martes, 29 de septiembre de 2015

Héctor y Pepe forman parte del ‘club de los Yunes engañados’

Columna: T E X T O IRREVERENTE

29 September, 2015/ Notiver

Por Andrés Timoteo

De pena ajena el papelón que hace el senador priísta Héctor Yunes Landa quien no tuvo los tamaños para responderle de frente y al instante  la ofensa que le hizo el gobernante en turno, Javier Duarte de Ochoa y ahora está “respirando por la herida”, como se dice en el argot de los burlones. Duarte le regaló una caña de pescar y lo mando a atrapar ‘peces gordos’ en el estero, entre ellos a sus familiares y Yunes Landa no se negó a recibir el obsequio.  Al contrario, sonriente lo tomó cuando debió - por lo menos- ignorar a quien se lo ofrecía.
Reaccionó tarde y torpemente porque  horas después envió a un personero a tocar la puerta de Casa Veracruz para  devolver el instrumento a la par que giraba un comunicado quejumbroso en el que decía que no se dejaba ofender cuando el ridículo ya lo había hecho al momento en que públicamente le recordaron el lugar que ocupa en el escenario político local. No hay que desgarrarse las vestiduras por algo tan predecible, si Yunes pactó  con la fidelidad y su extensión, el duartismo, ¿qué podía esperar?, ¿a poco en verdad creyó que lo arroparían para ser el sucesor del cordobés?.
Para empezar es falso que la “ofensa” -si así se puede llamar el llamarle la atención a la servidumbre- sea extensiva a todos los veracruzanos. Nunca se ha ocupado de ellos y ahora los pretende usar de escudo. Para nada, pueden seguir burlándose del señor Yunes porque los jarochos no se sienten aludidos, eso es seguro. Por otro lado, el senador se dice mancillado cual muchacha de rancho que es mancillada antes del matrimonio y la abandonan a su suerte pero no provoca ternura sino pena. 
Vean si no es convenenciero y llorón el tipo que hasta ahora que le tocó el raspón se da cuenta de que en Veracruz hay un desgobierno, que Duarte de Ochoa es el peor referente para el PRI –un ‘antivoto’, le dijo-,  que no se merecía ser gobernador, que le regalaron la candidatura en el 2010, que no tiene calidad moral y que le salió muy caro a todos su desgobierno. ¿Pues en qué mundo vivía Yunes Landa que no se había enterado de lo que todos los veracruzanos ya sabían desde el primer año del sexenio?.
Lloriqueando, Yunes Landa asegura que no va a permitir que se burlen de su familia y que ahora sacará la casta pero ¿ dónde estaba cuando Duarte de Ochoa y sus funcionarios se pitorrearon de miles de familias veracruzanas?, ¿qué hizo  cuando se burló  de los familias de desaparecidos, de los maestros apaleados, de los periodistas asesinados, de los jubilados defraudados y de otros tantos que han sido blanco del escarnio duartista?. No se ocupó de ellos porque estaba atareado con los aplausos a rabiar a la administración duartista como buen colaborador diligente.
En fin, la bufonada  que Duarte de Ochoa le armó a Yunes Landa no es la hecatombe para Veracruz y exageran aquellos que hablan de agravios que solo se pueden lavar con sangre o de  rupturas catastróficas y apocalipsis político. No fue más que el regaño a un cómplice a otro. No hay que hacerle mucho caso al tema, sirve para alimentar el morbo y reír un buen rato. Duarte nunca fue un hombre de Estado y por lo tanto no se puede esperar decencia política de él pero Yunes Landa tampoco es un ejemplo del quehacer político honorable, y esto no pasa de ser un pleito de comadres. Eso sí, el senador experimenta en carne propia lo que los viejos del pueblo dicen: palo dado, ni Dios lo quita.
Tampoco no es muy diferente el caso del  otro senador priísta José Yunes Zorrilla, quien también recibió una bravata de parte de Duarte de Ochoa en el discurso del domingo. Le recordó –algo que es cierto y carga la culpa- que también fueron cómplices en traicionar a los veracruzanos al aprobar en el 2009 el incremento de impuestos en San Lázaro cuando ambos eran legisladores federales. A inicios de esa legislatura, los priístas habían prometido no votar nada que fuera en contra de la economía popular e incluso hicieron una gira por la entidad promocionando tal decisión.
Incumplieron no solo Duarte y Yunes Zorrilla sino otros de la camarilla de diputados de la fidelidad, entre ellos la oaxaqueña Carolina Gudiño y el boqueño Salvador Manzur. Claro, el recordatorio de Duarte a Yunes Zorrilla fue más mesurado pero con el mismo objetivo de ponerlo en su lugar con el ridículo incluido. ¿La respuesta del aludido?. Como siempre, demasiado timorata. Yunes Zorrilla no se atreve a erigirse como un personaje realmente independiente de la fidelidad y su extremidad tumorosa, el duartismo. Piensa que la ruptura con esa banda delictiva le cerrará puertas para el 2016 cuando es todo lo contrario, lo elevaría a las nubes.
Por lo pronto, Yunes Zorrilla forma parte del “club de los Yunes engañados” pues a los dos, a Héctor Yunes y a él, los engatusaron, los sentaron a negociar y suscribir acuerdos que solo permitieron que se plegaran a los intereses de la fidelidad. No olviden que en el 2010, Yunes Zorrilla aceptó retirar sus aspiraciones de la contienda y dejarle el paso libre al cordobés con la promesa de que sería el sucesor. Ese pacto lo hizo el peroteño con el mismo impresentable que le dio el beso malévolo. Yunes Zorrilla no está limpio.
Y no escarmentó porque apenas hace unos meses se ofreció diligente a gestionar recursos federales para sacar el atolladero a Duarte y su desastrosa administración. Tras una comilona en su rancho de Perote, Yunes Zorrilla volvió a pactar pero más tardó en promocionar su intervención en el escabroso asunto de los dineros que en ser ridiculizado en una conferencia de prensa donde el cordobés le dijo que las finanzas estatales no eran de su incumbencia. Entonces, ¿son o se hacen?

Puro drama con ellos cuando solo están recibiendo lo que merecen por ser  pactistas con lo obsceno.  Esos dos Yunes son demasiados tibios y blandengues,  por eso,  se repite, no hay que  encenderles ni una veladora  ya que hasta el momento ninguno ha demostrado tener el valor suficiente de un desmarque total de la fidelidad  y de erigirse como una opción decente para el proceso electoral del 2016. De colofón ninguno de ellos es garantía de triunfo el año próximo de acuerdo a  las mediciones demoscópicas – de hecho ningún priísta lo es-. ¿Qué es lo que queda?. Disfrutar del sainete, reírse a gusto de este par que es digno de formar el ‘club de los Yunes engañados’, la versión masculina de esa canción que hizo popular la tabasqueña Laura León, “El club de mujeres engañadas”.

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