viernes, 26 de febrero de 2016

Juicios Orales.


Déjame que te cuente…

Por Sergio M. Trejo González.

Hace unos días, jueves, viernes y sábado, de la tercera semana  de febrero, tuvo lugar, en la sala audiovisual del hotel Kinakú, un diplomado intensivo, proyectado, programado y patrocinado en buena parte por el H. Colegio de Abogados de Acayucan, organismo que preside el entusiasta y eficiente licenciado Francisco Diz Herlindo, con taller de ensayos, parlamentos y tareas, donde se dilucidaron algunas estrategias de lo que en el futuro tendrán que enfrentar los abogados contemporáneos. En tal escenario los abogados escucharon  y recibieron las ilustraciones valiosas del maestro Jesús Benito Nares Pérez, con una visión holística, práctica, formal  y con el sentido del humor necesario para que tal coloquio y las reflexiones sobre los principios rectores del sistema acusatorio resultaran descifrables y cordiales. El Maestro  Nares Pérez, con toda la generosidad y elocuencia disertó en un lenguaje sencillo, sin perder la seriedad del conocimiento técnico – jurídico, lo referente a los datos, antecedentes, medio de prueba, la Teoría del caso, Investigación inicial y Audiencia inicial. También se desarrollaron los temas sobre Medidas cautelares, providencias precautorias, medidas de protección, Investigación complementaria, Mecanismos alternativos de solución de controversias, Etapa intermedia, Audiencia intermedia y Etapa de juicio. En todos los renglones hubo notable participación espontánea de los concurrentes, involucrándose los juristas de nuestra localidad, en singular dinámica, destacando la intervención de los conocidos litigantes Luis Fernando Moreno Gilbón, Alfredo Ortiz Carrión, Tomás Sánchez Quevedo, Nayeli Ángeles González, Arturo Mayo, Karen Arellano, Zenteno, Hipólito Hernández, Linda Herrera, Berenice Quevedo, Ángela Peralta, José Jiménez y otros postulantes, interesados en tal actualización, sobre todo en las destrezas de litigación en juicio oral, Ética y responsabilidad profesional donde  la verdad, que resultó de mucho interés participar en esos simulacros de juicios orales contemplados en nuestro  Sistema de Justicia; porque, hay que señalarlo, a partir de la Reforma Constitucional y del Código Nacional de Procedimientos Penales, los retos para todos los profesionales del derecho, son de grandes dimensiones y requieren de esfuerzos interdisciplinarios. Afrontarlos exige cambios de estructuras culturales y mentales a fin de replantear nuestra visión del Derecho; del Derecho Penal y del Derecho Procesal Penal, porque las sociedades se han vuelto altamente complejas y tienen necesidades que ya no se ven satisfechas con el sistema anterior donde, hay que decirlo en voz alta, permeaba una mancha de irregularidades, anomalías y corrupción; por ello, es menester con el nuevo código tomar vías alternativas de solución de conflictos, privilegiar la reparación del daño, abreviar procedimientos; lo cual implica asomarse a perspectivas de índole no necesariamente jurídicas pero si de mucho sentido común, erradicando  los yerros cometidos en el pretérito procedimiento, que provocaron aún más daño que las mismas conductas delictivas.
Hacia esos objetivos estuvieron dirigidos los contenidos del Diplomado ofertado por Agustín de Hipona. Centro de Estudios, S. C.; esto es, formar los perfiles de los operadores jurídicos que requiere la implementación del nuevo sistema. Ahí, el Maestro Jesús Benito Nares Pérez, con su experiencia basta y profunda proporcionó sus experiencias positivas y negativas en este nuevo formato de procuración e impartición de justicia. Habló de los preceptos y de los conceptos, instituciones y procedimientos con la facilidad autorizada por su estudio y su práctica.
Es menester señalar que la importancia de la reforma constitucional en materia penal representa no sólo un parte-aguas en los sistemas de procuración e impartición de justicia, sino un verdadero cambio de paradigma que todos los actores que conforman un Estado democrático de Derecho debemos asumir con responsabilidad y compromiso. Pues resulta sabido que el sistema acusatorio en esencia es dialéctico, un modelo contrapuesto al inquisitivo, que tiene su base en el principio de autoridad. El proceso será un diálogo abierto entre los diversos actores que confrontarán por el predominio de lo que consideran es la verdad procesal. Gracias a la reforma, la trascendencia de la labor de los jueces tendrá una preeminencia sin precedentes en México.
Ello implica un cambio total en el aspecto cultural de los mexicanos, pues es un sistema donde impera la buena fe, por lo que la familia y las instituciones que participan en la educación y formación de las personas tendrán que tener presente la importancia de la Ética, como rama de la Filosofía encargada del estudio de los principios y valores con los que se debe contar para lograr una mejor calidad de vida y una mejor sociedad.
Es claro que este nuevo Sistema, no es perfecto y que se tendrá que adaptar al caso particular de cada uno de los Estados de la República. Buscando que sea perfectible mediante su análisis, considerando las opiniones, experiencias y todo lo referente a su situación para la consolidación de este sistema penal en México.
Gracias al H. Colegio de Abogados, tal actualización, ha logrado tomar tierra en nuestra ciudad en un diplomado que constituye la gran oportunidad para mejorar el ejercicio de la procuración y de la  impartición de justicia penal en nuestro espacio, para que se cumpla con el objetivo de esas nuevas  maneras de esclarecer los hechos, proteger a los inocentes, procurar que los culpables no queden impunes y que se reparen los daños causados por el delito.

El cambio formal ya salió, ahora debemos contribuir para sobre la marcha se corrijan los errores, puliendo  el sistema Penal Acusatorio-Adversarial y Oral en nuestro país. Ya que de lo contrario ni este sistema ni ningún otro podrá funcionar si no tenemos el tan anhelado y ya mencionado cambio cultural que resulta necesario, atendiendo nuestras necesidades y nuestra realidad.

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