Por José Luis Ortega Vidal
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Inicia hoy la doceava emisión de La Cumbre Tajín.
Dicho festival es una prueba de que los recuerdos conforman un ente vivo.
El Tajín es el sitio arqueológico de mayor envergadura física en la entidad.
No hay un complejo piramidal semejante.
El pasado veracruzano posee un peso histórico y de trascendencia no sólo nacional, sino mundial.
Veracruz podría vivir únicamente de su pasado; hay tanta riqueza histórica y arqueológica en nuestro territorio que deberíamos contar con 212 museos y no terminaríamos de reunir las huellas que el ser humano ha dejado aquí desde miles de años atrás.
En el Sur la huella Olmeca constituye un tema que no se ha estudiado lo suficiente y su presencia vital nos permite dialogar cada día con Homshuk, el Dios del Maíz para los Popolucas.
Casi cuatro milenios atrás los olmecas inventaron a América antes de que América los descubriera.
La esencia del espíritu en el presente jarocho se niega a ser asimilada como algo pasado y mucho menos como un pasado muerto.
El origen que nos dio vida forma parte del presente tan diverso y profundo que conforma nuestro Ser.
Pero ese origen está vivo en el zacahuil y el atole de tamarindo; en el Son sureño y en lenguas como la nahua, totonaca, popoluca…
La rebeldía huasteca y la sabiduría olmeca vuelan permanentemente alrededor del palo que saluda a los cuatro puntos cardinales.
Con todo su andamiaje simbólico la Cumbre Tajín debe ser entendida así: como el latido de un ente vivo y actual: nuestro pasado.
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Hay mucho por decir y reflexionar acerca del evento que arranca hoy.
Es una una buena idea que cruza ya su tercer sexenio
La Candelaria en Tlacotalpan, el Carnaval de Veracruz, la Cumbre Tajín y la próxima Semana Santa son eventos exitosos.
La entidad veracruzana da para mucho más: todo el año hay fiestas en norte, centro y sur.
Hay que animarlas, impulsarlas y difundirlas.
En Coatzacoalcos se promueve el próximo Carnaval que –no obstante realizarse en plena cuaresma- es un proyecto noble.
Destino de playa, la antigua ciudad de Puerto México cuenta con costas limpias y una infraestructura turística eficaz.
Barrillas, Jicacal, la Laguna del Ostión y la cercanía del rincón inhóspito de Peña Hermosa -rincón de tortugas prehistóricas- son un buen motivo para visitar el Sur.
Hay que llegar al norte y la cumbre totonaca; viajar al Sur para seguir con la fiesta carnavalesca y volar saludando a los cuatro puntos cardinales desde las nieves del cerro de la estrella.
La sierra de los volcanes de Santa Martha y San Martín Pajapan cuenta con diez proyectos ecoturísticos para turismo de montaña, ecológico y de aventura.
Entre los municipios de Hueyapan, Soteapan, Tatahuicapan, Pajapan y Mecayapan hay la opción de reconocer nuestro rostro, escuchar nuestras propias voces y disfrutar de una naturaleza a la que le debemos mucho pero que resiste vital, y aguarda caricias de curiosos y sedientos por un descanso en medio de tanta atrocidad.
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Vale la pena pensar que hoy inicia la Cumbre Tajín y que se trata de un proyecto noble.
Comprobar que de norte a sur no hemos perdido el rostro que nos define esencial y orgullosamente como veracruzanos.
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