martes, 27 de septiembre de 2011

Marco Martínez Amador, salta a la palestra.

Columna: Déjame que te cuente…


Por Sergio M. Trejo González

Marco Antonio Martínez Amador, se nos aparece de repente con una nueva palestra social, política (aunque diga que no) y económica, ahora con las siglas del Grupo Único Independiente Acayuqueño; una sociedad Civil que auspicia a ciertas personas que debemos pensar para salud general que de alguna manera representan las fuerzas vivas de una parte importante de nuestra comunidad. Por ahí nos repartió, en un desayuno con personalidades del periodismo local, unos trípticos que significan una manera de presentación de su nueva bandera: GUIA, que bien se puede definir como persona que conduce, dirige, aconseja u orienta a otras.
Muchas definiciones existen al respecto pero esa es la que tal organismo adoptó como motivo principal para tal denominación. También se dio a conocer, la mañana del pasado martes, el emblema o logotipo que se inspira de la raíz del nombre de Acayucan, con alguna variante, pues ya no es el jeroglífico que conocemos para simbolizar el “Lugar de Cañas” sino una especie de lago que trata de representar su “Pozo de las Cañas” o su “Manantial de Juncos”, pero bien, sabemos que en eso de los escudos resulta común la variedad y la confusión. También, en tratándose de broqueles, la cosa es calmada, para los guerreros y para la nobleza o para las cuestiones de tributación, que fue la necesidad para que aparecieran en nuestro país y que se registran en los códices antiguos; por eso, me reservo el comentario respecto a la pirámide que envuelve el paisaje del logotipo de G.U.I.A. No es lo mío, aun toda su fuerza cósmica, pues lo místico no es mi fuerte, además lo importante es conocer que en tratándose de “protecciones” entiendo que tales decoraciones se han ido desarrollando en un lenguaje muy articulado que regula y describe la heráldica civil, que paralelamente es acompañada en el devenir de los tiempos por la heráldica eclesiástica, que sigue las reglas de estas ciencias para la composición y la definición de insignias, según los grados del orden sagrado, de la jurisdicción y de la dignidad. Marco Martínez, por supuesto que no es perito en escudería ni en simbología pero es hombre bien intencionado, criticado muchas veces pero algunas ocasiones hasta candoroso; al menos en sus pretensiones políticas, como ya le vimos moverse en la contienda pretérita, cuando buscó la presidencia municipal con resultados aceptables para las estadísticas, pero sin complacencia para sus seguidores que pensaron en el triunfo, donde al final solo favoreció a un par de ediles que se han olvidado de este origen. Cosas de la tradición política y de la condición humana, que no es para amargar ni para inquietar a nadie.
Entiendo que la conformación del grupo de Marco Antonio resulta saludable para los vecinos y para los amigos que necesitamos ser escuchados y atendidos en nuestras necesidades. Bueno, porque muchas personas desconocen la tramitologìa burocrática que se necesita salvar para obtener recursos de programas oficiales, que pueden ser derramados en la clase menesterosa sin tener que andarse arrastrando con solicitudes durante los famosos “Lunes de Puertas Abiertas”. Muchos ciudadanos ignoramos si el gobierno en cualquiera de los estadios esté bajando recursos de apoyo para adultos mayores, para estudiantes con buen promedio. Como y cuanto se derrama en nuestra comunidad, y a quienes se beneficia en tales renglones. Esos asuntos del ramo “X” solo son conocidos y administrados en su totalidad por el personal de la gente de confianza de la presidencia municipal, sin que los beneficios aterricen de alguna manera en las auténticas y originales clases menesterosas. Luego por eso ahí andan, con la baba, los escasos favorecidos que miran a quienes nos administran, los últimos tres tristes trienios, de las hermanas que triscan trigo en nuestro trigal, como si fueran el mesías, cuando el dinero que reparten solamente es parte de los impuestos que nos corresponde recibir en apoyo, obras y servicios públicos… No existe placer más grande que hacer caravana con el dinero ajeno.
En fin, la escena política tiene de nuevo a Marco Antonio Martínez amador, buscándola por la vía Democrática. El nuevo grupo ha visto la luz el día 27 de septiembre tras celebrarse un desayuno significativo, aunque seguramente los aduladores de las hermanitas dirán que faltó la supervisión y visto bueno de la Dirección de Comunicación Social. La nueva formación política capitaneada por Marco Martínez, nace apoyada por un nutrido grupo de dirigentes y militantes de muchos partidos, también con la simpatía de algunas gentes del altiplano, con ideas claras y fresas sobre temas como la seguridad social y la inseguridad pública, el proceso de invasión de inmigrantes y la forma serena, ecuánime y milonguera, en que se la llevan quienes representan los consulados extranjeros asentados en nuestro territorio, todo con una vocación seria de limpieza y regeneración de la política y su casta, sin exclusiones, con un claro espíritu de impulso al desarrollo urbano y la reivindicación del campesinado.
No conozco el reglamento de GUIA, pero conozco a los integrantes y por lo menos dos representan inquietud y pasión por los asuntos públicos, que los representantes de la oposición palaciega no están capacitados para afrontar. Eso, sentimos, nos está dejando a los ciudadanos abandonados, sumidos en la angustia y el miedo que se padece ante la calamidad en que nos ha embotellado la clase política actual, a menudo indiferente, corrupta, nepotista, manipuladora y prevaricadora.
La actuación inmediata a favor de las personas que han perdido su empleo y no encuentran otro; y salvaguardar la pequeña y mediana empresa y el tejido de profesionales autónomos que la crisis ha enviado al limbo de la exclusión de su clase social son algunas razones por las que el grupo de Marco Martínez podría ser bien recibido y aceptado en los rincones de Acayucan, donde no penetró en la campaña anterior. Digo, hasta que Mario González nos indique por donde anda, o diga Nagazaki: “Esta boca es mía”.

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