LA MEXICANA MÁS
CABARETERA: ASTRID HADDAD
La chetumaleña, una de las
artistas mexicanas más reconocidas en el mundo de la música y el arte, recibió
el reconocimiento de su estado natal con dos recitales para el recuerdo. Habló
en exclusiva
para Luces del Siglo
Por Silvina Brizuela / Luces
del Siglo
Cancún, Qna. Roo., a 18 de
septiembre de 2012
Astrid Hadad es una artista
desopilante y única. Cabaretera y feminista hasta los tuétanos, sus
espectáculos fluctúan entre el drama y la comedia; están cargados de una
crítica social filosa e irresistible que tiene como eje la opresión de la mujer
y las injusticias políticas.
Autoproclamada “La Madre
Teresa de la Canción Ranchera” y dadora de placer, define a sus espectáculos
como un divertimento musical, humorístico, teatral y plástico.
– Tus admiradores esperaban
tu próximo disco...
– El disco ya no va a salir
este año, se atrasó porque sacamos dos catálogos al mismo tiempo: uno sobre
Tierra Misteriosa, y otro sobre mis vestuarios para la muestra “Por mi espíritu
hablarán mis trajes”, que se presentó en el Museo Universitario del Chopo y eso
me quitó mucho tiempo.
– Valdrá la pena la espera
del disco, porque la muestra recibió buenas críticas.
– Fue un éxito, la
exposición iba a ser por dos meses y ahora el museo se quedó con los trajes
porque la exposición va a empezar a viajar por otros países, por lo menos por
dos años. Yo estoy muy contenta porque es una forma de reconocer mi trabajo
como diseñadora.
– ¿Cómo surgió la idea de
esta exposición?
– Desde hace tiempo había
pláticas con España, Venezuela, Estados Unidos, donde ya había prestado algunos
de mis trajes, porque allí estudian mi trabajo en algunas universidades.
Finalmente, cerramos con el Museo del Chopo y todo se fue dando rapidísimo y de
unos cuantos trajes que se iban a exhibir terminaron siendo veinte.
La también llamada “Janis
Joplin de la canción Ranchera” diseña ella misma cada traje; lo hace con la
intensidad con la que canta sobre la mexicanidad y las mujeres de éste y otros
tiempos; excéntricos, surrealistas, abundan en alegorías que surgen de los
temas de sus canciones y de colores intensos y brillantes que recuerdan la luz
y la cultura de México.
– Eres apasionada en todo lo
que haces, pero ¿cuál es la faceta que te hace sentir más plena?
– Cuando estoy cantando en
el escenario. La verdad que el contacto con el público es lo más hermoso que
puede haber, todo lo demás es fantástico, sobre todo cuando estás creando,
cuando estás en una investigación, todo es maravilloso, cómo empiezan a surgir
las ideas, el vestuario, las letras de las canciones, pero nada se compara
cuando tú estás en un escenario y tienes el contacto con el público, ése es el
momento cumbre.
Nacida en Chetumal y
egresada de la Escuela de Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), Astrid se inició en la escena creando sus propios espectáculos
(“Nostalgia arrabalera” y “Del rancho a la ciudad”) en los que interpretaba de
forma muy personal boleros y rancheras. En 1988 creó el grupo Los Tarzanes,
popularizando el estilo neoranchero, más conocido como heavy nopal, una mezcla
transgresora de canción, poesía, mística religiosa, humor y recursos escénicos.
En esta tónica creó los espectáculos “La mujer del golfo”, “No me hallo”, “La
novicia azteca” y otros.
– ¿Qué significa para ti
estar recibiendo este homenaje en tu tierra? (hizo dos actuaciones: una en su
tierra natal y otra en Cancún, ambas con plazas llenas y público aplaudiendo de
pie).
– Para mí ha sido
fantástico. Tenía muchos años de no ir a Chetumal cantando, y la función que di
allí fue fantástica, ver la reacción de un público que no me conoce, porque yo
no salgo en la televisión casi, que no sabía quién era y que me aplauda de pie,
bueno, eso me ha pasado en muchas otras partes, ¡pero que me suceda en mi
tierra! Previo al concierto estaba más nerviosa que si hubiera cantado en
París, en Canadá. Si supieras los nervios que tenía, no te puedo expresar lo
que significa, que lo que yo hago le pueda llegar a mi gente.
– Además, acompañada de tu
familia, como pocas veces.
– Toda mi familia estaba
allá, todo el mundo estaba muy orgulloso y yo muy contenta, tengo una familia
maravillosa que me cobija todo el tiempo, que me ayuda muchísimo, que siempre
está pendiente, y tener el apoyo de ellos fue fantástico.
En su performance representa
críticamente la crisis social, cultural y política en México y, a pesar de
definirse como una persona de izquierda, criticó duramente a este sector,
porque “han cometido errores terribles que después no quieren reconocer. Ya no sé
dónde quedó mi izquierda, la tengo perdida, la tengo que buscar”, bromeó.
– ¿Cómo vivió las elecciones
pasadas?
– El movimiento #Yosoy132 es
lo más rescatable de las elecciones pasadas. Yo siempre lo he dicho en mis
espectáculos y en mi vida, si la sociedad civil no se organiza las cosas van a
seguir igual. No podemos esperar que sean los políticos los que cambien las
cosas.
La Edith Piaff de Chetumal
enfatizó que es la sociedad civil la que al final tiene que exigir que se
cumplan las leyes y que se hagan leyes que acoten el poder exorbitante que
tienen los gobernantes, y resaltó que el resultado de las elecciones fue una
bofetada para quienes han estado manejando la izquierda de una manera
equivocada.
Siempre comprometida con la
realidad del país, pocos meses antes de las elecciones, Astrid Hadad presentó
una sátira denominada “De Sonora a Yucatán, la Gaviota y el Gavilán”, dos
personajes que se disponen a gobernar sólo por su linda cara. “Es usar el humor
ante la inminencia de lo que va a suceder, en lugar de amargarnos”, dijo
entonces.
– Algunos te comparan con
Lady Gaga, pero yo creo que tú haces esto desde mucho antes...
– La diferencia entre esa
cantante y yo, es que a ella otros le hacen sus vestidos y simplemente se los
pone; en cambio, yo los diseño, desde hacer el boceto en dibujo, hasta idear
todo un mecanismo interno para que sea lo más sencillo de quitar o poner, y que
sea muy vistoso.
– ¿Cuántos vestidos hiciste
hasta el momento?
– En total han de ser más de
150 vestidos los que hemos hecho, pero muchos se han perdido porque fueron
hechos para una sola presentación (algunos son hechos con flores). Otros, la
verdad, no teníamos cómo ni en dónde guardarlos, entonces, simplemente los
dejábamos atrás.
– ¿Qué escucha Astrid Hadad?
– Yo escucho de todo, como
yo tomo clases de canto, cuando llego de mis clases puedo ponerme a cantar con
La Callas (María), áreas en donde tengo que igualar la voz, puedo escuchar
desde una ópera, hasta una canción muy antigua, un tango, una ranchera, algo de
rock. Soy una investigadora, siempre estoy escuchando música. Ahora sí que no
tengo carta aborrecida, puedo escucharlo todo.
La actriz y cantante
adelantó que está realizando los últimos ajustes a su show para la celebración
del Día de Muertos, con el humor ácido que cada año le imprime.
– ¿Porque los mexicanos
tenemos esta relación con la muerte, esta casi fascinación?
– Hay una tradición muy
grande, en el “rollo” prehispánico la muerte era algo muy importante y se veía
de distintas maneras, se veía que este mundo era un lugar de paso nada más, se
veía como si aquí fuera el capullo y al morir te liberabas. Como dice el poema
de Netzahualcóyotl: “Sólo venimos a dormir. Sólo venimos a soñar. Y ya que
totalmente nos vamos y nos perdemos, en paz y en placer pasemos la vida, con
las bellas flores y cantos que son nuestra alegría”. Este lugar se veía como un
lugar de paso y la muerte como algo totalmente necesario e inapelable, por eso
no había miedo hacia la muerte, era una especie de liberación total.
– Eso es lo que nos hace festejar
la muerte de esta manera…
– En mi humor negro que
tengo, a veces yo digo: está bien que nos guste festejar a la muerte, pero ya
todos los días como está sucediendo en México es una exageración.
RECUADRO:
“México, tierra misteriosa”
La controvertida cantante
mexicana, coreógrafa, diseñadora de vestuario e investigadora de la música
tradicional, Astrid Hadad, realiza en este espectáculo un recorrido por la
historia nacional al estilo cabaret. El espectáculo incluye, como es habitual
en ella, cambios de vestuario en cada canción, ante la mirada atenta del
público. “Esto es para que vean cómo se viste y se desviste una diosa”, bromeó
con el público con su característico humor.
El primer tema de la noche
fue El ombligo de la Luna; y de ahí en adelante la cantante comenzó a reseñar
la historia de México, desde su origen prehispánico, al situar al espectador en
la época de la Conquista con la llegada de los españoles y su paso por la
nación, hasta nuestros días.
Para interpretar Mito como
Aztlán, Hadad colocó en su cabeza un penacho en forma de tzompantli, que eran
paredes formadas con cráneos humanos de los sacrificios antiguos. “Lo que
traigo en mi cabeza es un tzompantli, formado por los antiguos habitantes de
México y, como se darán cuenta, son las cabezas de los decapitados, algo así
como lo que pasa hoy, con la diferencia de que ahora las dejan regadas por
todos lados, todas desaseadas, y no de forma creativa como en esta pared”.
Luego fue tiempo de temas
como La Maldición de Malinche, Tierra misteriosa, El adiós del soldado, La
Bamba, La cucaracha, La llorona y La Rielera, fueron los temas siguientes que
también resumieron escenas históricas como la Revolución y el papel de la mujer
en dicha época. La velada concluyó con La perra y la comadre y Toca madera,
pero ante la insistencia del público, Astrid Hadad regresó al escenario para
complacer a sus seguidores con el tema de El calcetín y La Tequilera.
APUNTE:
“La diferencia entre esa
cantante (Lady Gaga) y yo es que a ella otros le hacen sus vestidos y simplemente
se los pone; en cambio, yo los diseño, desde hacer el boceto en dibujo, hasta
idear todo un mecanismo interno para que sea lo más sencillo de quitar o poner
y que sea muy vistoso”, Astrid Hadad.
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