jueves, 12 de marzo de 2015

Pronunciamiento 8 de marzo

8 de marzo de 2015
A LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN
A LOS MEDIOS ALTERNATIVOS DE COMUNICACIÓN
A LOS ORGANISMOS DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POPULARES Y DEMOCRÁTICAS
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
AL PUEBLO EN GENERAL.
 
El Día Internacional de la Mujer Proletaria es parte de la memoria histórica en la que recordamos a todas aquellas mujeres que han luchado, y siguen luchando desde las diferentes trincheras contra la explotación económica y la opresión política; concientizándose y organizándose para la emancipación de los pueblos. 
El 8 de marzo es una reivindicación internacional que como organizaciones populares conmemoramos de manera combativa, denunciando las atrocidades generadas por el sistema capitalista y sus ideólogos que se empeñan en mantener su estatus quo a costa de la vida misma de millones de trabajadores.
Por primera vez en 1908, el partido socialista de EE.UU. conmemoró el día nacional de la mujer y dos años después se realizó la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague en la cual le dieron el carácter proletario al 8 de marzo, las demandas principales: reducción de la jornada laboral, mejores salarios y derecho de votar. Derechos humanos fundamentales que tuvieron como respuesta represiones masivas en los diferentes países en que se organizaban para manifestarse ya para el 19 de marzo de 1911 conmemoró el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con un mitin al que concurrieron más de un millón de mujeres que exigían, además el derecho a ocupar cargos público,  al trabajo digno y a la formación profesional. Ya para 1914 la conmemoración del 8 de marzo se realizó cada año por la dignificación de la mujer en todos los ámbitos de la vida humana. Hasta 1977 que la ONU se vio obligada a reconocer el 8 de marzo como reivindicación de derechos humanos, producto de las luchas tenaces de los pueblos del mundo .En Latinoamérica fue hasta la década de 1980 que se impulsó este día por la Conferencia Mundial sobre la Mujer, efectuada en México en 1975.
 Sin embargo esta fecha de reivindicación de la participación de la mujer en la lucha por la defensa de sus derechos, así como de la humanidad en su conjunto se ha intentado tergiversar a través del consumo y el fomento a una concepción de desigualdad con relación al hombre; solo basta mirar a nuestro alrededor para percatarnos del discurso que se maneja “honrando” a las mujeres con objetos, regalos y banalidades. Este día debe ser un día de reflexión y denuncia para evidenciar la condición real en la que se encuentra la mujer trabajadora a nivel nacional.
 Nuestro país tiene la tasa más baja de participación laboral femenina a nivel Latinoamérica (42.2 por ciento) es decir 30 puntos porcentuales por debajo de la tasa de los hombres que asciende a un 76.6 por ciento. Al ser un país dependiente del imperialismo, existe una participación femenina mayormente en el sector terciario y sólo un 10.6 por ciento en el sector primario.
Se suma las condiciones laborales de explotación en las que se encuentra la clase trabajadora y que en el caso de las mujeres se intensifica .ya que ocupan empleos infravalorados; perciben salarios inferiores a los hombres, aun cuando realicen la misma actividad; carecen de seguridad social y poseen menos prestaciones ya que el ciclo laboral de la mujer difícilmente permite acumular el tiempo requerido y cotizar lo suficiente para pensionarse; deben cumplir con dobles o triples jornadas de trabajo, extra a las labores domésticas y la crianza de los hijos.
En el caso del trabajo no remunerado de las mujeres, es decir, la labor doméstica, se traduce en 36 horas de trabajo a la semana, y equivale a 19 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB); hace apenas 4 años, a 41,100 pesos al año equivalía la contribución de cada una de las mujeres a sus hogares por realizar estas actividades. Del total de labores domésticas y cuidados familiares, las mujeres realizan un 78.8% y los hombres participan con 21.1%. y al dividir la contribución por sexo de acuerdo con la actividad realizada en el trabajo no remunerado en el hogar, en todos los casos la aportación de las mujeres supera el monto de los hombres; por ejemplo, en las actividades de alimentación las mujeres participan con 85.6% del rubro, enseguida está la limpieza y cuidado de la ropa y calzado, con 85.0 por ciento; mientras que la menor contribución de ellas está en las compras y administración del hogar, con 56.8% del total de ese bloque. 
En cuanto a las actividades productivas, en 2012, el total de personal ocupado en el sector construcción fue de 720,448 personas, con una participación de las mujeres del 11.1%,  el 33.9 por ciento en industria manufacturera y de las 15 ramas económicas que ocupan mayor cantidad de mujeres, se destacan  la fabricación de partes para vehículos automotores, la elaboración de productos de panadería y tortilla, la confección de prendas de vestir, la fabricación de productos de plástico y la fabricación de componentes electrónicos
En los llamados  servicios privados no financieros (servicios educativos, servicios de salud y asistencia social y servicios de alojamiento temporal y preparación de alimentos y bebidas las mujeres participaron con el 47.7% del total del personal ocupado y  con el 14.9% del total del personal en actividades del sector transportes, correos y almacenamiento, es decir 62,460 mujeres ocupadas.
En México las mujeres continúan falleciendo por causas maternas, durante el año pasado fueron sonados lo casos de mujeres embarazadas que murieron afuera de hospitales en Oaxaca, Veracruz y Guerrero, por falta de atención médica. En 2012 la Razón de Mortalidad Materna (RMM) fue de 42.3. Enfermedades como el cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes se han incrementado de manera importante; entre 1990 y 2012 el cáncer de mama aumentó de 12.2 a 17.1 muertes por cada cien mil mujeres mayores de 25 años; la tasa de mortalidad por diabetes se incrementó de 33.4 a 73.1 muertes por cien mil mujeres; en el caso de  las enfermedades isquémicas del corazón pasó de 21.7 a 54.7 muertes por cien mil mujeres, es decir,  un incremento de 60.3 por ciento. De los 38 millones de mexicanos sin acceso a servicios de salud 48.7 son mujeres.
En el aspecto educativo, las mujeres mayores de 15 años tienen en el país un promedio de escolaridad de 8.5 año, en tanto que los hombres alcanzan 8.8 años; para el 2013, el 8.9 por ciento de las mujeres mayores de 15 años son analfabetas, mientras que sólo el 6.4% de hombres se encuentra en esta condición. Las mujeres adultas mayores y las indígenas son las que se encuentran con mayor rezago educativo con tasas de analfabetismo de 28.7 y 35.1 por ciento, respectivamente.
El Estado policiaco-militar se ha desplegado a nivel país  y ha demostrado las formas particulares de represión y persecución contra los grupos más vulnerables; dando una revisión a fondo de las prácticas represivas militares, paramilitares y policiacas que han ejercido los regímenes gubernamentales sobre las mujeres, manifiesta el grado de deshumanización y descomposición existente. Tal es el caso de la ejecución de crímenes de lesa humanidad, como la detención arbitraria, detención-desaparición, tortura y ejecuciones extrajudiciales.
Son más de 110mil desapariciones forzadas en nuestro país, sin embargo no existe una cifra oficial por parte del Estado en particular en el caso de las mujeres,  por lo que las investigaciones para dar con su paradero o el castigo a los responsables materiales, presentan limitaciones. Además de que estarían obligados a reconocer que prácticas tan condenables con lo es la desaparición forzada, aún se practican en nuestro país de manera sistemática.
La violencia institucional en contra de la mujer  trastoca todas las esferas, a tal punto de que a través de ella justifica otras prácticas producto del mismo sistema, desde la violencia intrafamiliar, la violación, hasta como lo es la prostitución y la trata de mujeres, tratando de manejarlos como hechos aislados y como responsables a “algunos” militares, policías de rango inferior.
Organismos internacionales como la OIT o la ONU declaran que la igualdad salarial entre hombres y mujeres será alcanzada hasta 2086 y 30 años tener el mismo nivel en el ámbito de participación política o que la mujer debe ser protagonista de los cambios, pero se debe trabajar más para alcanzar ese objetivo, como el diseño de políticas públicas que se traducen en acceso a oportunidades y mejor calidad de vida. Sin embargo, con toda intensión no tocan el problema de fondo, el análisis del desarrollo humano a lo largo de la historia, para dar una explicación real a todo lo anteriormente expuesto, como lo es la sustitución del matriarcado, el paso de las relaciones matrimoniales grupales y entre familiares hasta llegar a lo que hoy conocemos como familia monógama.
La familia monógama surgió al pasar de la comunidad primitiva a  la sociedad dividida en clases, junto a la aparición de la esclavitud en la sociedad pierde la mujer su anterior situación privilegiada y se convierte en esclava del marido dentro de la familia, en persona carente de derechos en la sociedad, es decir el primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer. El marido alcanza una situación cada vez más influyente en la familia, el derecho materno cae en desuso pues ya hay un  origen de los descendientes por lo tanto puede determinarse por la línea del padre de sus descendientes, cede entonces el puesto al derecho paterno. El hombre empuñó también las riendas de la casa, la mujer se vio degradada, convertida en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción, generando prejuicios y valoraciones erróneas respecto a la relación de pareja, el matrimonio, la soltería, etc.
Podemos decir entonces, que la desigualdad entre hombres y mujeres no es una cuestión que se resolverá en tiempo, ni mayores políticas públicas, sino que obedece al surgimiento de la propiedad privada y con ello al modo de producción capitalista, tan voraz como lo conocemos ahora; por lo tanto la alternativa radica en una reducación de la humanidad a través de adoptar conciencia de clase y así trazarse el camino hacia  el socialismo en nuestro país y el mundo.
El ser humano debe ver en cada individuo la plenitud de sus dignidad humana, la dignidad de la personalidad sin distinción entre hombre y mujer, nacionalidad, grado de escolaridad etc. La liberación de la mujer radica en tener acceso a la instrucción de todas las ramas de la ciencia y de la cultura a la actividad social y policía, con los mismos derechos que el hombre y eso solo puede conseguirse con un verdadero adoptando un papel activo y transformador tanto de nuestro entorno, como de nosotros mismos
¡8 de marzo no se olvida, es de lucha, combativa!
¡Por la Unidad Obrero, Campesino, Indígena y popular!
Frente Nacional de lucha por el Socialismo
 
FNLS
Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos
REDDH
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¡POR LA UNIDAD OBRERO, CAMPESINA, INDÍGENA Y POPULAR!
FRENTE NACIONAL DE LUCHA POR EL SOCIALISMO-PUEBLA

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