*** Con la complacencia de autoridades de todos los niveles
Por ANGEL GABRIEL FERNÁNDEZ
Acayucan, Ver.- “El Gallito de Oro” Ramón de Jesús Beltrán, de 11 años de edad, estudiante del sexto año en la escuela primaria “Aguirre Cinta”, va a seguir boxeando “porque esa es su vida”.
“Las peleas no se van a suspender porque estamos promoviendo el deporte; es más, estamos esperando que nos den los permisos oficiales.
Son las palabras del comerciante marisquero Ramón Darío Beltrán, promotor de las peleas de box que se han estado celebrando en un ring ubicado al interior de un restaurante en la calle Francisco Javier Mina, en las que han participado –él mismo lo reconoce— niños de 11 y 13 años de edad.
El reportaje publicado antier en el diario NotiSUR, ya le dio la vuelta al Estado. Incluso, en la página You Tube de Internet, se exhiben dos peleas de niños efectuadas en esta ciudad. Ahí se ve a los niños jadeantes, sudorosos, guantes en mano, ganándose la vida a golpes.
“Las autoridades, en el palacio, lo saben: hemos estado promoviendo el box desde hace 5 meses”, dice el promotor, quien de entrada deja ver su ignorancia respecto a los reglamentos del deporte, e incluso sonríe cuando se le hace notar que es peligroso que los niños practiquen ese deporte sin la debida protección.
Empero, el promotor y padre de un boxeador se muestra orgulloso: quiere hacer a su hijo un campeón.
Ramón Darío Beltrán no se mide: habla y “embarra” a conocidos priístas que de manera clandestina están impulsando el box. “Las peleas a van a seguir…”.
Pero el dirigente priísta y regidor del Ayuntamiento Juan Manuel Cabrera asegura: “eso se suspende”. Toma el teléfono y habla con algún otro dirigente priísta e instruye para que de momento ese tipo de eventos se suspendan.
EL DRAMA DEL GALLITO
El padre de “El Gallito”, el niño boxeador, lo confirma: tiene 11 años y estudia la primaria.
“El no es para el futbol u otro deporte; él es para el box, le gusta entrenar sabe pelear; ha peleado con otros niños, contra uno de Minatitlán y contra uno de Tabasco”.
“Es mejor dejarlo pelear en el box a que ande peleando en las calles…”, dice el orgulloso padre. Sin palabras.
El reportero le hace ver al promotor de box el peligro a que expone a su hijo y a otros menores de edad, a lo cual responde: “Me dice que le estorba el protector; prefiere pelear sin él…”.
“Su mamá pelea conmigo porque no quiere que boxee, pero yo lo apoyo…”.
Cuestionado acerca de un joven que en una pelea resultó casi convulsionado, el promotor dice: “Ah, pero es que ese no estaba preparado para pelear”.
¿Nomás ese no estaba preparado para el box?
El papa del mini-boxeador, muy relajado, dice que le parece normal que a un niño se le entrene para pelear, pero comenta algo del miniboxeador: “El domingo lo asaltaron; iba por la calle Guerrero con un amigo, otro menor, cuando se le acercó un coche, del cual un hombre le exigió que le entregara el teléfono celular, como no se lo entregó, se lo arrebató… pero al otro niño le fue peor: también le arrebataron el celular, pero le dieron un golpe en la cara. Fue el domingo a las 9 de la noche aproximadamente…”.
HASTA EL LÍMITE…
Ramón Darío Beltrán, el papá del boxeador “Gallito”, confiesa que él entrena con su hijo, pero que además hay un centro de entrenamiento en el local del PRI, en la calle Flores Magón.
“Está bien que los chamacos desfoguen sus energías… sería más malo que anduvieran de vagos o en las drogas”.
Hay otras escuelas de box en la ciudad, asegura el promotor, quien de paso reconoce que los referees son improvisados, personajes de la localidad.
SIN PERMISO PARA PELEAR… NI PARA PAGAR
El promotor reconoce que no hay permisos para los eventos, “pero los estamos esperando. Esto lo hacemos por el Partido –él es el encargado de la promoción deportiva del PRI– Nos apoya el Diputado y quien iba a tramitar el permiso es el regidor Juan Manuel Cabrera. Incluso, de las peleas ya estaba enterado el de la COMUDE Francisco Cordero”.
Sin embargo, el edil aludido rectifica y dice que él no tiene facultad para dar esos permisos y que él no autorizaría el combate entre niños. “Ya estoy viendo para que eso se suspenda”, dijo Juan Manuel Cabrera.
Ramón Darío comenta cómo es el sistema de pago para los boxeadores: “Algunos ganan hasta 600 pesos; el Gallito –uno de los niños de los videos– ha ganado hasta 300 pesos. A algunos se le paga en el sistema botana, que es lo que regala el público en efectivo. Cuando hay ganancias, pagamos el aparato de sonido”.
Ahí está la cruda realidad: se confirma le exclusiva de este medio informativo: en Acayucan se realizan peleas de box entre niños, no usan protectores “porque estorban”; son eventos para el PRI, se cobra y se vende cerveza, hay escuelas para box en la ciudad, se entrena en el traspatio de la oficina del Partido… y las peleas van a seguir, según el promotor.
“Las peleas no se van a suspender porque estamos promoviendo el deporte; es más, estamos esperando que nos den los permisos oficiales.
Son las palabras del comerciante marisquero Ramón Darío Beltrán, promotor de las peleas de box que se han estado celebrando en un ring ubicado al interior de un restaurante en la calle Francisco Javier Mina, en las que han participado –él mismo lo reconoce— niños de 11 y 13 años de edad.
El reportaje publicado antier en el diario NotiSUR, ya le dio la vuelta al Estado. Incluso, en la página You Tube de Internet, se exhiben dos peleas de niños efectuadas en esta ciudad. Ahí se ve a los niños jadeantes, sudorosos, guantes en mano, ganándose la vida a golpes.
“Las autoridades, en el palacio, lo saben: hemos estado promoviendo el box desde hace 5 meses”, dice el promotor, quien de entrada deja ver su ignorancia respecto a los reglamentos del deporte, e incluso sonríe cuando se le hace notar que es peligroso que los niños practiquen ese deporte sin la debida protección.
Empero, el promotor y padre de un boxeador se muestra orgulloso: quiere hacer a su hijo un campeón.
Ramón Darío Beltrán no se mide: habla y “embarra” a conocidos priístas que de manera clandestina están impulsando el box. “Las peleas a van a seguir…”.
Pero el dirigente priísta y regidor del Ayuntamiento Juan Manuel Cabrera asegura: “eso se suspende”. Toma el teléfono y habla con algún otro dirigente priísta e instruye para que de momento ese tipo de eventos se suspendan.
EL DRAMA DEL GALLITO
El padre de “El Gallito”, el niño boxeador, lo confirma: tiene 11 años y estudia la primaria.
“El no es para el futbol u otro deporte; él es para el box, le gusta entrenar sabe pelear; ha peleado con otros niños, contra uno de Minatitlán y contra uno de Tabasco”.
“Es mejor dejarlo pelear en el box a que ande peleando en las calles…”, dice el orgulloso padre. Sin palabras.
El reportero le hace ver al promotor de box el peligro a que expone a su hijo y a otros menores de edad, a lo cual responde: “Me dice que le estorba el protector; prefiere pelear sin él…”.
“Su mamá pelea conmigo porque no quiere que boxee, pero yo lo apoyo…”.
Cuestionado acerca de un joven que en una pelea resultó casi convulsionado, el promotor dice: “Ah, pero es que ese no estaba preparado para pelear”.
¿Nomás ese no estaba preparado para el box?
El papa del mini-boxeador, muy relajado, dice que le parece normal que a un niño se le entrene para pelear, pero comenta algo del miniboxeador: “El domingo lo asaltaron; iba por la calle Guerrero con un amigo, otro menor, cuando se le acercó un coche, del cual un hombre le exigió que le entregara el teléfono celular, como no se lo entregó, se lo arrebató… pero al otro niño le fue peor: también le arrebataron el celular, pero le dieron un golpe en la cara. Fue el domingo a las 9 de la noche aproximadamente…”.
HASTA EL LÍMITE…
Ramón Darío Beltrán, el papá del boxeador “Gallito”, confiesa que él entrena con su hijo, pero que además hay un centro de entrenamiento en el local del PRI, en la calle Flores Magón.
“Está bien que los chamacos desfoguen sus energías… sería más malo que anduvieran de vagos o en las drogas”.
Hay otras escuelas de box en la ciudad, asegura el promotor, quien de paso reconoce que los referees son improvisados, personajes de la localidad.
SIN PERMISO PARA PELEAR… NI PARA PAGAR
El promotor reconoce que no hay permisos para los eventos, “pero los estamos esperando. Esto lo hacemos por el Partido –él es el encargado de la promoción deportiva del PRI– Nos apoya el Diputado y quien iba a tramitar el permiso es el regidor Juan Manuel Cabrera. Incluso, de las peleas ya estaba enterado el de la COMUDE Francisco Cordero”.
Sin embargo, el edil aludido rectifica y dice que él no tiene facultad para dar esos permisos y que él no autorizaría el combate entre niños. “Ya estoy viendo para que eso se suspenda”, dijo Juan Manuel Cabrera.
Ramón Darío comenta cómo es el sistema de pago para los boxeadores: “Algunos ganan hasta 600 pesos; el Gallito –uno de los niños de los videos– ha ganado hasta 300 pesos. A algunos se le paga en el sistema botana, que es lo que regala el público en efectivo. Cuando hay ganancias, pagamos el aparato de sonido”.
Ahí está la cruda realidad: se confirma le exclusiva de este medio informativo: en Acayucan se realizan peleas de box entre niños, no usan protectores “porque estorban”; son eventos para el PRI, se cobra y se vende cerveza, hay escuelas para box en la ciudad, se entrena en el traspatio de la oficina del Partido… y las peleas van a seguir, según el promotor.
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