lunes, 2 de mayo de 2011

Columna: CON RUMBO AL SUR…


PERIODISTAS DE VERDAD…


Por Angel Gabriel FERNANDEZ



(1)


Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 3 de mayo, hoy, es el Día Mundial de la Libertad de Prensa.


El 7 de junio es el Día de la Libertad de Expresión.


Dos cosas diferentes pero con un tronco común: la libertad de escribir, de expresarnos.


La ONU pone a los periodistas a la par con la celebración del Día del Albañil, dato honroso para quienes escriben, porque así como los albañiles ponen las bases para una casa fuerte, los encargados de los medios de comunicación deben sentar las bases para una sociedad sólida.



(2)


En México todavía no se hacen celebraciones en este día marcado por la ONU. Los reconocimientos, los premios, los convivios, siguen siendo el 7 de junio, pero como dijera Octavio Paz, los premios no son buenos ni malos: son necesarios, pero depende de quién los da.


Ya no estamos en los tiempos en que los gobiernos “palomeaban” las listas de los periodistas que tienen que recibir premios. El gobierno tiene la obligación de abrir escuelas para enseñarnos a leer, pero no debe decirnos qué debemos leer. El gobierno en sus diferentes niveles –federal, estatal y municipal-, tiene la obligación de impulsar los eventos relacionados con la libertad de expresión, pero no deben meter sus narices en ella.


Julio Scherer García, fundador de Proceso, por ejemplo, se negó en una ocasión a recibir el Premio Nacional de Periodismo que le quería entregar el gobierno federal.


(3)


Esta fecha viene a coincidir cuando, precisamente, en algunas partes de Veracruz hay renovación en las sociedades, uniones o clubes de periodistas. Los periodistas también tienen su corazoncito y también le entran al juego de la democracia. Han pensado –y bien—en estar unidos en estos tiempos difíciles para la labor informativa.


Al respecto, en Acayucan está la efervescencia entre los reporteros. Hay estira y afloja.


Personalmente he sido reacio a participar en ese tipo de eventos; ni en elecciones ni en eventos relativos a la libertad de expresión. He creído que la libertad no se celebre: se ejerce. Sarcásticamente he dicho que en lugar de que me regalen un teléfono celular o una grabadora, mejor que me acerquen un diccionario.


Pero he estado cerca de quienes se disputan el Club de Periodistas de Acayucan y puedo decirles que la democracia tiene sus reglas. En todo proceso hay reglas, acuerdos y todo debe ser parejo. Las instituciones (como el IFE) se han pulido poniendo normas como la credencial de elector y las listas nominales, ante lo cual, debe acatarse lo que indiquen los lineamientos, de lo contrario se corre el riesgo de que cualquier persona (externa, extranjera) participe en el proceso.


No hablo de exclusión; no, porque entra más sean los periodistas agrupados, más ideas hay, más oportunidad de desarrollo, más métodos de autodefensa. Pero ciertamente, al César lo que es del César: debe comprobarse que todos los que quieran participar en el proceso sean periodistas en activo.


(4)


Dicen que el día que me aparecí en una asamblea alguien dijo que no escribo. A lo mejor se expresó mal: sí escribo pero lo hago mal. O sea, no es cuestión de cantidad, sino de calidad. Porque si se trata de cantidad, en las hemerotecas hay notas y columnas desde 1986, cuando ni aún terminaba de cursar los estudios de bachillerato, y a esa edad, ciertamente, no podían exigir que mis escritos fueran como los de Mario Vargas Llosa.


Puedo presumir de que conozco el sistema “caliente” del intertipo, la formación a mano y las prensas planas que hacían un ruido como el del tren. He sido reportero de policiaca, de calle y trabajador de diarios en las redacciones.


No se me dan las relaciones sociales, de ahí que lo que más se me cuestione es el alejamiento del gremio y mi “elitismo” ante los compañeros, porque ha habido voces de que sólo he convivido con amigos como Gustavo González Godina, José Luis Ortega o Jesús Gutiérrez Cruz. Es un honor que de ellos tres haya aprendido mucho y tener su amistad… para ellos es reconocimiento por su estoicismo porque no debe ser fácil soportar a un impertinente y arbitrario.


(5)


En las comunidades rurales la gente se organiza y hace la elección de sus agentes o sub agentes municipales; los ganaderos que tratan casi todo el tiempo con vacas se organizan y sacan adelante sus asambleas; los ejidatarios hacen limpiamente sus asambleas para elegir comisariados ejidales. ¿Entonces por qué los periodistas no son capaces de organizarse para sacar adelante su organización? Es una oportunidad magnífica para decirle a la sociedad: aquí estamos, somos criticones, pero también somos capaces de hacer una elección limpia, ejemplar. Es la oportunidad de decir: somos Periodistas de Verdad.


Si se trata de que cada día haya más periodistas, más gente unida que se dedique a escribir, hay otra oportunidad de darle realce a la Asociación o Club de Periodistas: hay que agrupar a todos -¡a todos!— los que hayan hecho algo en Acayucan por la libertad de expresión; a todos los que hayan tenido ese privilegio de utilizar la pluma para hablar, para decir sus verdades, sus sueños, sus gustos, su sabiduría.


Hay que unir a escritores como Joel Vargas, autor de casi media docena de libros y de miles de editoriales; hay que invitar a escritores como el licenciado Joel Ferat Avila que ha hecho investigaciones y publicado una decena de libros; hay que invitar al antropólogo Rubén Leyton que ha escrito libros y cuentos; a don Guillo Domínguez que también le hace a la pluma; al antropólogo e historiador Alfredo Delgado Calderón, autor de unos 10 libros y de decenas de artículos especializados. A la profesora oluteca Rita Alafita, autora de libros de historia.


Pero se puede ir más lejos: en la región de Acayucan tenemos periodistas y escritores de lujo. Por qué no hacer un Consejo Consultivo o de Asesores integrados por periodistas como José Luis Ortega Vidal, Gustavo González Godina, Jorge Cárdenas Romero, Jesús Gutiérrez Cruz, Joel Vargas y Alfredo Delgado Calderón, por ejemplo, gente que sabe de letras y con una cultura general impresionante, capaces, todos, de asesorar o aconsejar a quienes empiezan en esto; capaces de indicar a la directiva formal de la Asociación o Club para que haya cursos de ortografía, de fotografía, de edición; con la calidad periodística y moral suficiente para representar a los periodistas acayuqueños en cualquier parte… o simplemente para reunirse a convivir e iluminarse con las luces de su inteligencia.


Invitar y honrar a don Adrián Medina Olaya, periodista de a deveras pero ya inactivo; él podría ser otro de los guías de los periodistas acayuqueños.


Hay en Acayucan material suficiente para presumir a los periodistas de todo el Estado y de todo el País. Nomás falta que se organice el Premio Acayuqueño de Periodismo a la mejor crónica, a la mejor fotografía, a la mejor columna, al mejor reportaje, a la nota más oportuna.


Yo quiero verlos juntos… a los periodistas de verdad. Juntos tendrán la fuerza para cuando menos mentarle la madre a las autoridades o a quienes se pasen de rosca.


Juntos, los periodistas de verdad, para seguir aprendiendo, para seguir publicando; para escribir y escribir, si no hay en qué periódico, cuando menos en hojas copiadas; el caso es escribir, que no nos callen le trompa con nada, que no nos agarren ya ni por medio de las tripas.


Porque desunidos vamos a seguir valiendo madres.


Hoy se puede decir todo: hoy según la ONU es el Día Mundial de la Libertad de Prensa.

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