luis Sánchez.
Por su parte, el ex dirigente del SUTERM, David Bahen, detalló que la
situación será de riesgo latente para las comunidades más pobres y
vulnerables, pues la explotación petrolera y la industria eléctrica,
cuando la lleven a cabo los particulares, tendrán un evidente propósito
de lucro particular.
“En lo sucesivo, de acuerdo a ese artículo [octavo transitorio], se va a
regresar a un esquema que ya se vivió y que fue nefasto. Por una parte,
Pemex va a realizar actividades de exploración y explotación,
básicamente lo que actualmente realiza, pero no todo. Otra parte la
harán las trasnacionales, y lo harán no solamente en la plataforma
terrestre, sino en la plataforma marina. Estamos hablando de 570 mil km2
en el mar”, apuntó.
Advirtió que no existen muchas posibilidades de que las leyes
secundarias vayan en sentido contrario de estos pronósticos, pues la
Reforma Energética entrega la posibilidad a empresas trasnacionales para
realizar actividades estratégicas, sin ningún tipo de control u
obligación de respetar los asentamientos humanos o el equilibrio
ecológico local.
“Una perforación masiva en manos de las trasnacionales que jamás toman
nota de los asuntos ambientales ni les preocupan, significa una
depredación muy fuerte que supera cualquier pueblito, a cualquier
comunero, a cualquier núcleo pequeño de población”, explicó.
“¿Cómo controlar a trasnacionales? No hay manera. Porque el Gobierno
federal, en los 21 artículos transitorios, lo que propone es el
desbarajuste, el descuartizamiento de la industria petrolera y de la
industria eléctrica”, sentenció David Bahen.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/06-04-2014/952404. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/06-04-2014/952404. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
No hay comentarios:
Publicar un comentario