Columna: CLAROSCUROS

Por José Luis Ortega Vidal

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El 18 de septiembre próximo el poeta y luchador social Javier Sicilia estará en Coatzacoalcos al frente de la “Caravana hacia el Sur”, que forma parte del movimiento “Por la Paz”.
Diez días después -el 28 de septiembre- arribarán a la ciudad y puerto sureño las reliquias del Papa Juan Pablo II, Beato y próximo Santo de la Iglesia Católica.
Unas semanas atrás, concretamente el viernes 29 de julio del 2011, arribaron a Coatzacoalcos los integrantes de la “Caravana Paso a Paso por la Paz”, encabezados por el sacerdote Alejandro Solalinde y Fray Tomás González Castillo.
Se trata de tres sucesos que representan presencias físicas y espirituales de suma trascendencia y tienen un hilo conductor común: la búsqueda de un mundo mejor.

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La Caravana Paso a Paso por la Paz partió de Centroamérica el 23 de julio y culminó en la ciudad de México el 02 de agosto; ese día los marchistas arribaron al Senado de la República.
El movimiento buscaba dos objetivos muy concretos:

a) Luchar por el respeto a los derechos humanos de los migrantes centroamericanos a su paso por México y en la búsqueda de llegar a Estados Unidos.
b) Encontrar u obtener información sobre el destino de miles de ciudadanos guatemaltecos, salvadoreños y hondureños que han desaparecido durante los últimos años en su travesía hacia el llamado “sueño americano”.

¿Qué logró la Caravana?

Tuve oportunidad de entrevistar en Tenosique, Tabasco, a Fray Tomás González Montoya, conocido en algunos medios como “Fray Tormenta”; un religioso franciscano nativo del Distrito Federal, de apenas 38 años de edad y con más de 15 dedicados a la defensa de los derechos humanos.
Su respuesta en torno a los logros de la Caravana incluyó un argumento clave:
“Logramos que nos conocieran, que nos vieran, que nos escucharan, que supieran que existimos. La caravana volvió visibles a quienes hasta ese momento eran invisibles: los migrantes centroamericanos que salen de sus pueblos en búsqueda de una vida mejor”; dijo.
Las palabras de Fray Tomás son un reto a la historia misma:
¿Invisibles?
¿Visibles a partir de la Caravana?
Ambas preguntas requieren de un análisis contrastante:

De un lado el argumento simplista: cada día vemos pasar a los migrantes por los territorios mexicanos y sabemos de sus penurias; luego entonces, existen.
Y del otro lado el argumento de fondo: una cosa es verlos y otra cosa muy diferente es darles reconocimiento de seres humanos que van en búsqueda de una mejor vida, que no son delincuentes y requieren de nuestra solidaridad y de nuestro respeto a sus derechos humanos.

El segundo argumento es el que busca sembrar el joven franciscano.

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“La Caravana hacia el Sur” del movimiento “Por la Paz” de Javier Sicilia busca objetivos semejantes y surge de circunstancias comunes al fenómeno de los migrantes centroamericanos, sólo que cuenta con sus particularidades.
La Caravana de Sicilia partirá desde la ciudad de Cuernavaca, Morelos, este viernes 9 de septiembre.
Recorrerá Guerrero, Oaxaca y llegará a Chiapas.
Luego, irá a Centroamérica y se sumará a la lucha por la defensa de los derechos humanos de los migrantes de esa región, para trabajar en pro de ese objetivo en forma paralela a su lucha por el cese a la violencia que en México ha generado 50 mil muertes durante los últimos cinco años.
Respeto a Los Derechos Humanos y Paz, he aquí los objetivos de ambos movimientos.
A su regreso de Centroamérica, “La Caravana hacia el Sur” pasará por Coatzacoalcos la mañana del día 18 y aquí sus promotores ofrecerán detalles sobre su movilización.

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Como comentaba al inicio de este texto, el día 28 se espera el arribo de las reliquias del Beato Juan Pablo II.
Ello, como parte de un recorrido mundial en el universo católico con invitación a todos aquellos que, sin serlo, deseen estar a un lado de los restos de Karol Wojtyla y sumarse a la causa espiritual de sus devotos y de los promotores de este evento.

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El 17 de agosto, en Tultitlán, estado de México, se halló muerto al joven Fernando Cardona Agustín, de 19 años de edad y originario de Guatemala.
Fernando participó en la Caravana por la Paz que pasó por Coatzacoalcos y su meta era llegar a Estados Unidos.
Su cadáver apareció cerca de las vías del tren en Tultitlán, estado de México.
Al migrante de 19 años lo detuvo la policía municipal la madrugada del lunes 16, tras ser acusado como presunto responsable de un robo.
Tres personas lo señalaron por ese delito y eso fue suficiente para que lo subieran a una patrulla, para que más tarde la policía lo “entregara” a un grupo de maleantes que pagaron 400 pesos por el joven guatemalteco.
Los “compradores” lo apedrearon hasta matarlo y su cuerpo fue arrojado cerca de las vías del tren.
Según reportes de la Cadena de Noticias CNN: ”entrevistado vía telefónica, Solalinde describió al joven como un indígena Mam de San Marcos, Guatemala. Hablaba poco español, ´muy pacífico´.”

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Terminar con estas monstruosidades que ocurren a migrantes de otros países a su paso por México y de las que somos víctimas los propios mexicanos, son los objetivos de las visitas que ha tenido y tendrá Coatzacoalcos.
Motivos suficientes para sumarse a ellas.