·*** Tzeltales no permiten el deterioro en la reserva protegida de la cascada de Agua Azul
·*** Invasión de territorio de miembros zapatistas
·*** San Miguel problema migratorio
Por Araceli Shimabuko Reséndiz
Agua Azul, Chiapas.- En las comunidades indígenas se sigue ejerciendo las normas colectivas llamándolas “usos y costumbres” propias de un autogobierno que se rige por sistemas normativos que consiste en conservar sus convenientes reglas y defender su igualdad ante el gobierno federal y estatal que han creado bases en las zonas de mayor atracción turística.
Agua Azul y San Miguel están ubicados en el municipio de Tumbalá, a 64 kilómetros de la ciudad de Palenque, y son ejidos indígenas pertenecientes a la “familia de la lengua otomí” y sus variantes es el tzeltal o tseltal, lengua mayense hablada en el estado de Chiapas, en el sureste de México.
En estas comunidades existe la pobreza, migración, políticas de poder y otras formas de destrucción social han provocado grandes cambios en los sistemas normativos de los pueblos indígenas, que está afectando a los habitantes del lugar porque viven de sus producciones agrícolas, ecoturísticas y artesanales principalmente.
Si visitas el poblado de Agua Azul lo observas aparentemente tranquilo, hospitalario por su gente que se ha dedicado a comercializar todo lo que te rodea, a la entrada tienes que pagar una cuota de 25 pesos, es una tarifa estandarizada para todo turista que llega, lógicamente administrada por el gobierno federal.
Las cascadas de Agua Azul las recorres tranquilamente porque existe mucha seguridad que te ofrece el gobierno, sólo hasta las 5 de la tarde te permiten el acceso en la parte de arriba, para evitar algún problema con un grupo de zapatistas que llegan a bañarse por la tarde-noche, es lo que mencionan los encargados de vigilancia.
La reserva natural que te rodea continúa hermosa y atraída por turistas nacionales y extranjeros que la visitan diariamente, aunque se menciona que donde brota el agua esa área está sufriendo daños de deforestación, provocado por un grupo radical adherentes como base de apoyo al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional.
Que están situados aproximadamente a dos kilómetros de las cascadas, pretendiendo ocupar territorio del centro ecoturístico, lo que ha provocado serios problemas con las comunidades tzeltales asentadas históricamente en los ejidos de Bachajón y Agua Azul.
Menciona el vigilante tzeltal de nombre Juan Chol que el citado grupo invadió parte de la zona de las cascadas, en un lugar llamado Bolom Ajaw perteneciente al municipio de Tumbalá y es un grupo minoritario de aproximadamente 30 familias zapatistas y se localizan a dos kilómetros de distancia al poblado de Agua Azul.
Provocando en ocasiones actos de violencia y daños ecológicos a la reserva que queda de la cascada, deforestando las áreas verdes como manera de provocación a los pueblos tzeltales que durante años han vivido de manera pacifica.
Otro de los ejidos de lengua tzeltal es San Miguel que en las partes altas del poblado lo primero que visualizas es un letrero que dice: “esta zona es de tierra zapatista”, “prohibida la entrada”. La otra parte que divide al poblado su gente es tranquila, sumisa.
Ahí se ha presentado la migración en los jóvenes porque su máxima aspiración de estudio es la secundaria, no existe más opciones de preparación académica y como consecuencia ha traído que jóvenes emigren a buscar mejores condiciones de vida.
Se dedican a la agricultura, no existen fuentes de trabajo remuneradas que les deje un buen futuro y de las personas que no salen del pueblo se casan a temprana hora porque no les queda otra opción de vida.
La pobreza se observa en la alimentación y la vivienda, sus condiciones física no dan un buen aspecto al vivir oprimidos, temerosos a algún enfrentamiento que pueda suscitarse entre militares y zapatistas, indica Antonia Tumbal.
Es así, como la pobreza, migración el desempleo, la política de poderes gubernamentales y no gubernamentales, territoriales y la eliminación social están provocando grandes cambios en los sistemas normativos de los pueblos indígenas en Chiapas y otros estados de México.
Agua Azul y San Miguel están ubicados en el municipio de Tumbalá, a 64 kilómetros de la ciudad de Palenque, y son ejidos indígenas pertenecientes a la “familia de la lengua otomí” y sus variantes es el tzeltal o tseltal, lengua mayense hablada en el estado de Chiapas, en el sureste de México.
En estas comunidades existe la pobreza, migración, políticas de poder y otras formas de destrucción social han provocado grandes cambios en los sistemas normativos de los pueblos indígenas, que está afectando a los habitantes del lugar porque viven de sus producciones agrícolas, ecoturísticas y artesanales principalmente.
Si visitas el poblado de Agua Azul lo observas aparentemente tranquilo, hospitalario por su gente que se ha dedicado a comercializar todo lo que te rodea, a la entrada tienes que pagar una cuota de 25 pesos, es una tarifa estandarizada para todo turista que llega, lógicamente administrada por el gobierno federal.
Las cascadas de Agua Azul las recorres tranquilamente porque existe mucha seguridad que te ofrece el gobierno, sólo hasta las 5 de la tarde te permiten el acceso en la parte de arriba, para evitar algún problema con un grupo de zapatistas que llegan a bañarse por la tarde-noche, es lo que mencionan los encargados de vigilancia.
La reserva natural que te rodea continúa hermosa y atraída por turistas nacionales y extranjeros que la visitan diariamente, aunque se menciona que donde brota el agua esa área está sufriendo daños de deforestación, provocado por un grupo radical adherentes como base de apoyo al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional.
Que están situados aproximadamente a dos kilómetros de las cascadas, pretendiendo ocupar territorio del centro ecoturístico, lo que ha provocado serios problemas con las comunidades tzeltales asentadas históricamente en los ejidos de Bachajón y Agua Azul.
Menciona el vigilante tzeltal de nombre Juan Chol que el citado grupo invadió parte de la zona de las cascadas, en un lugar llamado Bolom Ajaw perteneciente al municipio de Tumbalá y es un grupo minoritario de aproximadamente 30 familias zapatistas y se localizan a dos kilómetros de distancia al poblado de Agua Azul.
Provocando en ocasiones actos de violencia y daños ecológicos a la reserva que queda de la cascada, deforestando las áreas verdes como manera de provocación a los pueblos tzeltales que durante años han vivido de manera pacifica.
Otro de los ejidos de lengua tzeltal es San Miguel que en las partes altas del poblado lo primero que visualizas es un letrero que dice: “esta zona es de tierra zapatista”, “prohibida la entrada”. La otra parte que divide al poblado su gente es tranquila, sumisa.
Ahí se ha presentado la migración en los jóvenes porque su máxima aspiración de estudio es la secundaria, no existe más opciones de preparación académica y como consecuencia ha traído que jóvenes emigren a buscar mejores condiciones de vida.
Se dedican a la agricultura, no existen fuentes de trabajo remuneradas que les deje un buen futuro y de las personas que no salen del pueblo se casan a temprana hora porque no les queda otra opción de vida.
La pobreza se observa en la alimentación y la vivienda, sus condiciones física no dan un buen aspecto al vivir oprimidos, temerosos a algún enfrentamiento que pueda suscitarse entre militares y zapatistas, indica Antonia Tumbal.
Es así, como la pobreza, migración el desempleo, la política de poderes gubernamentales y no gubernamentales, territoriales y la eliminación social están provocando grandes cambios en los sistemas normativos de los pueblos indígenas en Chiapas y otros estados de México.
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