¿Y cómo le hicimos para convertir a la Madre Patria en una Patria de la madre…?
Por José Luis Ortega Vidal
(1)
Las lunas de octubre -que suelen ser las más hermosas- arrojarán luz sobre las candidaturas Presidenciales para el año 2012 y también traerán noticias detalladas sobre las posiciones de los partidos políticos que, hoy, están encabezados por el PRI, seguido por un PAN y un PRD divididos y montados en su respectivo ring.
Diciembre -el mes que “me gustó pa´que te vayas y que sea tu cruel adiós esta Navidad”- será un periodo definitorio sobre figuras como Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard en el caso del PRD y Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Ernesto Cordero por las filas del panismo.
Desde ahora –en nuestro querido Agosto, mes que debe su nombre al Emperador César Augusto, Primer Emperador Romano en la era cristiana- el PRI ya tiene gallo y se llama Enrique Peña Nieto; gallo lleno de plumas y rodeado de gaviotas y de gaviotos, de telegaviotas y de gavilanes gavioteros.
Un gallo que luce adelantado en la carrera presidencial, pero cuyo copete no está a salvo, por más que las encuestas mensuales alimenten su ego.
Así como el ego de una clase política que se siente dueña de la Revolución de 1910 y de todo su legado de privilegios surgido de su contraparte histórica, la bien llamada: “Robolución”.
En fin, no olvidemos que aun nos falta septiembre, un mes que solía ser referente del amor patrio pero que en los días que corren servirá para preguntarse: ¿Y dónde quedó la patria? ¿Qué nos pasó? ¿Cómo le hicimos para convertir a la Madre Patria en una Patria de la madre?
Peor aún, llegará Noviembre.
Uffff.
Como siempre, los primeros días del onceavo mes servirán para recordar a nuestros fieles difuntos, lo cual suele darnos muestra de nuestra riqueza cultural y de nuestro colorido lenguaje oral, visual, místico, como mexicanos mestizos, indígenas y europeos, africanos, asiáticos y hasta marcianos que somos.
Todo eso está muy bien; sólo que Don Felipe I nos ha echado encima el compromiso de recordar a 50 mil muertos más, producto de su guerra contra las drogas y quienes las venden, las promueven, las consumen y las…las etcéteras…
Y a las 50 mil almas ausentes debemos sumar 10 mil desaparecidos por esta misma guerra en la que ya –faltaba más- participan la CIA, la DEA, el Pentágono y los asesores privados norteamericanos que se estaban quedando sin chamba en Irak, en Afganistán y anexas y como Felipe I se promovió como el Presidente del Empleo, pues pa’ pronto se los trajo para acá.
A nuestro querido México, donde les han dado chamba de asesores, operadores, ejecutores y lo que haga falta…
He aquí que a nuestro calendario político federal de agosto a diciembre, le sumaremos una serie de compromisos sociales que a los mexicanos nunca nos faltan para pasarla bien.
Diciembre -el mes que “me gustó pa´que te vayas y que sea tu cruel adiós esta Navidad”- será un periodo definitorio sobre figuras como Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard en el caso del PRD y Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Ernesto Cordero por las filas del panismo.
Desde ahora –en nuestro querido Agosto, mes que debe su nombre al Emperador César Augusto, Primer Emperador Romano en la era cristiana- el PRI ya tiene gallo y se llama Enrique Peña Nieto; gallo lleno de plumas y rodeado de gaviotas y de gaviotos, de telegaviotas y de gavilanes gavioteros.
Un gallo que luce adelantado en la carrera presidencial, pero cuyo copete no está a salvo, por más que las encuestas mensuales alimenten su ego.
Así como el ego de una clase política que se siente dueña de la Revolución de 1910 y de todo su legado de privilegios surgido de su contraparte histórica, la bien llamada: “Robolución”.
En fin, no olvidemos que aun nos falta septiembre, un mes que solía ser referente del amor patrio pero que en los días que corren servirá para preguntarse: ¿Y dónde quedó la patria? ¿Qué nos pasó? ¿Cómo le hicimos para convertir a la Madre Patria en una Patria de la madre?
Peor aún, llegará Noviembre.
Uffff.
Como siempre, los primeros días del onceavo mes servirán para recordar a nuestros fieles difuntos, lo cual suele darnos muestra de nuestra riqueza cultural y de nuestro colorido lenguaje oral, visual, místico, como mexicanos mestizos, indígenas y europeos, africanos, asiáticos y hasta marcianos que somos.
Todo eso está muy bien; sólo que Don Felipe I nos ha echado encima el compromiso de recordar a 50 mil muertos más, producto de su guerra contra las drogas y quienes las venden, las promueven, las consumen y las…las etcéteras…
Y a las 50 mil almas ausentes debemos sumar 10 mil desaparecidos por esta misma guerra en la que ya –faltaba más- participan la CIA, la DEA, el Pentágono y los asesores privados norteamericanos que se estaban quedando sin chamba en Irak, en Afganistán y anexas y como Felipe I se promovió como el Presidente del Empleo, pues pa’ pronto se los trajo para acá.
A nuestro querido México, donde les han dado chamba de asesores, operadores, ejecutores y lo que haga falta…
He aquí que a nuestro calendario político federal de agosto a diciembre, le sumaremos una serie de compromisos sociales que a los mexicanos nunca nos faltan para pasarla bien.
(2)
Escribo estas líneas con la ilusión de que este martes la Sección Sub 20 le gane a Brasil en el mundial de Colombia.
Si eso ocurre, agosto pasará de volada, porque el domingo 21 tendríamos la tercera final de un mundial de futbol con participación mexicana.
(3)
Total que la Madre Patria se encuentra muy bien, convertida en la Patria de la madre, pero como dijo el poeta José Alfredo: “yo sé bien que estoy afuera; pero el día que yo me muera; sé que tendrás que llorar…llorar y llorar…llorar y llorar…”
Y por favor, no confunda usted estos versos con una serenata de Felipe Calderón al PAN; producto de algún abuso presidencial en el consumo de tequila.
Nada de eso: es simplemente algo de nostalgia por los tiempos aquellos en José Alfredo escribía metáforas para deleitarse en los desamores.
Y hoy que el poeta guanajuatense ya no está con nosotros, se le extraña porque bien nos podría escribir algún corrido sobre el mexicano desaparecido, o algo así…
Y por favor, no confunda usted estos versos con una serenata de Felipe Calderón al PAN; producto de algún abuso presidencial en el consumo de tequila.
Nada de eso: es simplemente algo de nostalgia por los tiempos aquellos en José Alfredo escribía metáforas para deleitarse en los desamores.
Y hoy que el poeta guanajuatense ya no está con nosotros, se le extraña porque bien nos podría escribir algún corrido sobre el mexicano desaparecido, o algo así…
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