Déjame que te cuente...
Por Sergio M. Trejo González
Un personaje inteligente, discreto y sencillo, que sin perder su espíritu de clase, forma parte de esos admirables profesionistas que pertenecen a una formación auténtica y original que responde a la cultura del esfuerzo.
Lo conocí hace bastantes años, luchando con disciplina por adaptarse a la ciudad, para obtener un grado académico en el Centro de Bachillerato Tecnológico y de Servicios número 48.
Luego continuó sus estudios de Contabilidad y en ese camino, por muchos años viene coleccionando diplomados, licenciaturas, maestrías y etcétera.
Pero no sólo ha buscado títulos, también ha recibido nombramientos y distinciones, cargos y misiones, sin perjuicio de las deferencias importantes en el terreno político y social.
Incluso en los rebaños del Gran Manitú vierte y obsequia sus conocimientos, sus gestiones y sus servicios con vocación de apóstol.
No le alcanza el tiempo para cubrir tantas responsabilidades que lo han llevado al sufrimiento de no se cuantos accidentes, con fracturas y terapias reparatorias, rehabilitatorias y regenerativas.
Noble, religioso, puntual.
Hoy cumpleaños.
Ignoro por cual de sus congregaciones habrá de localizarse en esta fecha tan importante de su almanaque.
Su agenda lo lleva y lo trae por las trincheras administrativas, judiciales, ministeriales, policíacas, hacendarias, registrales.
Él, sabe, que a la hora que pueda, tiene a un amigo dispuesto a compartir el pan y la sal, un café y la charla, para significar su onomástico y la dicha de que estamos vivos.
Dios le siga prodigando bendiciones.
Felicidades.
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