CLAROSCUROS
Por José Luis Ortega Vidal
(1)
Durante sus primeros tres años como gobernador, Javier
Duarte -según sus propias afirmaciones- se dedicó a corregir el desastre
financiero con que encontró la administración, hoy a su cargo.
Hemos preguntado en esta columna si el gobernador ha sido
autocrítico y ha reflexionado sobre su responsabilidad en ese rubro, dado que
él fue Secretario de Finanzas durante una buena etapa del gobierno de Fidel
Herrera Beltrán.
La respuesta está en manos del propio jefe del ejecutivo
jarocho.
Ciertamente, el gobierno duartista se ha mantenido alejado
de la demagogia y el populismo, tal y como lo aseguró el jefe del ejecutivo en
su mensaje del castillo de San Juan de Ulúa, con motivo del Tercer Informe de
Gobierno.
Al respecto y en sentido estricto, hay que admitir que
superar la capacidad de Fidel Herrera es una misión casi imposible.
Ahora bien… ¿esto es suficiente?
Otra vez, la respuesta la tiene –en números fríos y
contundentes- el propio gobierno estatal, pues las cifras duras de las finanzas
públicas están en manos del Secretario Charleston, de su jefe el gobernador y
de un cerrado grupo de operación política-financiera entre nuestras
autoridades.
Sólo el tiempo indicará a los ciudadanos si los primeros
tres años del sexenio de Javier Duarte de Ochoa han alcanzado para sanear las
finanzas públicas veracruzanas, al grado de: no sólo haber enderezado el barco,
sino de poder llevarlo a buen puerto.
(2)
Junto a la economía –la macro, pero sobre todo la micro- al
ciudadano común y corriente, a las almas que viajan en camión, taxi, bicicleta
o caminando, les interesa el asunto de la seguridad.
Como todo el país, Veracruz padece un severo cáncer en ese
rubro.
Del espectáculo dantesco de cuerpos esparcidos por docenas
sanguinolentas en las calles de nuestras principales ciudades, hemos pasado a
la problemática severa del secuestro; delito presente en todas partes,
incluyendo –sin sarcasmo- las rancherías y congregaciones.
Hay menos muertos violentos en las calles de la entidad,
pero –caso del Sur- la privación de la libertad de ciudadanos de todos los
niveles sociales es, en este momento, el frente más cruento.
En Coatzacoalcos -sólo el martes 26 de noviembre- elementos
de la Agencia Veracruzana de Investigación por un lado y del Mando Unico por
otro, realizaron sendos rescates de secuestrados en la colonia Villas de Santa
Fe y en Villa Allende.
El saldo fue de unas seis personas a salvo, entre ellas niños,
y una media docena de delincuentes detenidos.
Es plausible esta labor, pero al mismo tiempo hay que
señalar que el número de secuestros es mucho mayor a los casos que terminan en
rescate.
En el mismo sentido, es importante señalar que el objetivo trazado
al crear el Mando Unico en Coatzacoalcos fue el de eliminar añejos vicios,
nexos con la delincuencia e ineficacias en los cuerpos de seguridad que
operaron durante décadas desde los mandos municipales y estatales en la región
sureña.
La presencia del Mando Unico ha contribuido a este
propósito, pero al mismo tiempo se observa el fracaso del modelo al
incrementarse el secuestro –ya referido- además de delitos graves como el
atraco a casas-habitación, asaltos en la zona urbana, robo de vehículos, entre
otros.
La insuficiencia de recursos humanos, materiales,
financieros es parte de la causa.
Pero hay más motivos en esta problemática: destaca la falta
de una coordinación adecuada entre la Procuraduría de Justicia y la Secretaría
de Seguridad Pública.
En ambos organismos escasean gravemente los apoyos y
–además- sus grupos de trabajo en la región operan por separado y a menudo
chocan entre sí.
(3)
En varias colonias de Coatzacoalcos han empezado a surgir
grupos ciudadanos de auto-vigilancia y auto-auxilio.
La prensa local registra mecanismos de operación vecinal
(redes de comunicación, juntas semanales, nombramientos de guardias en
distintos momentos del día) justificados por los ciudadanos ante la falta de
presencia policiaca o insuficiencia de ésta.
Colonias como Puerto México, El Tesoro, Lomas de Barrillas
–entre otras- se auto vigilan ante el acoso de la delincuencia.
Antes de que se arribe al tema de las auto-defensas es
urgente que se corrijan las fallas en el Mando Unico y se alienten los aspectos
que operan positivamente.
La autocrítica, siempre es más efectiva que la
autocomplacencia.
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