domingo, 19 de septiembre de 2010

SE LLEVO TODO EL JAMAPA


* Abandonan sus hogares y otros quedan atrapados * Ante el inminente desbordamiento del río Jamapa, los habitantes de esos fraccionamientos iniciaron el éxodo con la finalidad de no perder su patrimonio de toda la vida.

(AVC/Ignacio Carvajal).- Ante el desbordamiento del Río Jamapa, cientos de personas huyeron de sus viviendas en los fraccionamientos Puente Moreno, Campestre, Arboleda San Ramón y El Tejar, en Medellín de Bravo.
Desde el mediodía del sábado, la locura, el frenesí y el caos se apoderaron de esta zona habitacional. Mujeres, hombres, niños y ancianos corren a todo lo que dan las piernas mientras cargan ropa, documentación, pertenencias y animales.
Las salidas principales de dichos fraccionamientos están saturadas de docenas de coches cuyos conductores intentan escapar a la inminente inundación.
Elementos de la Marina gritan por las calles principales para que los habitantes dejen sus casas, pero llamados no son necesarios, cada uno de los habitantes de estos fraccionamientos, antes del arribo de las autoridades, ya habían comenzado el éxodo. Nadie quiere padecer lo que en el 2005 con el Stan.
Y es que las autoridades de Protección Civil no habían tomando en cuenta la arremetida del Jamapa, uno de los caudales de respuesta rápida más potentes del estado. Casi seco en la temporada de sequía pasada, esta mañana renació del letargo con tal furia que arrastró pequeñas viviendas, socavó puentes y árboles, y sus aguas cristalinas, se tornaron negras, densas. De cerca, el Jamapa lo único que inspira es terror.
No se sabe a ciencia cierta cuántas personas abandonaron la zona, pero se puede establecer que, resignados a que el agua con lodo ingresará a sus casas, la mayoría se preocupó por alzar sus pertenencias y salvar lo más que pudo.
En un punto de Puente Moreno, los marinos encontraron un poco de resistencia a la evacuación por que los moradores no querían irse hasta no poner a salvo algunas pertenencias, y tuvieron que apoyarles en dicha tarea. Únicamente así accedían a partir.
“No hay paso, señor, no vaya”, le dice un trabajador de la Constructora Puente Moreno al conductor de un carro compacto que no le hace caso y, quemando llantas, se avienta a desafiar las turbulentas aguas del Jamapa que ya está dentro del fraccionamiento, “tengo que ir a sacar a mi familia”, alcanza a responder y se pierde. No se supo si triunfó en su empresa.
Cerca de allí, varias máquinas pesadas trabajan en la instalación de un muro de contención con costales y arena sobre Puente Moreno para cerrar el avance al Jamapa.
Son cinco máquinas, impresionantes, rugen los motores con el acelerador a fondo. No se dan abasto. Sus operadores sudan copiosamente y en cada maniobra pareciera que les va la vida. Frente a los artefactos, un impetuoso río desbocado se invade poco a poco a las casas.
Algunas mujeres, al ver que la maquinaria pesada no rinde la labor, se unen a las tareas, cargando, juntando arena, pidiendo a las personas que escapan no acercarse mucho ante el riesgo de ser aplastados por los armatostes.
“Vamos señora, apúrense para que no le pase nada a nuestras casas, tenemos que tapar acá”, dice una de las voluntarias. Otra más, encerrada en un mutismo que de pronto invade a todos les dice: “¡Vámonos, no podemos con esto, ni las máquinas, que Dios nos ayude¡”.
La respiración en Puente Moreno se vuelve agitada. Los corazones palpitan azuzados por el aroma a miedo que gravita en la atmósfera. “Ya nada se puede salvar, mejor vámonos”, dice el padre de una familia que llega a la salida principal del fraccionamiento guiando a su prole, cada uno de sus miembros atesorando mochilas, documentos y aparatos electrodomésticos.
“Nos volvió a pasar lo mismo del 2005 con el Stan, pinches autoridades, pinche constructora Puente Moreno, pinche madre de todos, que no hicieron nada para evitarlo”, dice un joven que, con mucha dificultad, ata con un tendedero la lavadora recién comprada, regalo de bodas, al techo de su pequeño vehículo. Dentro, su esposa, el bebé, un cachorro y lo más que lograron sacar de la vivienda.
“Nos vamos a la casa de un amigo, dice que nos podemos quedar en su patio mientras esto pasa”, confiesa, las manos temblorosas, dando las gracias por la ayuda prestada para asegurar su lavadora.
Desde la salida de Puente Moreno, en medio del caos de claxones y rechinar de llantas, se observa a dos helicópteros tipo Puma, de la Marina, rescatando personas en El Tejar. No estaban avisados, según parece, y cuando fueron alcanzados por El Jamapa, únicamente alcanzaron a trepar a los techos de sus viviendas y de allí fueron sacados por la Marina. (Tomado de Notiver/ 19 de septiembre 2010)

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