jueves, 27 de enero de 2011

"Por venganza" infectó de SIDA a medio mundo


Columna: CON RUMBO AL SUR…

Por Angel Gabriel FERNÁNDEZ

ACAYUCAN.- Héctor, de 30 años, vecino de Soconusco, hizo una escalofriante confesión: se “metió” con varias mujeres sabiendo que estaba infectado de SIDA; lo hizo en varias pueblos de la región…fue su venganza contra el destino tras enterarse que estaba infectado del Mal del Siglo

Héctor en un enfermo.

Un enfermo del cuerpo y del alma que hoy está preso en el reclusorio regional de Acayucan

Fue detenido tras la acusación de que violó a su entenada de 11 años de edad y también de abusos sexuales en contra de su hijo varón de 13 años. La autoridad ministerial lo consignó por pederastia y contagio.

El caso del detenido es horroroso, asqueroso: ha dado la vuelta a la región luego de que los medios regionales de comunicación (impresos) dieran a conocer que estando enfermo de SIDA violó a su hijo y a su hijastra. Fue sucio, fue cruel. El caso ocurrió en Soconusco.

Pero aparte de que ya es un hecho público --y que consta en diligencias ministeriales-- el horripilante delito de haber abusado de su hijo y de su hijastra cuando es portador del VIH, hay otra confesión “en corto”, la cual es motivo de alarma porque es un peligro de salud pública: infectado de SIDA ha tenido relaciones sexuales con muchas mujeres, principalmente de cantinas; es decir, ha ido contagiando de manera serial.

EL “GRAN” HÉCTOR…

Héctor tiene actualmente 30 años de edad. Está enterado de que desde hace 11 años es portador del VIH. Desde entonces, lo confesó, “se ha vengado” y ha mantenido relaciones sexuales con muchas mujeres.

Confesó ante una autoridad, cuál fue su “ruta de la muerte”:

Ha estado con mujeres cantineras de Ciudad Isla, de Rodríguez Clara, de Nuevo Morelos y de Oteapan. También tuvo un romance con una mujer que trabaja en conocidísimo centro nocturno de Acayucan. No olvidó confesar que en su paso por Aguilera también tuvo amores y dejó sus “recuerdos”.

Ha sido un carpintero “querendón”…pero ha actuado con dolo, porque sabiendo que es portador de un mal contagioso y mortal, no ha atendido las indicaciones de las autoridades de salud, las cuales supuestamente supervisan a ese tipo de enfermos.

Supuestamente las autoridades sanitarias vigilaban su estado en el municipio de Soconusco; a lo mejor vigilaban sus actos públicos (porque hasta eso, no pueden ser objeto de segregación), pero no lo vigilaban en su casa, en donde abusó de su hijastra, a su hijo, de su propia sangre, le hacía juegos sexuales que lo contaminaron. En su confesión, también se añade que ya había tenido una pareja, otra mujer, y que ésta ya murió, muy probablemente a causa del Mal del Siglo.

Falta ver qué hacen las autoridades de salud. Falta ver qué hacen las autoridades ministeriales. Deben detectar a las parejas furtivas de este “carpintero querendón” y avisarles que probablemente estén infectadas.

…Porque “en corto” el infectado aseveró: “lo hice por venganza…”.

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