Columna: Déjame que te cuente…
Por Sergio M. Trejo González
En el marco de una ceremonia de graduación, llevada a cabo el jueves 10 de marzo, en el salón de eventos del hotel Kinakù, donde un promedio de 77 profesionistas recibieron esa póliza de pasantes, tan necesaria para la consecución de mejores espacios de desarrollo, tuvo lugar la presentación de “La Nueva Pedagogía Social”, un nuevo libro del Dr. Guillermo Héctor Zúñiga Martínez.
Agradeciendo la formal invitación de los organizadores, me permití formular algunas observaciones al libro en mención, compartiendo tal distinción con el profesor Joel Vargas Cruz, en el privilegio de contar con la visita de un personaje respetado y querido como lo es Don Guillermo Zúñiga Martínez: “Sabemos, es el dueño de un pensamiento vigoroso y verbo vibrante, así como lo califica el doctor Salvador Valencia Carmona en el prologo del libro que hoy presenta; así es también como un servidor lo ha observado en infinidad de cortes de listón y de graduaciones, en muchos planteles normalistas y universitarios, donde fungiendo como padrino de generación ha obsequiado frases y estrofas que se han diseminado como aroma de flores perfumadas cuya fragancia conservo en la memoria. Gracias maestro, por escoger a nuestra ciudad de Acayucan, para una de sus presentaciones de otro de sus libros: “La nueva Pedagogía Social”, cuyo contenido cautiva al lector sin importar que se pertenezca o no al sector educativo.
Habíamos escuchado de tal obra que, se argumenta, tiene como finalidad la propuesta, muy seria, de aplicación de un proyecto que dicen: "Pretende llevar educación a las zonas marginadas del estado, donde uno de los principios educativos sería "el autodidactismo creativo", partiendo de la base principal de utilizar los planteles escolares que se encuentran distribuidos en todo el estado, y que no se utilizan ni los sábados, ni domingos ni los días festivos". Hoy podemos subrayar que el nuevo libro del director del Instituto Veracruzano de Educación Superior, Guillermo Héctor Zúñiga Martínez resulta una aportación importante al terreno de la educación en nuestro país con raíces muy profundas en nuestro estado, pues tal obra, es síntesis de muchas tareas que el autor aborda desarrollando temas donde refleja necesidades intrínsecas de la sociedad, actuando sin reloj, sin la esclavitud de los cronogramas… haciendo algo que definitivamente disfruta cada vez que practica: Enseñar.
El libro que me atrevo a presentar, con todo respeto, a una asistencia de tanta calidad, nos cautiva desde su portada y contraportada; la obra: “LA NUEVA PEDAGOGIA SOCIAL” del maestro: GUILLERMO HÉCTOR ZÚÑIGA MARTÍNEZ, Tiene en lo que llamamos “la pasta”, una composición de imágenes de algunos apóstoles de la educación que en el devenir de la historia, en diversos sistemas y condiciones, han resultado aportadores valiosos en materia pedagógica.
La excelente presentación de José Velasco Toro, nos colma con su sapiencia al ilustrar y resumir: “como una ventana que nos permite ver, en Zúñiga Martínez, al político, al pensador y al educador”.
La obra también se robustece con el prólogo del Dr. Salvador Valencia Carmona, un eminente jurista que conocimos hace años precisamente en la inauguración de este hotel que hoy nos alberga; de gran trayectoria académica, autor de algún texto de Derecho Constitucional y servidor público connotado; y es quien nos sitúa y nos fija en las ideas del autor…Luego tenemos las referencias de un Ángel J. Hermida, quien nos describe a don Guillermo, como uno de los educadores políticos más talentosos y dinámicos de Veracruz y “un ejemplo vigoroso de lo que puede lograr el esfuerzo y la voluntad”.
La nueva Pedagogía Social no es una Novela ni un cuento ni una historia completa, pero sí es una especie de miscelánea educativa, exquisita en referencias del acontecer contemporáneo de la instrucción en nuestro estado. Es un texto compuesto de cuatro capítulos, ricamente clasificados y descritos con la frescura de la tinta que el autor recrea en 92 apartados, que resultan una compilación de experiencias, melancolía, madurez y acalorado debate sobre los grandes temas educativos del siglo XXI. 327 páginas encierran toda una vida aprendizaje y enseñanza, hojas estructuradas sin rigor alguno, dije: “sin rigor”, pero con sustento, con fundamento y con motivación. Nos muestra en su interior algunas fotografías que capturan a nuestro viajero del tiempo, intrincado con el quehacer educativo; sus retratos son la prueba fehaciente y plena del compromiso que ha cumplido como funcionario público cercano a las aulas y a los alumnos.
A fojas, de la 45 a la 61, el maestro nos hace ponernos de pie rindiendo homenaje a grandes pensadores de la pedagogía social. Después, el autor se arriesga, en las páginas 303 y 304, al abordaje de un tema delicado y actual. Nos refiere la descomposición fraudulenta de acreditaciones profesionales que se dedican a ofrecer certificados de educación a cambio, por supuesto, de dinero. Todavía remata: “Este jugoso comercio, deplorablemente está invadiendo a los países en desarrollo, porque no faltan vivales que creen que los conocimientos se adquieren por ósmosis y no se miden en sus expectativas con tal de aparentar una falsa preparación técnica o cultural”.
Don Guillermo Zúñiga, reitera con sensibilidad en muchos párrafos su compromiso social, al percatarse de las oportunidades que se escapan a los jóvenes y adultos veracruzanos, quienes por diversos motivos truncan sus estudios profesionales, en el acartonado e intransigente sistema formal de educación superior; y gracias a sus aportes y ensayos; resulta el autor punta de lanza en la innovación de la nueva Pedagogía Social: la que considera que la cultura y al educación no deben de ser exclusivas de un sector, y le brinda la oportunidad a todo aquel que tenga voluntad de terminar sus estudios de licenciatura, dentro de una institución fomentada y enriquecida por el maestro Zúñiga: “EL INSTITUTO VERACRUZANO DE EDUCACIÓN SUPERIOR”. Una entidad desde la cual se vienen realizando grandes aportes a la pedagogía; el ejemplo lo tenemos en las generaciones de graduados que pululan en nuestro rededor en un sistema con estilo innovador y realista; esa es la nueva pedagogía que acerca a todos los ciudadanos a la eficiencia terminal; oficialmente reconocida al obtener título universitario, alternativo, pero no engañoso, asequible pero no regalado.
Termino, sugiriendo la lectura de este libro, que en general resulta importante aportación al movimiento educativo de nuestro estado, en la comprensión de que “LA NUEVA PEDAGOGÍA SOCIAL” nos sugiere, redefinir el concepto de pedagogía; esto significa, acercar a las masas la oportunidad de interactuar con el ente educativo; no se trata, dicen por ahí, de acumular títulos y coleccionar grados académicos, sino de encontrarle un sentido a la vida.
Gracias a don Guillermo Héctor Zúñiga Martínez por cultivar el espíritu de superación, en la Sociedad Veracruzana”.
Agradeciendo la formal invitación de los organizadores, me permití formular algunas observaciones al libro en mención, compartiendo tal distinción con el profesor Joel Vargas Cruz, en el privilegio de contar con la visita de un personaje respetado y querido como lo es Don Guillermo Zúñiga Martínez: “Sabemos, es el dueño de un pensamiento vigoroso y verbo vibrante, así como lo califica el doctor Salvador Valencia Carmona en el prologo del libro que hoy presenta; así es también como un servidor lo ha observado en infinidad de cortes de listón y de graduaciones, en muchos planteles normalistas y universitarios, donde fungiendo como padrino de generación ha obsequiado frases y estrofas que se han diseminado como aroma de flores perfumadas cuya fragancia conservo en la memoria. Gracias maestro, por escoger a nuestra ciudad de Acayucan, para una de sus presentaciones de otro de sus libros: “La nueva Pedagogía Social”, cuyo contenido cautiva al lector sin importar que se pertenezca o no al sector educativo.
Habíamos escuchado de tal obra que, se argumenta, tiene como finalidad la propuesta, muy seria, de aplicación de un proyecto que dicen: "Pretende llevar educación a las zonas marginadas del estado, donde uno de los principios educativos sería "el autodidactismo creativo", partiendo de la base principal de utilizar los planteles escolares que se encuentran distribuidos en todo el estado, y que no se utilizan ni los sábados, ni domingos ni los días festivos". Hoy podemos subrayar que el nuevo libro del director del Instituto Veracruzano de Educación Superior, Guillermo Héctor Zúñiga Martínez resulta una aportación importante al terreno de la educación en nuestro país con raíces muy profundas en nuestro estado, pues tal obra, es síntesis de muchas tareas que el autor aborda desarrollando temas donde refleja necesidades intrínsecas de la sociedad, actuando sin reloj, sin la esclavitud de los cronogramas… haciendo algo que definitivamente disfruta cada vez que practica: Enseñar.
El libro que me atrevo a presentar, con todo respeto, a una asistencia de tanta calidad, nos cautiva desde su portada y contraportada; la obra: “LA NUEVA PEDAGOGIA SOCIAL” del maestro: GUILLERMO HÉCTOR ZÚÑIGA MARTÍNEZ, Tiene en lo que llamamos “la pasta”, una composición de imágenes de algunos apóstoles de la educación que en el devenir de la historia, en diversos sistemas y condiciones, han resultado aportadores valiosos en materia pedagógica.
La excelente presentación de José Velasco Toro, nos colma con su sapiencia al ilustrar y resumir: “como una ventana que nos permite ver, en Zúñiga Martínez, al político, al pensador y al educador”.
La obra también se robustece con el prólogo del Dr. Salvador Valencia Carmona, un eminente jurista que conocimos hace años precisamente en la inauguración de este hotel que hoy nos alberga; de gran trayectoria académica, autor de algún texto de Derecho Constitucional y servidor público connotado; y es quien nos sitúa y nos fija en las ideas del autor…Luego tenemos las referencias de un Ángel J. Hermida, quien nos describe a don Guillermo, como uno de los educadores políticos más talentosos y dinámicos de Veracruz y “un ejemplo vigoroso de lo que puede lograr el esfuerzo y la voluntad”.
La nueva Pedagogía Social no es una Novela ni un cuento ni una historia completa, pero sí es una especie de miscelánea educativa, exquisita en referencias del acontecer contemporáneo de la instrucción en nuestro estado. Es un texto compuesto de cuatro capítulos, ricamente clasificados y descritos con la frescura de la tinta que el autor recrea en 92 apartados, que resultan una compilación de experiencias, melancolía, madurez y acalorado debate sobre los grandes temas educativos del siglo XXI. 327 páginas encierran toda una vida aprendizaje y enseñanza, hojas estructuradas sin rigor alguno, dije: “sin rigor”, pero con sustento, con fundamento y con motivación. Nos muestra en su interior algunas fotografías que capturan a nuestro viajero del tiempo, intrincado con el quehacer educativo; sus retratos son la prueba fehaciente y plena del compromiso que ha cumplido como funcionario público cercano a las aulas y a los alumnos.
A fojas, de la 45 a la 61, el maestro nos hace ponernos de pie rindiendo homenaje a grandes pensadores de la pedagogía social. Después, el autor se arriesga, en las páginas 303 y 304, al abordaje de un tema delicado y actual. Nos refiere la descomposición fraudulenta de acreditaciones profesionales que se dedican a ofrecer certificados de educación a cambio, por supuesto, de dinero. Todavía remata: “Este jugoso comercio, deplorablemente está invadiendo a los países en desarrollo, porque no faltan vivales que creen que los conocimientos se adquieren por ósmosis y no se miden en sus expectativas con tal de aparentar una falsa preparación técnica o cultural”.
Don Guillermo Zúñiga, reitera con sensibilidad en muchos párrafos su compromiso social, al percatarse de las oportunidades que se escapan a los jóvenes y adultos veracruzanos, quienes por diversos motivos truncan sus estudios profesionales, en el acartonado e intransigente sistema formal de educación superior; y gracias a sus aportes y ensayos; resulta el autor punta de lanza en la innovación de la nueva Pedagogía Social: la que considera que la cultura y al educación no deben de ser exclusivas de un sector, y le brinda la oportunidad a todo aquel que tenga voluntad de terminar sus estudios de licenciatura, dentro de una institución fomentada y enriquecida por el maestro Zúñiga: “EL INSTITUTO VERACRUZANO DE EDUCACIÓN SUPERIOR”. Una entidad desde la cual se vienen realizando grandes aportes a la pedagogía; el ejemplo lo tenemos en las generaciones de graduados que pululan en nuestro rededor en un sistema con estilo innovador y realista; esa es la nueva pedagogía que acerca a todos los ciudadanos a la eficiencia terminal; oficialmente reconocida al obtener título universitario, alternativo, pero no engañoso, asequible pero no regalado.
Termino, sugiriendo la lectura de este libro, que en general resulta importante aportación al movimiento educativo de nuestro estado, en la comprensión de que “LA NUEVA PEDAGOGÍA SOCIAL” nos sugiere, redefinir el concepto de pedagogía; esto significa, acercar a las masas la oportunidad de interactuar con el ente educativo; no se trata, dicen por ahí, de acumular títulos y coleccionar grados académicos, sino de encontrarle un sentido a la vida.
Gracias a don Guillermo Héctor Zúñiga Martínez por cultivar el espíritu de superación, en la Sociedad Veracruzana”.
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