Cuitláhuac García, como el burro que tocó la flauta; es gobernador, pero no por ello sabe gobernar FOTO: WEB |
Cuenta
Tomás de Iriarte que un burro, aburrido porque no le pasaba nada
interesante, se echó sobre el pasto a descansar cuando sintió que le
molestaba un palo sobre el que se había echado. Entonces el burro
examinó el palo, y mientras lo hacía una brizna de pasto le cosquilleó
el hocico lo que le hizo lanzar un resoplido que hizo sonar el palo, que
en realidad era una flauta, que alguien había dejado olvidada. ¡Qué emoción! El burro pensó que había producido música y por ello «se alejó de allí con la cabeza bien alta y una sonrisa de oreja a oreja, sin darse cuenta de su propia ignorancia».
Cuitláhuac García, lo sabe, lo saben los veracruzanos, lo sabe Ricardo
Monreal que lo dijo sin empacho, llegó a ser gobernador de Veracruz por
el efecto AMLO, no porque los veracruzanos lo consideraran un buen
prospecto para gobernante.
El peor error que ha cometido Cuitláhuac García es el mismo del burro
que tocó la flauta, sentir que fueron sus méritos los que lo pusieron
en Palacio de Gobierno y sentir, como el burro, que sabe tocar la
flauta. Ante ello cree que las críticas contra su gobierno no tienen
sustento, porque él cree que sabe tocar la flauta. Se siente
incorrupto, pero hay evidencia de su corrupción, empezando por el
nepotismo de imponer a su primo a manejar discrecionalmente los recursos
del estado; cosa que Libertad bajo Palabra dejó bien documentado.
Se siente honesto, pero su deshonestidad empieza al desempeñar un cargo para el que nunca estuvo preparado. Para
Cuitláhuac García no hay argumentos válidos para afirmar que no sabe
gobernar, y para demostrar lo contrario se ha atrevido, como el burro, a
decir que sabe tocar la flauta, cuando sólo llego a gobernador por
casualidad. Pero las encuestas lo contradicen, los veracruzanos lo contradicen, la realidad lo contradice.
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