Estuvimos con él un par de veces, en algunas de sus despedidas para su viaje al extranjero que durante todo el mes de enero y tres cuartos de febrero había estado proyectando nuestro amigo el Zacarayala, así le digo al licenciado Zacarías Ayala Ibarra, quien fuera invitado por el presidente electo de los Estados Unidos de America, Joe Biden, para la toma de posesión.
Por angas o mangas no fue a dicho cambio de gobierno, y continuó posponiendo su viaje, debido a su carga de trabajo que el pasado fin de año se le vino acumulando.
Por fin, contra viento y marea, decidió irse yendo, primero a Xalapa, para ir agarrando pista. Llegó a la ciudad de México, dispuesto a regalarse en pleno Día de San Valentín, el regalo de su vuelo de salida a los iunaites estates.
Flop!
El domingo 14 le cantaron un stand by.
Aquí te aguantas un rato.
Las nevadas en el vecino país del norte hacían imposible cualquier aterrizaje.
Para esto, supe, que lo organizaron sus muchos amigos algo así como docena y media de desayunos, comidas y cenas, para significarle al popular "Chaca", con fondo de las golondrinas, lo mejor de lo mejor, teniendo su servidor que tratar de garabatear como 9 veces las crónicas de tales reuniones en los lugares más discretos y reservados.
Por ahí se perdieron los borradores de los aquelarres esos y casi venía ya preparábamos un discurso de bienvenida, pensando que todo quedaría en grado de tentativa, pero hoy me entero que ya, por fin, eureka: Viva, Bravo y hurra, tomó aire su avión, viiiejo, con rumbo al sueño americano, con escala en Houston, luego seguirá la ruta hacia Tennessee, y si le dan luz verde, se va para Minessota hasta que sea requerido en Washington DC.
No creemos que vaya a tener mucho problema para comunicarse con los vecinos en el dominio del idioma, porque llevaba tiempo practicando con sus amigos del municipo de Sayula, pues afirma que domina la cuatrapeada pronunciación, muy parecida, y que solamente es cuestión de adecuarse a cuestiones de no confundir género y número, plurales con singulares, conjugación de tiempo en los verbos.
El asunto es que hoy, viernes 19, entre si son peras o son manzanas, ya atravesó la demarcación de nuestra geografía mexicana y por eso estamos en sana y lejana distancia, deseándole buena suerte. Espero no le decomisen su dotación de café, miel, carne enchileanchada y un litro de mezcal de pechuga que se arriesga a llevar dizque, para que no extrañe al terruño.
Seguro que le va a ir muy bien pues si se entendió con los sindicatos de las varias dependencias donde laboró indistintamente y con los agentes de tránsito que se le ponían rudos y violentos cada vez que salía de su fiebre de sábado por la noche, seguro que conseguirá ganarse la confianza de los gringos y regresará con los kilos de pacas de verdes, dólares, en un dos por tres.
Que Dios te bendiga, amigo.
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