jueves, 14 de enero de 2021

Miguel Ángel Facundo Ríos (Micky), hombre revolucionario, con ideales. . . estoico, a toda prueba


Déjame que te Cuente

Por Sergio M. Trejo González

Un personaje acayuqueño, Licenciado en Derecho e Ingeniero Electoral, del que muchas cosas se pudieran escribir.

Me hubiera gustado significar algo de su biografía, pero hace cosa de una semana que anoté, por ahí, que no soy historiador.

Lo que un servidor trata de desarrollar son una especie de semblanzas, adecuadas para columnas periodísticas.

Además, el Gran Micky, requiere justa y necesariamente de otras plumas preciosas y precisas, que signifiquen su trayectoria sin la sensiblería de mis garabatos que ahora pretenden ser un saludo para tan caro amigo.

Alguna vez tuvimos la oportunidad de compartir el bouquet de un "kilo de Bacalao", celebrando el maravilloso nacimiento de mi primogénita, en una espontánea velada, inolvidable e inigualable, desarrollada en el seno de lo que fuera mi hogar, con un testigo de mucha calidad, en una charla de lo más chingona, franca, profunda y sincera, de los muchos vericuetos de nuestra vida.

Momentos sublimes aquellos de cuando las personas que en la etapa del desarrollo personal arañan el cielo, las estrellas y soplan a las nubes, sin perder el piso.

Luego de aquella plática ha transcurrido el tiempo, toda la edad, precisamente, que ahora tiene mi hija, la madre hermosa de un hermoso nieto que me regaló hace más de 10 años.

Todas las aventuras, triunfos y fracasos, engaños y traiciones, consabores y sinsabores, han pasado, dejándonos huellas y experiencias profundas.

Continuamos vivos, disminuidos físicamente, pero agradecidos con el que todo lo sabe y todo lo ve.

Me entero que nuestro amigo, don  Miguel Ángel Facundo Ríos, se encuentra internado en la sala de un hospital, con un cuadro clínico delicado.

Confiamos en Dios que habrá de superar todo pronóstico, como ha superado tantas tribulaciones y vicisitudes.

Ahora lo recuerdo: Así, como lo conocimos de chamaco, con una natural greña, bruna y blonda, vecino de un barrio broncudo, brioso y rijoso.

 No fuimos juntos a ninguna escuela, pero lo miré crecer con una barba cerrada, inspirada posiblemente en los líderes cubanos. No sé, porque el Micky ha sido hombre revolucionario, con ideales, institucional, disciplinado, estoico, a toda prueba.



Lo miré desde mi trinchera diferente a la suya, no siempre contraria, luchar todos los días, siempre en buena lid.

A pesar de que le han dejado solo y le han volteado la espalda y lo han robado y lo han estafado y lo han negado y lo han vendido, se confiesa hombre de fe.

Don Miguel Ángel Facundo Ríos, contempla ahora el umbral  de un quirófano, esperando turno para una difícil intervención médica.

Elevo mis oraciones al que puede y decide y... en mi entelequia me llega un poema. Que ahora parafraseo:

Seré curioso, señor,

de qué se ríe la gente,

aquí en la calle

suceden cosas

que ni siquiera

pueden decirse,

los estudiantes

y los obreros

ponen los puntos

sobre las íes.

 

Por eso digo

señor,

de qué se ríe

usté conoce

mejor que nadie

la ley amarga

de este país;

ustedes duros

con nuestra gente

por qué con otros

son tan serviles;

cómo traicionan

a quien le ayuda,

cómo traicionan

usté y los otros,

los que pasaron

y los que están,

los adulones

y los farsantes.

 

Aquí en la esquina

mata cualquiera

y los que mueren

son gente humilde

y los que quedan

lloran de rabia,

seguro piensan

en el desquite.

 

Allá en la celda

los hombres hacen

sufrir al hombre

y eso no sirve,

después de todo

usté es el palo

mayor de un barco

que se va a pique. 

 

Micky, con un ardor semejante al de nuestra adolescencia, hoy pido para ti, a Dios, mejor fortaleza de la que siempre tuviste para escribir discursos empapados de indignación y coraje, resistencia y protesta.

Tú has corrido por las laderas, has remado contra la corriente, has caído y te has levantado.

Has recogido y probado las mieles de las cosas.

Porque hemos vagado mucho y nuestros pies están cansados, deseo en el Omnipotente, que superes cualquier obstáculo y complicación para poder tomarnos todavía una taza de bondad, por tu nobleza y por los viejos tiempos.

Así es esto!

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