jueves, 6 de enero de 2011

”Malechor”, “Gastar” y “Va a atracar”


Columna: CON RUMBO AL SUR…

Por Angel Gabriel FERNÁNDEZ

El Día de Reyes del año 2008, en Acayucan ocurría el milagro bíblico: aparecían “los tres reyes vagos”.
Eran “Melchor”, “Gastar” y “Va a atracar”.
Aparecieron en las figuras de tres ediles del Ayuntamiento. De triste memoria… que por fin se fueron.
Roberto Peña, regidor quinto, fue la vergüenza del trienio. Dícese profesor, pero con esa calidad moral que tiene (mentiroso, intrigoso y otras cosas que terminan en oso) a cualquier ciudadano acayuqueño le daría coraje poner en sus manos a sus hijos para que les enseñara. Pobres alumnos de la comunidad de Ixhuapan, a donde regresaría a impartir clases.
Informes documentados que aparecen en el Registro Público de la Propiedad, señalan que de manera misteriosa se hizo de diversas propiedades: dos lotes en el predio” El Greco”, cuatro terrenos en la colonia María Auxiliadora y una casa en la calle Flores Magón con valor de 560 mil pesos. Eso consta en documentos.
Durante los tres años hizo y deshizo con los vendedores ambulantes: cobraba a vendedores de pan de muerto, a vendedores de flores, a cantineros. En un teléfono celular hay un mensaje enviado desde el número telefónico del edil, en el que ordenaba a un empleado ir a cobrar a un cantinero de apellido Fonseca. Utilizaba teléfonos celulares para difamar a sus compañeros ediles, para dar “pitazos” a periodistas. Intentó, en vano, negociar con la alcaldesa Regina Vázquez. Su guerra fue mediática, pero al final se quedó sólo por mitómano.
Y le va a ir peor, porque lo expulsarán de su Partido, le siguen pendientes varias denuncias penales, pero sobre todo, carga sobre su espalda la indignidad, el oprobio, la ignominia, la vileza de haber sido un funcionario gris.
Era el rey mago “Malechor”.

“Gastar” fue la regidora Norma Pulido Cano.

Organizó una feria y un carnaval y nunca dio la cara para entregar cortes de caja.
Hizo a su hija reina de una festividad y cuando conseguía apoyos, sus parientes los vendían en las colonias Zapata y Magisterial; de ello hay testimonio de parte de sus vecinos.
Ojalá nunca vuelva a haber en la ciudad una edil de esa calaña.

El otro “rey vago” fue el síndico Andrés Ramírez.
Una acémila en el palacio.
Ebrio destruyó unidades oficiales; en tres años como funcionario, se hizo propietario de camionetas para el servicio mixto rural.
No vuelve a ser funcionario… pero pobre tampoco.
SALPICÓN…
Cosas que vemos en la política:
En Oluta, quien fuera regidora por el PRI, Linda Guillén, al final traicionó a su partido, pero ganó que le pavimentaran el callejón que da a su casa.
Un exalcalde se estrena como empresario motelero. Es un negocio que no pasa por crisis, porque “brama” siempre hay.

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