Por Angel Gabriel Fernández
Un antiguo marinero, en un poema de Coleridge, lamentaba la paradoja. Decía: “agua, agua por todas partes y ninguna gota para tomar”.
También se dice comúnmente que “Dios nos da el agua, pero no la entuba…”.
Hoy voy a tratar el grave problema del agua. No es problema de la Naturaleza, porque al fin y al cabo, como dijo Confucio: “Dios perdona, siempre, el Hombre a veces… La Naturaleza nunca”. Es hora de desenmascarar a los corruptos que manejan el bien natural como negocio. El agua que llega a los hogares de los municipios de Acayucan, Oluta y Soconusco es un don de la Naturaleza, pero constituye un gran negocio para los mortales que manejan el sistema.
Un poco de historia:
El sistema Acayucan, que baja de la sierra de Soteapan, de los manantiales de Platanillo, fue construido allá por los años 70. Baja por gravedad; costó solamente la tubería original que es la que actualmente se ocupa… sin embargo, nos cobran el agua como si con ella llegaran a las cubetas pepitas de oro.
La oficina local, a cargo actualmente de un extraño sin preparación sobre el tema, Ciro González Tadeo, es incapaz de dar un buen servicio, pero sí es capaz de imprimir mensualmente los recibos de cobro e incluirles supuestos mantenimientos de la línea, servicio de alcantarillado y drenaje.
Lo que recauda la oficina local de la CAEV a cargo de ese señor sin escrúpulos, al que obviamente no le da vergüenza porque ni siquiera es de Acayucan, sino que lo “importaron” de la comunidad Achotal del municipio de San Juan, se va todo en pagar a la burocracia. Hay informes preocupantes de que la oficina está en números rojos porque lo que ingresa es sólo para pagar los excesivos sueldos del Director y de los demás empleados.
++++++++
El servicio de agua podría ser privatizado.
Los gobiernos actuales deberían revisar su legislación para poder darle entrada a la inversión privada para que los ciudadanos puedan gozar de buenos servicios.
En países del primer mundo y en otros en vías de desarrollo, el servicio del agua potable y otros como el de la limpia pública están en manos de empresas privadas. Así, el ciudadano paga, como lo hace ahora, pero tiene a quién reclamarle y a quién exigirle buen servicio; y las empresas privadas tienen la obligación de cumplir so pena de que les rescindan los contratos.
Hay en el mundo empresas que dan servicio de agua potable de mucha calidad: una de ella es Suez que tiene 125 millones de clientes; la Veolia tiene 110 millones de clientes; la Thames tiene 70 millones y la Saur que opera en algunas partes de Francia tiene 25 millones.
En Sudáfrica, el gobierno tiene un sistema efectivo de dotar de agua a su gente: le regala los primeros 25 litros al día; si las familias consumen más, ya tienen que pagar cuotas, pero los que la derrochen, los que la rieguen, los que la derramen, tienen que pagar altas cuotas y a veces altas multas.
En Cochabamba, Bolivia, a varios pueblos les daba servicio una compañía norteamericana. Al principio el servicio era eficiente y barato, pero cuando el agua empezó a escasear y costar más, los bolivianos corrieron a esos voraces empresarios.
++++
En Chile, cuando a la gente le faltaba comida en el gobierno de Salvador Allende, las amas de casa salieron a las calles a hacer sonar sus cacerolas. En esta región hay que salir a exhibir las cubetas vacías.
El servicio de agua potable es pésimo.
No soy partidario del periodismo sectario, del reaccionario o del incendiario, pero la gente ya no aguanta más.
Hay que dejar de pagar por ese mal servicio o exigir que echen a patadas a malos administradores del agua potable.
Por lo pronto, si lo ve en la calle, reclámele. El es un tipo despistado, barbado, tartamudo… es Ciro González. Es el que cobra por el agua.
EXIJA BUEN SERVICIO…. (Escrito leído en la estación de radio XEVZ el día martes 7 de diciembre del 2010).
También se dice comúnmente que “Dios nos da el agua, pero no la entuba…”.
Hoy voy a tratar el grave problema del agua. No es problema de la Naturaleza, porque al fin y al cabo, como dijo Confucio: “Dios perdona, siempre, el Hombre a veces… La Naturaleza nunca”. Es hora de desenmascarar a los corruptos que manejan el bien natural como negocio. El agua que llega a los hogares de los municipios de Acayucan, Oluta y Soconusco es un don de la Naturaleza, pero constituye un gran negocio para los mortales que manejan el sistema.
Un poco de historia:
El sistema Acayucan, que baja de la sierra de Soteapan, de los manantiales de Platanillo, fue construido allá por los años 70. Baja por gravedad; costó solamente la tubería original que es la que actualmente se ocupa… sin embargo, nos cobran el agua como si con ella llegaran a las cubetas pepitas de oro.
La oficina local, a cargo actualmente de un extraño sin preparación sobre el tema, Ciro González Tadeo, es incapaz de dar un buen servicio, pero sí es capaz de imprimir mensualmente los recibos de cobro e incluirles supuestos mantenimientos de la línea, servicio de alcantarillado y drenaje.
Lo que recauda la oficina local de la CAEV a cargo de ese señor sin escrúpulos, al que obviamente no le da vergüenza porque ni siquiera es de Acayucan, sino que lo “importaron” de la comunidad Achotal del municipio de San Juan, se va todo en pagar a la burocracia. Hay informes preocupantes de que la oficina está en números rojos porque lo que ingresa es sólo para pagar los excesivos sueldos del Director y de los demás empleados.
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El servicio de agua podría ser privatizado.
Los gobiernos actuales deberían revisar su legislación para poder darle entrada a la inversión privada para que los ciudadanos puedan gozar de buenos servicios.
En países del primer mundo y en otros en vías de desarrollo, el servicio del agua potable y otros como el de la limpia pública están en manos de empresas privadas. Así, el ciudadano paga, como lo hace ahora, pero tiene a quién reclamarle y a quién exigirle buen servicio; y las empresas privadas tienen la obligación de cumplir so pena de que les rescindan los contratos.
Hay en el mundo empresas que dan servicio de agua potable de mucha calidad: una de ella es Suez que tiene 125 millones de clientes; la Veolia tiene 110 millones de clientes; la Thames tiene 70 millones y la Saur que opera en algunas partes de Francia tiene 25 millones.
En Sudáfrica, el gobierno tiene un sistema efectivo de dotar de agua a su gente: le regala los primeros 25 litros al día; si las familias consumen más, ya tienen que pagar cuotas, pero los que la derrochen, los que la rieguen, los que la derramen, tienen que pagar altas cuotas y a veces altas multas.
En Cochabamba, Bolivia, a varios pueblos les daba servicio una compañía norteamericana. Al principio el servicio era eficiente y barato, pero cuando el agua empezó a escasear y costar más, los bolivianos corrieron a esos voraces empresarios.
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En Chile, cuando a la gente le faltaba comida en el gobierno de Salvador Allende, las amas de casa salieron a las calles a hacer sonar sus cacerolas. En esta región hay que salir a exhibir las cubetas vacías.
El servicio de agua potable es pésimo.
No soy partidario del periodismo sectario, del reaccionario o del incendiario, pero la gente ya no aguanta más.
Hay que dejar de pagar por ese mal servicio o exigir que echen a patadas a malos administradores del agua potable.
Por lo pronto, si lo ve en la calle, reclámele. El es un tipo despistado, barbado, tartamudo… es Ciro González. Es el que cobra por el agua.
EXIJA BUEN SERVICIO…. (Escrito leído en la estación de radio XEVZ el día martes 7 de diciembre del 2010).
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