8 de marzo de 2015
A LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN
A LOS MEDIOS ALTERNATIVOS DE COMUNICACIÓN
A LOS ORGANISMOS DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POPULARES Y DEMOCRÁTICAS
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
AL PUEBLO EN GENERAL.
El Día Internacional de la Mujer
Proletaria es parte de la memoria histórica en la que recordamos a todas
aquellas mujeres que han luchado, y siguen luchando desde las diferentes
trincheras contra la explotación económica y la opresión política;
concientizándose y organizándose para la emancipación de los pueblos.
El 8 de
marzo es una reivindicación internacional que como organizaciones populares
conmemoramos de manera combativa, denunciando las atrocidades generadas por el
sistema capitalista y sus ideólogos que se empeñan en mantener su estatus quo a
costa de la vida misma de millones de trabajadores.
Por primera vez en 1908, el partido socialista de EE.UU.
conmemoró el día nacional de la mujer y dos años después se realizó la
II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague en la
cual le dieron el carácter proletario al 8 de marzo, las demandas principales:
reducción de la jornada laboral, mejores salarios y derecho de votar. Derechos
humanos fundamentales que tuvieron como respuesta represiones masivas en los
diferentes países en que se organizaban para manifestarse ya para el 19 de marzo de 1911 conmemoró
el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con un mitin al que concurrieron
más de un millón de mujeres que exigían, además el derecho a ocupar cargos
público, al trabajo digno y a la formación
profesional. Ya para 1914 la conmemoración del 8 de marzo se realizó cada año por
la dignificación de la mujer en todos los ámbitos de la vida humana. Hasta
1977 que la ONU se vio obligada a reconocer el 8 de marzo como reivindicación
de derechos humanos, producto de las luchas tenaces de los pueblos del mundo .En Latinoamérica fue hasta la década
de 1980 que se impulsó este día por la Conferencia Mundial sobre la Mujer,
efectuada en México en 1975.
Sin embargo esta fecha de reivindicación de la participación de la
mujer en la lucha por la defensa de sus derechos, así como de la humanidad en
su conjunto se ha intentado tergiversar a través del consumo y el fomento a una
concepción de desigualdad con relación al hombre; solo basta mirar a nuestro alrededor
para percatarnos del discurso que se maneja “honrando” a las mujeres con
objetos, regalos y banalidades. Este día debe ser un día de reflexión y
denuncia para evidenciar la condición real en la que se encuentra la mujer
trabajadora a nivel nacional.
Nuestro país tiene la tasa más baja de participación laboral femenina
a nivel Latinoamérica (42.2 por ciento) es decir 30 puntos porcentuales por
debajo de la tasa de los hombres que asciende a un 76.6 por ciento. Al ser un
país dependiente del imperialismo, existe una participación femenina mayormente
en el sector terciario y sólo un 10.6 por ciento en el sector primario.
Se suma las condiciones laborales de explotación en las que se encuentra
la clase trabajadora y que en el caso de las mujeres se intensifica .ya que
ocupan empleos infravalorados; perciben salarios inferiores a los hombres, aun
cuando realicen la misma actividad; carecen de seguridad social y poseen menos
prestaciones ya que el ciclo laboral de la mujer difícilmente permite acumular
el tiempo requerido y cotizar lo suficiente para pensionarse; deben cumplir con
dobles o triples jornadas de trabajo, extra a las labores domésticas y la
crianza de los hijos.
En el caso del trabajo no remunerado de las mujeres, es decir, la
labor doméstica, se traduce en 36 horas de trabajo a la semana, y equivale a 19
por ciento del Producto Interno Bruto (PIB); hace apenas 4 años, a 41,100 pesos
al año equivalía la contribución de cada una de las mujeres a sus hogares por
realizar estas actividades. Del total de labores domésticas y cuidados familiares,
las mujeres realizan un 78.8% y los hombres participan con 21.1%. y al dividir
la contribución por sexo de acuerdo con la actividad realizada en el trabajo no
remunerado en el hogar, en todos los casos la aportación de las mujeres supera
el monto de los hombres; por ejemplo, en las actividades de alimentación las mujeres
participan con 85.6% del rubro, enseguida está la limpieza y cuidado de la ropa
y calzado, con 85.0 por ciento; mientras que la menor contribución de ellas
está en las compras y administración del hogar, con 56.8% del total de ese
bloque.
En cuanto a las actividades productivas, en 2012, el total de personal
ocupado en el sector construcción fue de 720,448 personas, con una participación
de las mujeres del 11.1%, el 33.9 por
ciento en industria manufacturera y de las 15 ramas económicas que ocupan mayor
cantidad de mujeres, se destacan la
fabricación de partes para vehículos automotores, la elaboración de productos
de panadería y tortilla, la confección de prendas de vestir, la fabricación de
productos de plástico y la fabricación de componentes electrónicos
En los llamados servicios privados no financieros (servicios
educativos, servicios de salud y asistencia social y servicios de alojamiento
temporal y preparación de alimentos y bebidas las mujeres participaron con el 47.7%
del total del personal ocupado y con el
14.9% del total del personal en actividades del sector transportes, correos y
almacenamiento, es decir 62,460 mujeres ocupadas.
En México las mujeres continúan falleciendo por causas maternas, durante
el año pasado fueron sonados lo casos de mujeres embarazadas que murieron
afuera de hospitales en Oaxaca, Veracruz y Guerrero, por falta de atención médica.
En 2012 la Razón de Mortalidad Materna (RMM) fue de 42.3. Enfermedades como el cáncer,
enfermedades cardiovasculares y diabetes se han incrementado de manera
importante; entre 1990 y 2012 el cáncer de mama aumentó de 12.2 a 17.1 muertes
por cada cien mil mujeres mayores de 25 años; la tasa de mortalidad por
diabetes se incrementó de 33.4 a 73.1 muertes por cien mil mujeres; en el caso
de las enfermedades isquémicas del
corazón pasó de 21.7 a 54.7 muertes por cien mil mujeres, es decir, un incremento de 60.3 por ciento. De los 38
millones de mexicanos sin acceso a servicios de salud 48.7 son mujeres.
En el aspecto educativo, las mujeres mayores de 15 años tienen en el
país un promedio de escolaridad de 8.5 año, en tanto que los hombres alcanzan
8.8 años; para el 2013, el 8.9 por ciento de las mujeres mayores de 15 años son
analfabetas, mientras que sólo el 6.4% de hombres se encuentra en esta
condición. Las mujeres adultas mayores y las indígenas son las que se
encuentran con mayor rezago educativo con tasas de analfabetismo de 28.7 y 35.1
por ciento, respectivamente.
El Estado policiaco-militar se ha desplegado a nivel país y ha demostrado las formas particulares de
represión y persecución contra los grupos más vulnerables; dando una revisión a
fondo de las prácticas represivas militares, paramilitares y policiacas que han
ejercido los regímenes gubernamentales sobre las mujeres, manifiesta el grado
de deshumanización y descomposición existente. Tal es el caso de la ejecución de
crímenes de lesa humanidad, como la detención arbitraria,
detención-desaparición, tortura y ejecuciones extrajudiciales.
Son
más de 110mil desapariciones forzadas en nuestro país, sin
embargo no existe una cifra oficial por parte del Estado en particular
en el caso de las mujeres, por lo que las investigaciones para dar con
su
paradero o el castigo a los responsables materiales, presentan
limitaciones.
Además de que estarían obligados a reconocer que prácticas tan
condenables con
lo es la desaparición forzada, aún se practican en nuestro país de
manera
sistemática.
La violencia institucional en contra de la mujer trastoca todas las esferas, a tal punto de que
a través de ella justifica otras prácticas producto del mismo sistema, desde la
violencia intrafamiliar, la violación, hasta como lo es la prostitución y la
trata de mujeres, tratando de manejarlos como hechos aislados y como
responsables a “algunos” militares, policías de rango inferior.
Organismos internacionales como la OIT o la ONU declaran que la
igualdad salarial entre hombres y mujeres será alcanzada hasta 2086 y 30 años
tener el mismo nivel en el ámbito de participación política o que la mujer debe
ser protagonista de los cambios, pero se debe trabajar más para alcanzar ese
objetivo, como el diseño de políticas públicas que se traducen en acceso a
oportunidades y mejor calidad de vida. Sin embargo, con toda intensión no tocan
el problema de fondo, el análisis del desarrollo humano a lo largo de la
historia, para dar una explicación real a todo lo anteriormente expuesto, como
lo es la sustitución del matriarcado, el paso de las relaciones matrimoniales
grupales y entre familiares hasta llegar a lo que hoy conocemos como familia
monógama.
La
familia monógama surgió al pasar de la comunidad primitiva a la
sociedad dividida en clases, junto a la
aparición de la esclavitud en la sociedad pierde la mujer su anterior
situación
privilegiada y se convierte en esclava del marido dentro de la familia,
en
persona carente de derechos en la sociedad, es decir el primer
antagonismo de
clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del
antagonismo
entre el hombre y la mujer. El marido alcanza una situación cada vez más
influyente en la familia, el derecho materno cae en desuso pues ya hay
un origen de los descendientes por lo tanto puede determinarse por la
línea del padre de sus
descendientes, cede entonces el puesto al derecho paterno. El hombre
empuñó
también las riendas de la casa, la mujer se vio degradada, convertida en
la
esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de
reproducción, generando prejuicios y valoraciones erróneas respecto a la
relación de pareja, el matrimonio, la soltería, etc.
Podemos decir entonces, que la desigualdad entre hombres y mujeres no
es una cuestión que se resolverá en tiempo, ni mayores políticas públicas, sino
que obedece al surgimiento de la propiedad privada y con ello al modo de producción
capitalista, tan voraz como lo conocemos ahora; por lo tanto la alternativa radica
en una reducación de la humanidad a través de adoptar conciencia de clase y así
trazarse el camino hacia el socialismo
en nuestro país y el mundo.
El ser humano debe ver en cada individuo la plenitud de sus dignidad
humana, la dignidad de la personalidad sin distinción entre hombre y mujer,
nacionalidad, grado de escolaridad etc. La liberación de la mujer radica en tener
acceso a la instrucción de todas las ramas de la ciencia y de la cultura a la
actividad social y policía, con los mismos derechos que el hombre y eso solo
puede conseguirse con un verdadero adoptando un papel activo y transformador
tanto de nuestro entorno, como de nosotros mismos
¡8 de marzo no se olvida, es de lucha, combativa!
¡Por la Unidad Obrero,
Campesino, Indígena y popular!
Frente Nacional de lucha por el Socialismo
FNLS
Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos
REDDH
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¡POR LA UNIDAD OBRERO, CAMPESINA,
INDÍGENA Y POPULAR!
FRENTE NACIONAL DE LUCHA POR EL
SOCIALISMO-PUEBLA
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