*** Los hechos ocurrieron en los terrenos de Miguel Mayo, junto
a los carriles de caballos en Oluta, ya lo estaban esperando
Anastasio Oseguera ALEMAN
(Texto y foto El Mañanero diario).
Horrible muerte encuentra el ingeniero Adolfo Revueltas
Gómez quien fue ultimado de 2 machetazos uno por el rostro a lado de la sien
izquierda y el otro en el brazo izquierdo por varios sujetos que se
introdujeron al rancho desde muy temprana hora, para cometer su crimen que de
acuerdo a las primeras hipótesis fue un
ajuste de cuentas.
El ingeniero Adolfo Revueltas alquila pasto en los terrenos de Miguel Mayo que se encuentran a un costado de los carriles, siendo la entrada frente al hospital de Oluta, llegando alrededor de las 6 de la mañana para la ordeña, incluso todavía alcanzó abrir el falso para meterse con su camioneta de color rojo Expedition con placas de circulación YCE-45-69 del Estado.
Al llegar al rancho donde alquilaba pasto, estaban unas personas rosando y cuando abrió el falso se le fueron encima, gritando el ingeniero pidiendo auxilio a sus dos mayorales quienes salieron de inmediato en su ayuda, marcándole el alto uno de ellos con una pistola al señor Maximino Fortuna Alafita para que se regresaran de donde habían salido.
Después de cometer su fechoría salieron por todo el monte como para salir a la carretera de Oluta – Acayucan por el rancho de los Portilla, desapareciendo sus asesinos por arte de magia con rumbo desconocido.
El ingeniero Adolfo Revueltas alquila pasto en los terrenos de Miguel Mayo que se encuentran a un costado de los carriles, siendo la entrada frente al hospital de Oluta, llegando alrededor de las 6 de la mañana para la ordeña, incluso todavía alcanzó abrir el falso para meterse con su camioneta de color rojo Expedition con placas de circulación YCE-45-69 del Estado.
Al llegar al rancho donde alquilaba pasto, estaban unas personas rosando y cuando abrió el falso se le fueron encima, gritando el ingeniero pidiendo auxilio a sus dos mayorales quienes salieron de inmediato en su ayuda, marcándole el alto uno de ellos con una pistola al señor Maximino Fortuna Alafita para que se regresaran de donde habían salido.
Después de cometer su fechoría salieron por todo el monte como para salir a la carretera de Oluta – Acayucan por el rancho de los Portilla, desapareciendo sus asesinos por arte de magia con rumbo desconocido.
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