jueves, 24 de junio de 2010

Azul, como una ojera de mujer

El doctor Macario y Pilar en un mitin, el día 23 de junio, en la cancha de los Niños Héroes de la colonia Revolución. El pediatra dice que el día 4 de julio dará la sorpresa, que sin regalar nada y sin hacer tanta alharaca, su campaña va con pie firme rumbo al triunfo electoral.
Columna: Déjame que te cuente

Por Sergio M. Trejo González.

Ayer preguntaba, en este mismo espacio, que por donde andará el Doctor Macario, debido a que desde la fecha en que fuera ungido candidato a la presidencia municipal por el Partido Acción Nacional, después de aquella controvertida asamblea desarrollada el domingo 11 de abril pasado, prácticamente se esfumó o al menos un servidor lo tiene completamente extraviado. Con un poco de historia reciente recordemos que el galeno, obtuvo la victoria sobre sus oponentes en una contiendita donde se decía que sufragaron 39 0 49 personas por el Dr. Macario Vázquez Rivera, 37 para Abel Vázquez González, 11 para el contador Rómulo Rayo Córdova y cero para Pilar Guillén. Tres votos fueron nulos y, se comento, se perdieron tres boletas, más otras 15 papeletas que sobraron. Saque usted las cuentas y formule juicio, si a bien lo tiene, sobre tal ejercicio democrático desde la perspectiva política actual que mejor nos ilustra, sin olvidar que en el mes de mayo anduvo rondando la casa del blanquiazul un Marco Martínez Amador deseoso de participar como candidato para contender por el PAN. Tal solicitud, refresquemos, fue desdeñada por los pitufos políticos en la idea que les sobraba galleta para nadar, para zambullirse y bucear en el mar de las elecciones del día 4 de julio… sin vejigas para flotar. El asunto es que no escucho, ni observo actividad alguna tendiente a competir seriamente por llegar a la presidencia. Si anda desarrollando alguna campaña definitivamente que lo disimula muy bien, porque no contemplo por ninguna parte gallardete, tríptico, lona o volante alguno que promueva su candidatura. Ayer anduve preguntado por donde se podía uno entrevistar con tal candidato ¿nada! El, Macario Vázquez, si que no lee mis “Déjame que te cuente”, lo cual lamento profundamente, porque a pesar de que le dejé citatorio para ventilar sus propuestas o “ganas de ganar” no logré comunicación ni emplazamiento. Empero, resulta importante significar que reconozco el talento y la capacidad profesional de una persona respetable como es el doctor Macario Vázquez Rivera, Pediatra honorable que, me consta, reúne cualidades inigualables de honradez y vocación profesional, aunque en esta campaña política parece que solamente fue aclamado por sus correligionarios para servir de obstáculo a otras aspiraciones sin intención, ni interés alguno, de llegar a una final decorosa. Al pediatra lo conocí hace unos veintitrés años, en su gabinete clínico, con opiniones acertadas en un caso particular de comunicación interventricular. Su certero diagnóstico resultó definitivo para un tratamiento; sin embargo, hoy, me resulta difícil examinar su decisión de aventurarse a competir por la alcaldía. De carácter valiente, calificado por algunos como persona difícil. He leído sus comentarios periodísticos y conozco además la opinión que tiene de mi persona, expresada a sus compadres que me lo han significado para amarrar navajas, cosa que he preferido ignorar porque, ya dije, existe de mi parte respeto a sus labores y a su filosofía. Lo estimo combativo y porfiado cuando ventila sus ideas. Me arriesgo a este ensayo porque también resulta mi pasión la información auténtica, partiendo de la base de que todo aficionado a esto se ha de enfrentar con algo desconocido u ocultado, y que la acción que se ha de tocar tiene carga o consecuencia. En esta vena me gustaría preguntarle al galeno: Que amigo le aconsejó para que buscara la presidencia. O más fuerte la interrogación ¿El hambre de quien? pero no, rectifico, no debe haber sido el apetito de ningún miembro de su partido porque todos ellos, los panistas, tienen dinero de sobra y, al menos para su familia, derrochan en manjares para satisfacer su exigente paladar. Quizás, no se… “La más alta clemencia está en la flor sombría que da toda su esencia. No busques otra cosa. ¡Corta, abrevia, resume; no quieras que la rosa dé más que su perfume!”… ¿Sería la ambición de algún compañero? “Pobre es quien no está satisfecho y rico quien se contenta con lo que tiene y disfruta de cuanto los demás poseen” Ese deseo ardiente de más, la ambición, nubla la sensatez, apendeja al hipotálamo o estimula al corazón, y a los estudiosos de este órgano que se van con todo, cuando de obtener poder y capital se trata… yo que sé de esos menesteres. ¿Qué necesidad había para jugar así? Aclaro que el problema de la ambición no está en el loable deseo de prosperar, ni en la inquietud sana por aspirar a un mejor nivel de vida, sino en llegar a convertir la propia existencia en lucha, violencia y actividad febril por la riqueza, la obtención de satisfactores, las alabanzas o las admiraciones... A estas alturas, se piensa, que ni una regiduría alcanzarán los panuchos de continuar en su discreta u ocultada campaña. Habría que revisar la lista de aspirantes a regidores para tratar de localizar la clave de la estrategia de perder. Ahí, en la planilla, deben localizarse los responsables de alimentar las ansias de novillero del doctor Macario, para que se pusiera el traje de luces. Alguien de esas filas tal vez mantuvo las posibilidades del médico para imponerle la chaquetilla de lidiador, con todos los reflejos de sus lentejuelas. Le colocaron la montera sujetada a la coleta; se le vistió con taleguilla, machos y medias para lanzarlo al paseíllo de una campaña que, sinceramente, deseo que la ande desarrollando por comunidades y colonias, donde yo no he podido verlo o sentirlo, buscando el voto que le coloque en posibilidad de competencia. No escucho su propaganda sonorizada, el silencio de sus jingles me asusta, posiblemente suenen en la madrugada o cuando andamos fuera de la ciudad porque, decía ayer del apreciado galeno Macario Vázquez Rivera, parece ser que resultó embarcado por unos 39 o 49 cabrones, que lo convencieron de subir, a esta nave del olvido político, para después esfumarse mágicamente. Mi unicornio azul, azul como una ojera de mujer, se me ha perdido ayer, se fue…

1 comentario:

  1. Pues igual y no hace campaña en las calles, pero que tal arma las fiestas con los amigos de sus hijas,como lo muestra la foto que me enviaron y esta en mi perfil, donde les compra el alcohol que ellos quieran y en las que trata de convencer a los ya profesionistas que se niegan a crecer y que prefieren perderse entre el alcohol y las drogas dentro del hogar de quien pretende representar a un ya de por si inseguro Acayucan.

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