Sara Pantoja
Edgardo Buscaglia, presidente del Instituto de Acción Ciudadana para la Justicia y la Democracia AC. Foto: Miguel Dimayuga |
MÉXICO,
D.F. (apro).- El gobierno de Enrique Peña Nieto invierte “millones de
dólares” en las sedes diplomáticas de México en el extranjero para
generar “cortinas de humo” que desvíen la atención sobre el problema de
los desaparecidos, acusa Edgardo Buscaglia, presidente del Instituto de
Acción Ciudadana para la Justicia y la Democracia AC.
A manera de ejemplo, cuenta el reciente caso que vivió un cineasta del que se reservó su nombre:
“En
la embajada mexicana en Berlín (el gobierno) llamó a la cadena de
televisión Deutsche Welle, para que no se entreviste a un director de
cine mexicano. Esa fue información de una periodista alemana que me
dieron cuando me entrevistaron en Berlín hace unas cuantas semanas”.
En
entrevista con la agencia Apro, el especialista en temas de
narcotráfico y asesor internacional en seguridad, sostiene que a eso “se
le llama generar cortinas de humo mediáticas porque el temor de la
embajada mexicana en Berlín era que no se hable mal de México, que se
oculten estas cosas que se están viendo acá”.
El también
investigador en Derecho y Economía de la Universidad de Columbia en
Estados Unidos dice que “vamos a tener que luchar contra esto convocando
a la prensa internacional para que ustedes puedan llegar a revelar la
verdad ante todos estos medios de difusión que están colocando al
presidente Peña en su portada”, sostiene, en clara alusión a la revista
estadunidense Time.
Buscaglia participó el pasado viernes 28 de
febrero en el Taller sobre Mejores prácticas para atención y trato a
víctimas de familiares de personas desaparecidas en México, organizado
por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).
Ahí,
se refirió al decreto emitido por el gobierno del presidente Peña Nieto
para para transformar a la Procuraduría Social de Atención a Víctimas
de Delitos (Províctima) en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas,
como un organismo descentralizado de la administración pública federal.
Con
su experiencia como asesor de reformas judiciales y prevención del
delito en países de África, Asia, Europa, Latinoamérica y Medio Oriente,
Edgardo Buscaglia asegura que esas comisiones “no se dan abasto para
atender a todos los tipos de víctimas que existen en este país.
En su opinión, se tienen que especializar en comisiones de desapariciones forzadas, en trabajo de canalizar las
miles de testimonios que todavía no se han plasmado en expedientes y procesamientos penales.
miles de testimonios que todavía no se han plasmado en expedientes y procesamientos penales.
“Todo
país que ha sufrido delitos ligados a desapariciones forzadas ha
centralizado ese delito y lo ha tipificado como delito federal. Ha
creado programas nacionales de protección de testigos y denunciantes,
cosa que en México no existe y no le podemos estar pidiendo a las
ciudadanas y ciudadanos que salten, sean testigos y denunciantes cuando
se están enfrentando a grupos criminales trasnacionales que están
cometiendo estos delitos”, destaca.
En México, subraya, “están
asesinando no solo a periodistas, sino a miembros de comisiones de
derechos humanos y van a comenzar a asesinar a jueces y fiscales que se
metan en este tema”.
Buscaglia recomienda luego a integrantes de
asociaciones civiles dedicadas a la búsqueda de personas a crear una
comisión nacional de desaparecidos, similar a las que operan en
Argentina, Chile, Cambodya y Sudáfrica.
Esta comisión, explica,
debe ser centralizada y formada por una red nacional de familiares de
víctimas “dejando atrás los protagonismos”, con un sólo vocero de la
sociedad civil que cada semana denuncie “con nombres y apellidos a
jueces que no se mueven, a fiscales que no quieren impulsar la causa”.
Según
la propuesta del especialista, la comisión deberá estar acompañada de
los medios de comunicación y concentrarse en el Senado, con cuatro
integrantes designados “con responsabilidad política” por todas sus
acciones.
“Esta comisión no es para choros mareadores ni para
discursos, sino para hacerle seguimientos a expedientes y causas penales
que no se han movido por años, a los testimonios que se van a brindar
ante la comisión y para canalizar la reparación del daño a las víctimas y
sus familiares a través de la secretaría de salud, del trabajo, de
educación o cualquier otra instancia gubernamental a nivel federal”,
dice.
Asimismo se debe establecer un programa nacional de
protección de testigos y denunciantes. Sin ello, enfatiza, “toda acción
se va a traducir en más muertes y más desaparecidos”.
Por
experiencia internacional, comenta que la lucha por encontrar a las
personas desaparecidas “no se puede enfrentar sola como sociedad civil”.
En
la entrevista, el experto hace extensivo su reconocimiento a
agrupaciones como el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y
Fundec, y reflexiona: “las desapariciones son por grupos transnacionales
que tienen a políticos, empresarios y operativos. No hay ninguna
sociedad civil en red más cabrona que yo haya conocido que las Abuelas y
Madres de la Plaza de Mayo (en Argentina) y ellas eran redes
transnacionales que canalizaban los casos a la comisión de
desaparecidos”.
Por último, Edgardo Buscaglia alerta al gobierno
mexicano: “los países que han salido de estos infiernos han salido a
través de soluciones operativas, con la sociedad civil y el Estado
trabajando juntos… o desenchufan la bomba ahora o esto les va a explotar
a nivel internacional muy pronto”.
Por separado, Valentina
Peralta Puga, integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y
Dignidad (MPJD) considera que ésta “es una necesidad vital, es como el
agua y el aire: nos urge porque nos vamos a morir, pero también me
parece que es un sueño lejano porque en México el ego es el sustento
interno de los individuos y las organizaciones”.
En entrevista,
advierte que de no seguir esta propuesta “de sobrevivencia, nomás
estamos en la antesala del paredón, del horno crematorio, esperando
nuestro turno, mientras sigamos diciendo: ah, no es mi hijo, no es mi
padre y yo sigo con mi vida, no va a pasar nada”.
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