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Elementos federales resguardan a Guzmán Loera. Foto: Miguel Dimayuga. |
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- El uso de un teléfono
satelital fue crucial para que las autoridades lograran ubicar a Joaquín
Guzmán Loera, ya que el pasado lunes 17 hizo una llamada a uno de sus
subordinados a quien le pidió ayuda para escapar de Culiacán donde el
capo estaba oculto en un túnel.
Según informes de altos funcionarios del gobierno federal citados por el diario Reforma, la detención de El Chapo comenzó con la captura de Daniel Fernández Domínguez El Pelacas, quien fue atrapado en Puebla el pasado 12 de febrero.
Al ser capturado, El Pelacas tenía en su poder 20 teléfonos celulares y se había comunicado recientemente con El Chapo e Ismael El Mayo Zambada.
Varios de los aparatos, de acuerdo con la información que publica este domingo Reforma, tenían registros de llamadas a números con lada de Sinaloa que pertenecían al personal de seguridad de El Mayo, comandado por Joel Enrique Sandoval Romero El 19.
Al día siguiente la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y
elementos de la Marina llegaron al municipio de Reforma, Sinaloa donde
fue detenido Joel Sandoval y sus presuntos cómplices. Las corporaciones
contaban ya con datos como un mapa de vínculos, inmuebles, placas de
vehículos, restaurantes y fotos que los hijos de los narcotraficantes
subieron a las redes sociales.
Para detener a El Chapo hubo dos factores cruciales: uno de ellos fue que uno de los integrantes de la célula de El 19
llevaba en uno de sus celulares el número, que según dijo, era el de
Guzmán Loera. El otro fue el aviso de un informante a la DEA quien
afirmó que el capo se reuniría con El Mayo Zambada el pasado fin de semana.
El número correspondía a un teléfono satelital, lo que implicaba un
obstáculo para la PGR y la Armada. Sin embargo, la DEA proporcionó
geolocalizadores de última generación que rastrearon el aparato.
Inicialmente el teléfono satelital no fue ubicado ya que estaba
apagado. El lunes 17 el aparato fue encendido y salió una llamada de
Guzmán Loera pidiendo ayuda para huir de Culiacán donde permanecía
escondido en un túnel.
El aparato fue ubicado en un domicilio de la colonia Libertad de
Culiacán, a donde llegaron agentes de la AIC y marinos y localizaron
túneles ocultos debajo de tinas de baño, interconectados con el sistema
de desagüe, pero El Chapo ya había escapado.
Se detectó que el teléfono era encendido y apagado durante el día y
sólo se utilizaba para hacer llamadas. El mismo lunes 17 el aparato fue
ubicado en Mazatlán.
Las autoridades estudiaron durante algunos días los movimientos del
teléfono satelital para tener certeza de su ubicación, además de
estudiar los círculos de seguridad de El Chapo, los cuales presuntamente incluyen a agentes de la Policía municipal de Mazatlán.
La fuente involucrada en el operativo citada por Reforma indica que El Chapo fue
seguido toda la semana, tiempo durante el cual se detectó que conducía
una camioneta Cherokee color arena con un blindaje nivel siete, similar
al de los vehículos de la Embajada de Estados Unidos en México.
Se detectó que el último eslabón de su seguridad era Carlos Manuel Hoo Ramírez, su inseparable guardaespaldas.
La madrugada del sábado las elementos de la Armada finalmente
ingresaron al edificio de condominios Miramar, en la avenida Del Mar
608, colonia Tellería. Al entrar detuvieron a Hoo, quien los llevó al
cuarto piso.
Un funcionario aseguró que El Chapo estuvo todo el tiempo desencajado, sin poder creer que hubieran llegado hasta él.
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