miércoles, 4 de enero de 2012

Feliz año 2012.



Columna: Déjame que te cuente…


Por Sergio m. Trejo González


Muchas felicidades por el año que comienza, a todos aquellos que se toman la molestia de medio leer esta insulsa a columna. Ya estamos de regreso de ese periodo vacacional que me tomé en la necesidad de buscar las musas de mi inspiración, para poder llegar a ustedes con algo especial que más despuesito platicaré… un par de bodas por el bajío, una graduación, un concierto de Espinoza Paz y una Feria purépecha.
Retorno pues, a mi Acayucan, subjetivo y sentimental, para encontrarme con que le dieron su “cheinadita” al palacio municipal, una pintada, justa y necesaria. Buena falta le hacía, porque en verdad que la imagen de “La Casa del Pueblo” estaba bastante deteriorada. También observo que instalaron en el centro de la explanada del parque Juárez, por tercer año consecutivo, un árbol de navidad enorme, que no es gigantesco, y que ahora deja mucho que desear. Un árbol vieeeeeejo, deslucido, sin personalidad y sin el brillo propio de la celebración navideña… lo peor de todo, un arbolillo que para nada resulta atrayente o decorativo. Considero no hay razón alguna para tener un árbol amortiguado en la pasada Navidad. Se intenta quizá, pero no se consigue, rescatar mucho de la tradición con un “Nacimiento” que a diferencia de otros años se colocó frente al horrible árbol navideño. Con imaginación y unos pocos elementos podrían haber armado un hermoso conjunto.
Ignoro en quien recayó tal responsabilidad pero no hay idea…El Nacimiento, pesebre o portal, que se colocó frente al desagradable árbol navideño, carece de un mínimo o ligero toque de sensibilidad. Cierto que se trata de un representación plástica del nacimiento de Jesucristo, que se suele exponer durante la Navidad en hogares, iglesias y muchos centros públicos, como escuelas, organismos oficiales, comercios, etc. Pero se debe al menos saber que la construcción y exhibición de belenes es un tema profundamente religioso, que parte de la liturgia navideña en muchas partes del mundo, especialmente en la tradición católica, que se busca trasmitir con tal recreación algo verdaderamente alegórico, penetrante y mítico… Para que el próximo año dejen de hacerse las barbaridades que ahora contemplo en el parque principal de este mi querido Acayucan, debe saber quien ubique la escenografía navideña del 2012 que esta tradición data del año 1223, cuando se registra la primera ocasión que se montó un belén para la conmemoración del nacimiento de Jesucristo, realizado por San Francisco de Asís, en una cueva próxima a la ermita de Greccio (Italia). La escena del nacimiento de Cristo no fue representada con figuritas y miniaturas de objetos cotidianos, como hacemos actualmente, ni con personas, aunque para la ocasión San Francisco sí utilizó animales.
Debe también saberse que a la costumbre de armar un pesebre le viene una atmósfera venerable, lección de humildad e ilustración de vida y adoración para nuestros hijos… afortunadamente no todo es bobería, simpleza y ahí se va. Existe alrededor una serie de exhibiciones de esta naturaleza que verdaderamente rescatan la intención intrínseca de El Nacimiento, y basta recordar los “nacimientos” encantadores que doña Martha Teruí de Aché colocaba en los talleres de su negocio de Grúas, allá en la calle Juan de la Luz Enríquez. Otro nacimiento majestuoso, esplendoroso y pulcro es aquel se construye cada diciembre bajo el puente Xallitic en Xalapa; también podemos deleitarnos en la contemplación del nacimiento que exhiben las damas voluntarias de la sección 11 del Sindicato petrolero de Nanchital, con un promedio de 1500 piezas artesanales de barro o de resina, iluminadas por 10,000 focos de colores, en un sendero de representación de unos 200 pasajes bíblicos que nos llevan desde el génesis hasta la aparición de la aparición de la virgen de Guadalupe… estamos iniciando un año nuevo, detengamos la vida ante el calendario del 2012 que estrenamos sin saber cuántos de esos días llegaremos a vivir… pero “Tu” si sabes. Pido ahora por mi familia y por mis amigos: Que Dios nos brinde paz, salud, prudencia y sabiduría. Proporciónanos bendiciones y enséñanos a repartir felicidad.

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