domingo, 8 de marzo de 2009

Esperan restos de "Pochogo", jugador de "Barreto" y "Sota de Oro"; calcinado en Juárez


*** Vecino de la calle Belisario Domínguez, entre Rivapalacio y Benito Fentanes, en Barrio Nuevo, murió calcinado en Ciudad Juárez *** Marco Martínez y Víctor Manuel Mendoza, los únicos que han apoyado a la familia para traer a Acayucan el cuerpo *** Porque dicen, aquí se la negaron *** Era uno de los jugadores del equipo “Sota de Oros”.

El Pochogo es esperado en la colonia. Sus fotografías recibiendo el trofeo de campeón del fútbol municipal jugando ya sea con el equipo de “Barreto” o en el legendario Sota de Oros, son guardadas celosamente por doña Eleuteria Lara Antonio, quien ante la llegada del reportero a su casa ubicada en la calle Belisario Domínguez del Barrio Nuevo, entre Benito Fentanes y Rivapalacio, de inmediato pide que las saquen del lugar donde las guardó “su papá” para que se las mostrara al extraño.
Afuera, vecinas y comadres preparan los tamales que se repartirán a quienes lleguen a velar, por ahora, una fotografía de Pochogo, como era conocido entre la flota de Barrio Nuevo.
Pochogo, Javier Uscanga Lara, murió a los 36 años de edad calcinado en Ciudad Juárez, Chihuahua, el pasado domingo primero de marzo, el dedicado a la familia. Quizás haya sido mala suerte, pero a Ciudad Juárez había ido a buscar la buena suerte hace diez años y pareciera haberla encontrado, pues a esa distancia materialmente el futbolista de Barrio Nuevo ya había establecido su residencia en esa ciudad fronteriza, la más violenta y peligrosa del país.
El Pochogo vivía allá con su hermana, María Luisa, que fue quien trasladó telefónicamente la mala noticia el martes pasado. Empezó entonces la preocupación de los familiares en busca de la ayuda para traer el cadáver del joven calcinado. Acá se la negaron, pero en Sayula el alcalde Víctor Manuel Mendoza Méndez se la dio, al igual que el empresario Marco Antonio Martínez Amador, el compadre, diría doña Eleuteria.
El Pochogo ya juega en otros niveles, mientras su cuerpo es esperado en Acayucan, en la casa número 107 de la calle Belisario Domínguez. Los tomates verdes que cosecha su padre crecen en el patio; la foto donde el ahora difunto era más joven está depositada cerca del suelo, junto a veladoras que fueron prendidas para que se ilumine su camino hacia el cielo.
Los trofeos se han guardado para otra ocasión, el equipo legendario de la Sota de Oros recordará a su campeón. Se fue Pochogo y su cuerpo lo están esperando. Aún no llega y se espera que mañana venga para darle cristiana sepultura. (Tomado de Diario del Istmo/Santos López Celdo /06 de Marzo del 2009).

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