Déjame que te cuente…
Por Sergio M. Trejo González
En su vasta geografía, San Pedro Soteapan tiene hermosas riquezas
naturales, y entre ellas sus bosques, sin lugar a dudas, es uno de los lugares
con una belleza inconmensurable que no solo es inspiración para el poeta, sino
que también transmite mensaje de vida a quien tiene la suerte de visitarla.
El suplicio –término más apropiado que martirio– empieza al salir
de San Pedro Soteapan hasta llegar a nuestra ciudad pasando por rancherías y
congregaciones; la carretera ‘asfaltada’ tiene tantos y tan grandes baches, que
hace que la travesía se convierta en un tormento moral, porque no se puede
explicar cómo es que no tenemos ese camino acorde a las necesidades de la
región; y tormento físico, porque venir ir esquivando cada bache para caer en
otro, y así sucesivamente hasta el cansancio, deja maltrecho el cuerpo de
cualquier mortal, La carretera desde San Pedro Soteapan ha sido mantenida con
un criterio práctico de particulares que se ganan la vida con dádivas tapando
agujeros. Así el pavimento asfáltico deteriorado ha sido sacado, dejando varias
secciones sobre ripio, actitud inteligente a esa realidad, aunque no resuelve
el verdadero problema de la comunicación vial.
“En el asfalto hay cicatrices,
que el parche de alquitrán nunca repara.
Son los surcos trazados por el tiempo en el rostro más negro del asfalto; son
las marcas del desgaste de quien carga el peso de los otros muchos años…
Agujeros acariciados por la lluvia, y la pala fugaz de un solitario
cubrebaches, esperan un neumático sin
aire donde hincar sus dientes afilados para obtener algo de caucho, con que
nutrir sus simas más profundas y soportar los golpes de la noche con algo entre
las tripas”.
Transportistas diversos, materialistas, taxistas, y del Servicio Rural,
de las comunidades serranas, imploran en la desesperación el auxilio, apoyo, asistencia
del señor Gobernador Javier Duarte de Ochoa, pues las condiciones que guarda la
carretera que los comunica de San Pedro Soteapan – Acayucan, es realmente lamentable,
deplorable y triste. Baches, hoyancos y originales cráteres se multiplicaron en
cada metro cuadrado de la carpeta asfáltica; por ello con nostalgia recuerdan
los vecinos los tiempos cuando fue construida dicha arteria. De entonces a
estas fechas poco, muy poco, casi nada, ni siquiera una raspadita o tapadita se
ha realizado de manera oficial para la conservación de ese tramo carretero, que
ahora con las torrenciales lluvias es un auténtico lodazal y batidero.
Hace apenas un par de meses nos enteramos de que había el proyecto
de reparación general de ese camino, incluso ciertas autoridades de la región
anunciaron con bombos y platillos al respecto de una “manota de gato” que habrían
de aplicarle a manera de reencarpetado general.
Me pareció buena idea esa la de componer la carretera a Soteapan,
que incluía el tramo urbano que conocemos como acceso al fraccionamiento “Rincón
del Bosque y el de “Santa Cruz” y a la colonia “Lealtad”. Digo, ya teníamos
como 6 meses de nutridos descalabros y calamidades que padecían los habitantes
de esa zona en el intervalo del Lienzo Charro al libramiento de la carretera
Costera del Golfo. Los vecinos ya no veían la suya ante la obra que ¡por fin!
ya fue reabierta, con algunos detallitos que no se notan.
Aquí el asunto es más peliagudo, pues se trata del llamado camino
corto a la sierra, al que nadie le ha dado una cheineadita desde hace bastante
rato, no obstante que se anunció por ahí que, por parte del gobierno del Estado,
habría una inversión de 27 millones de pesos para mantenimiento de no sé
cuántos. Que se atenderían los espacios y lugares en donde prácticamente ya no
existe manta asfáltica.
Lo anterior trascendió en publicaciones y fuentes dignas de
crédito, indicando que el banderazo de los trabajos se daría en el mes de
octubre anterior en San Pedro Soteapan. De eso parece que todo quedó en un rumor
que los usuarios de dicha carretera jamás vieron en la realidad, ya que hasta
la fecha no hay muestras ni señales de tal iniciativa anunciada, publicada y
muy cacaraqueada, porque en el terreno todo se reduce a indiferencia y
abandono.
Actualmente la carretera se encuentra de la madre (perdón por la
elocuencia al no encontrar un adjetivo más eufemístico) y a tal condición de
menoscabo se debe sumar que, en estos periodos de diluvio, los meteoros
naturales han convertido el lugar en espacio intransitable y peligroso, por el
gran caudal de agujeros y zanjas que al cubrirse de agua provocan riesgo mayor,
ocasionándose averías mecánicas y accidentes carreteros, sin olvidar la inseguridad
ante la exposición a cualquier asalto, por tener que circular con velocidad
mínima; además de que algunas unidades, por los grandes boquetes que existen en
el camino se llevan sus amortiguadores y provocan pérdidas de tiempo y gastos de
reparación.
Debo aquí recordar también que la carretera Acayucan – San Pedro
Soteapan, fue un compromiso de campaña de Miguel Alemán Velasco, que cumplió, e
incluso se hicieron dos actos de inauguración, uno en la “Y” de Soteapan y el otro en la calle
prolongación Porfirio Díaz, esquina Isabel La Católica en la colonia Morelos de
Acayucan. Lugar donde el mandatario entrego ese tramo a los materialistas de la
región, a quienes les expresó que, con esa obra, los costos de combustible y la
depreciación de sus vehículos, tendrían un ahorro significativo al evitar tener
que realizar vueltas para poder llevar sus componentes básicos en la
construcción a muchos lugares.
No estoy seguro de la distancia (quizá unos 36 kilómetros) de la
carretera Soteapan – Acayucan, que en más de una década no ha recibido
inversión de la dependencia del estado a cargo de la reparación de estos tramos;
sin embargo me entero que se ha pretende invitar a Don Javier Duarte de Ochoa para
que se dé una vuelta por acá y venga a conocer el malísimo estado en que se
encuentra la carretera referida. la gente incrédula omite hacerse ilusiones de
un pronto arreglo, ni pensar en buscar alguna salida por el municipio de
Soconusco donde los caminos vecinales con todos los puentes, son fiel reflejo
del abandono en que se tiene al municipio, famoso por la sal rosada y por el
secuestro político en que la mantiene una familia..
Para colmo de males ahora parece que se ciñe otra amenaza sobre los
transportistas, pues una vecina de la colonia Morelos anda medio acelerada, levantando
firmas para cerrar la rúa a los materialistas y demás medios de transporte a
efecto de que no se permita la circulación vehicular con unidades de regular
capacidad. Por ahí anda, se sabe de alguien que sin mayor ocupación
pretende llamar la atención de las
autoridades que ya se van para que le obsequien la gracia de impedir la
circulación de vehículos pesados tan solo porque la molesta el ruido de las
unidades de transporte desde muy tempranito. Eso por supuesto tiene muchas
aristas dignas de analizar pues el descanso es algo bien importante pero los
gastos de gasolina y el diesel y el desgaste de neumáticos y la depreciación
motores por la vueltecita de muchos kilómetros (para evitarle molestias a
ciertos vecinos) como que no es algo muy sensato… ahí entra en conflicto
aquello del interés público y el interés privado… cosa de justipreciar, pues no
se trata de actuar caprichosamente sino proceder en el marco de la civilidad y
el derecho. Como quiera que se vea, los transportistas son entidades que pagan
impuestos, además de las innumerables mochadas que vienen entregando a diversos
mandos que se la dejan caer con cualquier pretexto a cualquier transportista,
en cualquiera de sus versiones o especies: Carga, pasaje, fayuca, turismo,
ganado o robado.
El transporte de carga por carretera, con lo
inherente necesidad de cruzar algunos litorales urbanos, es una actividad muy
importante para el desarrollo de todos los sectores económicos del país, pues
supone una fuente de ingresos para muchas familias, que viven del quehacer de
miles de conductores, cuyas condiciones de trabajo presentan aspectos significativos
de necesidad que repercute en sus relaciones humanas, proyectando una serie de
desafíos sociales desde una perspectiva vinculada al concepto de Trabajo
Decente, algo muy relevante en el nivel de ingresos que percibe la clase del
volante y en su preponderancia en la cadena productiva de varios sectores. Cosa
de ver las cosas, con filosofía… Ojos cansados, alma derrengada. Otro cambio de
rasante se refleja en tu mirada. Rey, tu verdadero nombre: Dueño y señor de la
diabólica serpiente de asfalto. Esa que tantas vidas roba. Ignorantes son los
que por mala persona te tienen. Tú que siempre estás dispuesto a ayudar. Tú que
avisas cuando te pueden adelantar. Cuantos accidentes viste... Tú que conoces
en su esencia la soledad. Tú qué sabes de las prisas por llegar, sin importar
el sueño, ni el destino: por bajadas peligrosas o por curvas traicioneras. Nieve,
frio, sol. La adversidad no importa, llegar es lo primero, camionero, poca
gente te conoce, pero todos te etiquetan desatinadamente. Que sabrán ellos de
Jugarse la vida a cada instante, añorar a los seres que te quieren, comer a la
intemperie o perder a compañeros que se van, que su vida entregan tras de un
volante.
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