jueves, 5 de marzo de 2009
SUMARIO: ¡Aguanta Kalimba!
Por Gustavo González Godina
¿Qué haría usted si un borracho, o drogado, o ambas cosas a la vez, le apunta con una pistola y le dice que lo va a matar? Tal vez no piensa disparar, pero usted no lo sabe. Y menos si el borracho o drogado o ambas cosas a la vez está convertido en un energúmeno, que ya le dio algunos golpes a usted y que les acaba de dar una paliza a otras personas que le acompañan a usted, está furioso porque una de las personas que ataca logra esquivar sus golpes y le pide a su guardaespaldas la pistola para no batallar. ¿Qué haría usted?, se apanica, por supuesto, pero ¿se quedaría parado -paralizado-, o echaría a correr para tratar de salvar la vida?
Lo más probable es que cada quien, según su miedo o su valor, o la cantidad de adrenalina que segreguen sus glándulas en ese momento, actuará de distinta manera, habrá quien incluso se arroje contra el agresor tratando de desarmarlo, pero creo que la mayoría salimos corriendo. Y digo salimos porque a mí ya me pasó y esa fue mi reacción, y a causa de eso sufrí una caída y me quedó la cara como Santo Cristo, pero eso fue todo, fueron heridas superficiales y de ahí no pasó.
En cambio a mi compañero y amigo José Luis Ortega Vidal sí que le fue muy mal. Hasta esta mañana llevaba cuarenta horas internado en el CEM, en estado de coma, en espera de que bajara la hinchazón que tenía en el cerebro -que se fracturó- a consecuencia del golpe que recibió al caer desde una altura de seis metros tratando de huir del borracho o drogado, o ambas cosas, Alejandro Wong Ramos, ex regidor perredista de Coatzacoalcos, que no le gustó lo que se ha estado publicando en el Diario del Istmo y primero le reclamó al subdirector de éste, José Luis Pérez Cruz, luego la emprendió a golpes contra el mismo, después contra sus acompañantes que trataron de defenderlo (entre los que se encontraba Ortega Vidal), para finalmente pedir una pistola y amenazar con matarlos.
Uno de los cuatro periodistas a los que les echó bronca el borracho o drogado o ambas cosas, Alejandro Wong, ya se había separado del grupo hacía unos momentos, platicaba con el dueño del establecimiento a unos metros de distancia, así que al ver el arma le fue más fácil esconderse; otro salió corriendo hacia la calle; el tercero lo hizo hacia la parte de atrás del edificio pero no salió por completo, se escondió en la cocina; mientras que José Luis Ortega, que agarró el mismo rumbo, siguió hasta un patio posterior y brincó sobre una barda trasera, sin imaginarse que al otro lado había una obra en construcción y que iría a caer directamente en una fosa de alrededor de 6 metros de profundidad.
Cuando el energúmeno Wong, borracho o drogado o ambas cosas a la vez, salió del local y ya no había peligro, el que se había escondido en la cocina salió y fue a ver dónde estaba Ortega, y al salir al patio y subir por una escalera de concreto que daba a la azotea para buscarlo, escuchó que al otro lado de la barda que delimita la propiedad con la obra en construcción, alguien se quejaba, por lo que subió a ésta y como pudo se descolgó hasta el fondo de la fosa, lastimándose también pero levemente, sólo raspones. Ahí encontró a José Luis Ortega con la cabeza en medio de un charco de sangre, que aún le brotaba por la nariz y por los oídos, estaba consciente todavía y le alcanzó a decir a su amigo que le dolía mucho un brazo cuando éste trató de acomodarlo de costado para que no se fuera a ahogar con su propia sangre.
Después perdió el conocimiento y desde entonces, como a las 4 de la mañana de este martes, no ha despertado. Socorristas de la Cruz Roja lo trasladaron a un hospital privado y de ahí fue llevado a una clínica del Seguro Social en Coatzacoalcos, desde donde un avión del gobierno del Estado que mandó el licenciado Fidel Herrera Beltrán lo trasladó al mediodía a Xalapa, donde fue internado en el Centro de Especialidades Médicas Rafael Lucio. Ahí, como ya le dije antes, le fue inducido un coma para que su cerebro esté en reposo absoluto (o sea que no le funciona el cerebro, no es éste el que da las órdenes en estos momentos, los órganos vitales como el corazón y los pulmones están trabajando gracias a los adelantos de la ciencia, las máquinas los controlan) en espera de que baje el edema o hinchazón que le provocó el golpe. Tiene también fractura de cráneo, pero ésta dicen los médicos que no es grave, sin embargo necesitan esperar a que su cerebro vuelva a su tamaño normal, para hacerlo funcionar otra vez y ver qué afectación pudo tener con esa hinchazón.
José Luis Ortega Vidal se venía desempeñando como director de un nuevo diario que hay en Coatzacoalcos y que se llama Notisur, aunque tiene su domicilio en Acayucan donde dirigió hasta hace unos meses el Diario del Sur (hermano de Política). Es originario de Poza Rica y estudió la carrera de Ciencias y Técnicas de la Comunicación en la Universidad Veracruzana, en el Puerto de Veracruz. Al egresar empezó a trabajar en el IVEC y así fue como llegó a Acayucan, donde el licenciado Angel Leodegario Gutiérrez le dio la oportunidad de hacer sus pininos como periodista en el Diario del Sur.
Nos conocimos hace seis años, siendo él director de Comunicación Social del ayuntamiento de Acayucan y estando yo de visita en aquella ciudad, y nos hicimos amigos porque me dijo que le habían hablado mucho de mí, tanto que -dijo- llegó a pensar que le hubiera gustado trabajar a mi lado. Así lo hizo, lo invité a colaborar en una revista que iniciamos en Acayucan y luego en el Diario del Sur al que volví por una corta temporada, para finalmente recomendárselo a la señora Yolanda Carlín Roca como la persona indicada para que se quedara en mi lugar al venirme yo a Política.
Seguimos trabajando juntos y aprendiendo mutuamente uno del otro, hasta que Kalimba -así le decimos de cariño- decidió dejar el Diario del Sur para dedicarse a su imprenta e iniciar un nuevo proyecto editorial por su cuenta, que pronto abandonó cuando fue invitado a dirigir el nuevo diario Notisur en Coatzacoalcos.
En la madrugada de este martes, al terminar cada quien su trabajo se reunieron José Luis Ortega Vidal, José Luis Pérez Cruz, Jorge Tolentino, director de Gráfico Sur, y Roberto Pérez López, reportero de una página de Internet, para planear el viaje de los dos primeros, compañeros de generación, al Puerto de Veracruz para la celebración del 55 aniversario de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación donde estudiaron. Y en eso estaban cuando apareció el violento perredista Alejandro Wong Ramos, quien le empezó a reclamar a José Luis Pérez Cruz, subdirector del Diario del Istmo, lo que se ha publicado en éste en relación a denuncias por despojo de que han sido objeto sus amigos.
Los compañeros de Pérez Cruz trataron de calmarlo y fue peor, el borrachales o drogadicto, o ambas cosas, la agarró contra todos y de las palabras pasaron a los hechos, pero Alejandro Wong es bravo como un perro de pelea, aun ebrio o drogado golpeó a uno y a otro, incluso habiendo derribado a uno de los periodistas lo remató en el suelo rompiéndole una silla en la espalda; a Ortega logró asestarle un par de golpes y cuando la emprendió contra Pérez Cruz y éste logró esquivar los golpes, fue que se enfureció más y pidió la pistola para matarlos, al ver lo cual se desató el corredero de gente con las consecuencias, para José Luis Ortega, que ya le contamos.
No es ésta la primera vez que el perredista Alejandro Wong agrede a periodistas, en el 2005 siendo regidor del ayuntamiento de Coatzacoalcos golpeó y amenazó de muerte al columnista Leopoldo Zea Salas, y aunque se presentó la denuncia correspondiente y hubo declaraciones de los testigos, el caso fue archivado, mientras que Wong siguió diciendo que cumpliría su palabra de matar al periodista si éste volvía a mencionarlo.
Es pues una ficha ese chino Wong al que le teme el gremio periodístico en Coatzacoalcos y con razón, bravo como un perro y además influyente, porque por algo quedaron impunes la agresión y las amenazas de muerte a Zea Salas, pero ojalá que no muera José Luis Ortega por ese golpe que recibió en la cabeza, porque si muere, ahora sí se metió en problemas...
Ya fue citado por el Ministerio Público y no acudió a la cita, debe andar huyendo el cobarde, pero según el procurador Salvador Mickel Rivera será acusado de un delito grave que no alcanza fianza y se obtendrá la orden de aprehensión correspondiente para buscarlo hasta encontrarlo. Los medios de comunicación se encargarán, nos encargaremos, de que el asunto no se olvide.
Y... ¡aguanta Kalimba!, te falta mucho por hacer.
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