Maestros enfrentan a policías en el DF. Foto: Octavio Gómez |
MÉXICO,
D.F. (apro).- Desde dos puntos distintos de la ciudad –el Palacio de
Bellas Artes y la estación del metro Observatorio–, vigilados por
miembros del Estado Mayor Presidencial (EMP), Policía Federal (PF),
elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal
(SSPDF), corporaciones del Estado de México y grupos de las policías
Montada y Militar, maestros liderados por la Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación (CNTE) marcharon a la residencia oficial de
Los Pinos en lo que llamaron la Primera Movilización Magisterial
Popular.
Fueron más de 12 mil los maestros disidentes de los
estados de Oaxaca, Michoacán, Veracruz, Chiapas, Guerrero, Morelos y el
Distrito Federal los que convergieron a un costado de la casa
presidencial, completamente amurallada.
Pasadas las 14:00 horas,
la llamada Comisión Única de Negociación, encabezada por los secretarios
generales de la CNTE Juan José Ortega (Michoacán), Rubén Núñez (Oaxaca)
y Francisco Bravo (DF), entre gritos de “duro”, “suerte” y “no se
vendan” por parte de las bases, cruzaron el cerco policial para entablar
una negociación con autoridades federales.
Su demanda era una e inamovible, dijeron: la derogación de la “reforma laboral, disfrazada de educativa”.
Veintiséis
minutos más tarde, los maestros disidentes salieron a informar que el
diálogo se había truncado. Un desacuerdo en el número de representantes
del magisterio que podía ingresar y la inconformidad de los docentes
truncó el acuerdo.
Francisco Bravo explicó:
“Vinimos
buscando un diálogo y nos topamos con un trato indigno. No nos
recibieron en una oficina, nos atendieron detrás de los caballos (de la
Policía Montada, ubicados detrás del cerco)”, dijo el líder de la
coordinadora en la capital del país, agregando a sus quejas haber sido
recibidos por representantes del departamento de Atención Ciudadana,
“personal sin poder de resolución”, dijo Bravo.
La noticia corrió
de los altavoces, subiendo la tensión en las masas. Indignados, los
maestros decidieron bloquear el Circuito Interior y Periférico,
movilizando a las distintas fuerzas policiales.
“Hay mucha furia”,
se le escuchó decir a Francisco Bravo, cuestionado por miembros de la
prensa. Granaderos impidieron que los manifestantes tomaran los carriles
centrales del Periférico, mientras que el punto más ríspido de la
protesta se presentó en el Circuito Interior.
Superados en número,
los policías intentaron detener el avance de los maestros con escudos.
Rebasados, lanzaron golpes de tolete y dispararon extintores. Los
maestros contestaron con las manos, aunque algunos logrando hacerse de
los escudos de los uniformados.
El enfrentamiento duró 20 minutos,
disipado por la noticia de que, ante la tensión, la Comisión Única de
Negociación regresaba a Los Pinos, donde los docentes serían recibidos
por funcionarios de mayor rango.
A las 17:00 horas cerca de 20
maestros se encontraron con el subsecretario de Gobernación, Luis
Enrique Miranda, en el edificio del Estado Mayor Presidencial, ubicado
en el mismo complejo de Los Pinos.
Salieron una hora después, “sin
acuerdos”, para anunciar que las negociaciones se prolongarían para el
día de mañana, en presencia del secretario de Gobernación, Miguel Ángel
Osorio Chong.
Pero los maestros fueron claros: “Queremos que sea
Enrique Peña Nieto el que nos dé la cara”, dijeron para regresar al
plantón que mantienen en el centro capitalino.
A las 21:00 horas, en la sede de la CNTE en esa misma zona, iniciaron una asamblea para definir su futuro.
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