jueves, 22 de septiembre de 2011

Armando Palacios Salomón (a) "El Charrasca"


Columna: CLAROSCUROS

Por José Luis Ortega Vidal

(1)


Alrededor de las 7 de la tarde del domingo 24 de febrero de 1990, el penal de Acayucan quedó vacío.
294 reos decidieron escapar y lo hicieron encabezados por Armando Palacios Salomón (a) "El Charrasca", un asesino que manejaba a su antojo el poder interno del reclusorio en complicidad con su director: Ricardo Pavón González (+).
A 21 años de ocurrida aquella fuga tan masiva como grotesca, a “don Charrasca” nadie lo ha vuelto a ver; por lo menos en el sistema penitenciario veracruzano.
Su cómplice en la cárcel y responsable directo de la fuga, el señor Ricardo Pavón González, murió hace unos años en su domicilio en Acayucan, envuelto en su vómito y en circunstancias tan extrañas como su vida misma.
La noche de la fuga, uno de los prófugos murió abatido por la policía en la colonia Revolución de Acayucan.
En los días subsiguientes se recapturó a unos 30 y solamente el Subdirector del Penal, Alejandro de la Cruz Orbelín, pagó con cárcel por aquellos sucesos.
El día del escape, Ricardo Pavón González (+) y Armando Palacios Salomón se emborracharon en dirección del penal.
Allí, las parrandas eran cosa común y de esa corrupción tenían noticias en la Dirección de Prevención y Readaptación Social del gobierno del estado que encabezaba Dante Delgado Rannauro.
Nativo de Alvarado, educado en Córdoba, Dante era en aquellos años un político priísta que había heredado el cargo gobernador de Fernando Gutiérrez Barrios.
Hoy, Delgado es Senador de la República y representa uno de los múltiples rostros sin forma de la izquierda nacional.
Rannauro posee un discurso muy hábil para apreciar la paja en el ojo político ajeno, sin recordar las vigas en el ojo político propio.
En 1990 era bien sabido que al interior del penal acayuqueño se ejercía un poder paralelo al institucional.
Una mafia de reos cobraba por “derechos” en ese lugar:

- Por trabajar
- Por vender
- Por recibir visitas
- Por tener acceso a sexo
- Por “seguridad”
- Por drogas y alcohol
- Por no hacer “talachas”
- Etcétera

Estamos hablando de dos décadas atrás y en aquel momento el PRI aún lo dominaba todo: la gubernatura de Veracruz y la Presidencia de la República.
¿Es importante ese dato?
Sí, claro que es importante pero hay que ofrecer un contexto: en Veracruz, desde siempre, los penales han sido co-gobernados por las autoridades oficiales y por los reos.
Más aún: esa corrupción no es privativa del sistema penitenciario jarocho.
Así se han manejado y se manejan todos los penales del país.
Las cárceles mexicanas no son un modelo de readaptación.
Son un modelo de corrupción.
¿Y qué ha cambiado al respecto, a 21 años de la fuga de 294 reos en Acayucan?
Nada.
Todo sigue igual; todo, salvo los nombres de los gobernantes y las siglas de los partidos que los llevan al poder.
Entre los fracasos de 11 años del PAN en el poder federal, se encuentra el relacionado con el sistema carcelario.
En las cárceles veracruzanas, como en las cárceles mexicanas en general entre y sale todo.
Mientras haya dinero y poder de por medio, todo se mueve al margen de la Ley.
Lo que sea.
Lo que la imaginación cree, existe en las cárceles de México.
De hecho, la Ley y la Justicia en los penales mexicanos son un tema de chistes que se platican a los niños los domingos de visita.


(2)


Como editor, recuerdo a un aprendiz de reportero que llegó a una redacción en la que trabajé años atrás y me mostró un material informativo:

Era una fotografía.
La imagen de un hombre vestido con traje y corbata, junto a una muchacha vestida de novia, de blanco, con velo y ramo y rostro…rostro…rostro…
No lo sé. Tal vez era un rostro de amor…

- ¡Una boda!, le dije…al tiempo que le pregunté ¿Y…?
- Es el líder de los reos en el penal; me respondió.
- ¡Ah caray!, dije y pedí todos los datos sobre el hecho.

El aprendiz de reportero me contó que aquel tipo era su “amigo” y le había pedido que publicara la noticia de su boda en la sección de sociales a cambio de un “dinerito”.

- Aprendiz chafa y chayotero eficaz, pensé…

Le pedí el material y lo llevamos de nota principal en portada de aquella edición.
Lo metimos en la sección política, como una denuncia sobre la corrupción que privaba como siempre en el CERESO de Acayucan.
Ofrecimos al lector los detalles de aquella historia tan romántica como siniestra.

Los recuerdo:

- La boda fue por lo civil y se llevó a cabo en la oficina del director del reclusorio. Hubo mariachi y se concedió al reo la noche de boda y toda la cosa.
Los padres de la muchacha estaban presentes y avalaban que su hija hiciera pareja con un hombre sentenciado a varios años de prisión.
Hubo un brindis por la felicidad de los novios.
Hubo alcohol y participaba de aquel evento un Oficial del Registro Civil.
¿Qué habrá puesto el funcionario público en el acta de matrimonio?
¿Estado civil del novio?
¿Preso y soltero?
¿O nomás soltero y ya…?
Insisto, en los penales existe todo, el único límite lo marca la imaginación.
En fin, cosas del amor…Y es que ser líder de los presos dentro de un penal conlleva muchos privilegios.
Aquel reo salía de la cárcel entre semana y volvía en la noche a dormir como si aquello fuera un hotel.
El dinero de la extorsión, del tráfico, de la compra de sentencias a favor o en contra de acusados, sean culpables o inocentes, han sido y son lugar común en los llamados CERESOS.
Son los Centros de Rehabilitación Social que tienen juntito a ellos a los Juzgados, a las Fiscalías, a los abogados, a los coyotes, a los vendedores de comida, a los reporteros policiacos, a los cuerpos policiacos, a los negocios de fotocopias y a la libertad convertida en una prostituta que cualquiera vende, o cualquiera compra… o cualquiera viola, o cualquiera despoja de su ropaje, sobre todo cuando ella, tan indefensa, se coloca una venda en los ojos y se siente poderosa con una balanza en una mano y una espada en la otra…
¡Caray!
¡Pobrecita doña Libertad… disfrazada de doña Justicia!


(3)


En medio de aquellos recuerdos, la historia de 32 presos que se han fugado de tres reclusorios veracruzanos el pasado lunes 19 de septiembre, sólo me permite observar un capítulo más de una historia añeja: la del disfraz de la readaptación social que cubre una podredumbre de crimen, de sangre y corrupción…
Un sainete, drama y barbarie como el dibujado por José Clemente Orozco.
Historia que tiene a sus protagonistas en el crimen organizado.
Pero que cuenta con sus cómplices en el sector político.
No hay otra explicación posible en torno a sucesos como los que vivimos.

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