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* Llega a la frontera de EU con
México
Por: Redacción / Sinembargo
- noviembre 3 de 2013
Ciudad de México, 3 de noviembre
(SinEmbargo).– La alerta vino en 2010 desde Rusia: los informes de salud
hablaron de una nueva droga, llamada krokodil (traducido como “cocodrilo”) que
se come vivos a los adictos, hasta matarlos.
La revista Vice estuvo entre
los primeros medios internacionales en documentar su uso en zonas de extrema
pobreza de ese país. Luego vinieron otros. Pero muy pronto, apenas dos años
después, la alerta se extendió a Gran Bretaña.
Ese mismo 2012 se dieron
apariciones esporádicas del compuesto químico en Brasil y Argentina, aunque las
autoridades de estos países no elevaron una alerta de salud pública.
Ahora, las autoridades
sanitarias y de lucha contra las drogas en Estados Unidos han alertado sobre el
uso en su frontera sur con México; en Phoenix, Arizona, por ejemplo, y en otras
poblaciones que padecen de extrema pobreza.
Phoenix es una ciudad de
altos contrastes. Por un lado tiene uno de los niveles más altos del país, pero
por el otro es el hogar de pandillas que se alojan en los barrios de extrema
pobreza. Estas comunidades son, por lo regular, pobladas en su mayoría por
mexicoamericanos.
La droga krokodil o
cocodrilo es desomorfina, conocida también como dihidrodesoximorfina o por un
antiguo nombre comercial: Permonid. Paradójicamente, fue inventada en 1932 en
Estados Unidos. Posee efectos sedantes y analgésicos, y su preparación es
casera: la desomorfina parte de la α-clorocodida, que se obtiene haciendo
reaccionar cloruro de tionilo con codeína.
Los adictos en Rusia
empezaron obteniendo medicamentos con codeína, como los jarabes para la tos. En
un proceso similar al que se utiliza para crear metanfetamina a partir de la
pseudoefedrina, la codeína (encontrado en analgésicos) se mezcla con yodo y
fósforo rojo (que sale de cajas de cerillos) y se le hace reaccionar con fuego.
La desomorfina, como es
fácil de imaginar, es altamente impura. Se le llama la “nueva heroína” porque
se inyecta, tiene efectos parecidos aunque más fuertes, y sirve como un
sustituto barato. Pero un adicto sólo alcanza a vivir dos años.
No más. Algunas
organizaciones oficiales de salud tanto en Rusia como en Estados Unidos han
alertado que su rápida expansión no está relacionada con una posible escasez de
heroína; es un sustituto barato que llega a zonas de alta marginación. Una
dosis puede costar poco menos de un dólar o 10 pesos mexicanos.
Este contenido ha sido
publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección:
http://www.sinembargo.mx/03-11-2013/799772.
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