Déjame que te cuente…
Por Sergio M. Trejo González.
Dos
meses, de gobierno municipal, resultan motivo importante para otra felicitación
al ayuntamiento. Se trata del segundo mes, de 28 días, equivalente a un total
de 59 días de trabajo arduo en lo que va del cuatrienio, que se han sentido
como 118 segundos, debajo del agua…jajaja. No crea usted nada, es solo un
chascarrillo, propio de la primavera que se avecina. Febrero ha servido para
que los ciudadanos contemplemos una catarata de gracejadas que Acayucan tiene ahora
como parte de su esencia. Los primeros 31 un días sirvieron para que se
desocuparan nuestras banquetas del primer cuadro de la ciudad, de tanto puesto
ambulante; para que se blanqueara nuestro palacio y se amenazara a los
inquilinos con un posible desalojo que se quedó en pura tramoya e intimidación,
pues los poseedores ajenos al ayuntamiento ni sudan ni se acaloran. No se comprende
porque primero se pintaron las paredes del
palacio y después levantaron las tejas. Iniciaron con un hidrolavado al piso del
parque para luego ponerse a remendar sus lozas y a mover la tierra de sus áreas
verdes. Es como primero lavarse las verijas y después las orejas. La falta de
oficio y el protagonismo suelen llevar a cualquiera por los tropiezos con sus
propias palabras, convirtiéndolo en un verdadero chivo en cristalería.
Me piden
que en este renglón anote lo relacionado con un artefacto que cuelga en la
columna del lado derecho subiendo las escalinatas, frente a la entrada de la presidencia
dando vuelta rumbo a la tesorería. Una botella colgando, como esos equipos para
diálisis o de suero por gravedad con cámara de goteo, transparente, contaminado,
para la administración de soluciones, esterilizado con KK, sin
capuchón protector de PE translúcido, con látex. Anillos externos de
separación, tubo verdoso y flexible de ME, tipo manguera: Long 190cm / Diámetro
ext./int.: 0,5 / 0,4mm.
Debe
significarse por aquí que, para la consecución del anunciado nombramiento de
aldea mágica, nuestro parque Benito Juárez, está sufriendo una devastadora
transformación: Ya demolieron el teatro al aire libre y construyeron una
cisterna, porque “dice mi mamá que siempre no se va a construir el
estacionamiento por debajo del parque, mejor lo edificaremos en el nuevo
mercado municipal de tres pisos”; le rasparon el tejado el kiosko, para repararlo
nadie sabe cómo, pero se aprecia que rescatarán esa fuente que lo circundaba cuando
se construyó. Habrá que ver qué diablos hacen con los árboles, plantas y zacate.
Todo mundo contempla un ejército de arrieras humanas devorando el césped y la
floresta en la intención de hermosearlo para que resulte de fantasía. La
intención es maravillosa porque nos mantiene en la expectativa y en la
curiosidad.
El
segundo mes de gobierno municipal, que tuvo tres días menos que el pasado enero,
nos ha brindado la oportunidad de contemplar cómo se fueron componiendo algunas
genialidades que no salieron muy bien. Como el asunto de la ornamentación de la
avenida Guillermo Prieto, en cuyo camellón central primero se le desforestó quitándole
su arboleda, arrancando los ficus, los tulipanes, buganvilias y alguna palmas
de las llamadas “arecas” que tenían como 10 años de plantadas; fueron cortadas
para sembrar arecas de escasos milímetros de tallo. Como en “la familia
peluche” que doña Federica regaló las viejas antigüedades de Ludovico, para
comprar antigüedades nuevas…Primero le pusieron piedra triturada luego la levantaron,
con todo y las platanillas orgásmicas, variedad chafa del Ave del Paraíso, que
habían sembrado para lueguito arrancar y sustituir por especies de isora chaparrona;
por el norte de la ciudad también se dio el reversase a los 16 topes colocados
sobre el libramiento de la carretera Costera del Golfo, reduciéndolos a 5
nomás…osea jelou! que el primer mes de trabajo hicieron algunas lactadas y en
el segundo las mejoraron, dando impresión de que no hay una idea de lo que
significa la arquitectura de imagen. Hay quienes se atreven a señalar que se
viene gobernando bajo la óptica de las ocurrencias. Yo no lo creo pero se sabe
que los mismos colaboradores cercanos al ayuntamiento se sienten como toritos
encohetados. Corren y se regresan, en la pendeja; sin saber en qué van a
aterrizar tantas ideas brillantes que van difuminando su esplendor, a como
vayan saliendo. Esto no es cosa de guasa, la política no es ópera bufa porque
podrían entonces fracasar ideas sensatas como la construcción de un nuevo
mercado o del rescate de Temoyo, no se puede convocar a nadie a una idea provisional,
sin proyectos y sin sustento técnico. Creo
que podemos saltar los inventos pero que no se lleven al terreno de los servicios
y que no se ajusten a las obras públicas, porque entonces sí que resultaría peligroso
para el pueblo y para las autoridades que tarde o temprano tendrán que
justificarse, no como hacen los contratistas sino como se obliga a los administradores
del erario público.
Separado
extravió de operaciones, tuvo lugar el 2 de febrero con la célebre “Feria del
tamal”, anunciada con bombos y platillos, como inédita exposición de cierta
variedad de tamales. Ahí tiene usted que asistimos a contemplar y a tratar de adquirir
alguna muestra de ese platillo popular mexicano, preparado con masa de maíz
rellena de carnes, vegetales, chiles, frutas, salsas y otros ingredientes,
envuelta en hojas de mazorca de maíz o de plátano, bijao, aguacate, maguey e
incluso papel de aluminio o plástico, y cocida en agua o al vapor. Algunos
vecinos y visitantes se dispusieron a realizar sus compras y consumo de tal
envoltorio para la hora del desayuno, la comida o la cena, en la comprensión de
que una feria es un evento de promoción, mercado y comunicación muy eficiente.
Hubo algunos empresarios que aceptaron la oportunidad de dar a conocer sus
productos o servicios y para conocer la reacción del público, creando las bases
de datos con posibles clientes. Sin embargo resultó que tal evento duró escasa
hora y media, pues una personita ordenó que la feria se convirtiera en una simple
tamaliza y, en esa condición, no hubo exposición ni venta de tamales. Todo se
redujo a una normal comelitona, para quienes acompañaban a las autoridades en
la inauguración, porque al público se le cerraron las ollas, desvirtuándose la convocatoria
que degeneró en un popular bailongo, con matices demagógicos, donde la
intención de crecimiento intelectual se convirtió en engorda de barriga. ¡Lástima!
se perdió la ocasión de instituir una tradición local, a propósito de La fiesta
de La Candelaria, que sabemos se vincula con la Rosca de Reyes. Porque a
quienes les toca el niño deben cumplir con la presentación en el templo el Día
de las Candelas, engalanado con su ropón y el trono para aposentarlo, y después
de la misa pasar a la merienda de los compadres, en la cual se sirve una
tamalada acompañada de salsas, atoles y chocolate.
El
asunto es que la enajenación o el paroxismo rompe todo el encanto de lo
planeado, todo se vuelve jiribilla insustancial, baile populachero que
efectivamente gana aplausos pero no traslada, no se trasciende a la obtención
de un rescate de costumbres ni se refleja en nuestra vida cotidiana algún sortilegio
que nos muestre como municipio bonito, exquisito, como para llamar la atención
y ganar siquiera el respeto como pueblo, para merecer un lugar en el calendario
de festividades en nuestro país.
«Panem
et circenses» es una locución latina peyorativa de uso actual que describe la
práctica de un gobierno que para mantener sosegada a la población u ocultar
hechos controvertidos, provee a las masas de alimento y distracción de baja
calidad y con criterios asistencialistas. Julio César mandaba distribuir el
trigo regalado. Aureliano continuaría la costumbre repartiendo a 300.000
personas dos panes gratuitos por día.
Eso de las
tertulias está bueno, porque la gente se divierte un rato, como estrategia para
recreo y banalización de la acción colectiva, que otorga la sensación de
participación y protagonismo a los individuos, cuando en realidad sólo se está
“matando al tiempo”. El tiempo y algo más, las energías y las fuerzas sociales
de cambio. La demanda de participación es canalizada y reutilizada hacia actividades
accesorias. Esa estrategia de superficialidad o vaciamiento de la participación
social tiende a distraer a las personas, en actividades supuestamente
colectivas y políticas cuya relevancia real está muy cerca al cero. Como el
caso de esa “consulta ciudadana” llevada a cabo para decidir el color en que
habrían de pintar nuestro palacio, es un ejercicio dirigido para que todos
decidan sobre nada. Una especie de “brújula del mercado” que concede al
participante la idea que “se le tiene en
cuenta”, que “es escuchado”, que su “voz importa”. Pero el resultado final es
la manipulación de un procedimiento que termina agotando a los mejores y
atontando a los menos críticos… por si hay que lavarse las manos como Poncio
Pilatos.
Acayucan
necesita recuperar cierto prestigio y categoría con su carnaval o con su fiesta
patronal, dejar de mostrarnos reducidos a una distracción, sicalíptica vulgar, en
la celebración del Rey Momo y al espectáculo de limosneros, disfrazados de
arrieros, en honor de San Martin obispo.
Pudiera repasar
a detalle las ocurrencias, los resbalones o la esterilidad municipal en el
segundo mes, pero necesitaría muchos del periódicos; además esto no es nomenclatura
de la esterilidad, sino la trata de una felicitación al ayuntamiento, porque ha
comenzado con mucho entusiasmo, cierto candor e inocencia pero bueno son
personas que le ponen frenesí. Los ediles no se despeinan porque todavía las
fotografías toman su mejor ángulo. Así es en toda luna de miel. Además resulta
inocuo precisar ahorita lo extraño de nombramientos y renuncias prematuras y reinstalación tácita en ciertos
cargos de dirección o la permanencia atrás
de la raya o el caso de una docena de amigos que todavía esperan un lugar en la
CAEV o en el Registro Civil, o en Hacienda del estado, en Tránsito o en la Junta
de Conciliación o a donde se les prometió chamba. Así podíamos igual acentuar
las declaraciones sobre reclamos millonarios de ex empleados que parece un gran
conflicto. Habría que consultarlo con alguien que no se bañe con el agua
bendita que lleva para su molino; que no esconda provechos combinados entre las
partes. Con mayor precisión y criterio imparcial, sin mano negra, bajita y
directa, conocedor de las fórmulas de solución de conflictos en una ejecución
laboral… sin intereses en uno y otro bando.
Termino
resumiendo, a petición de los vecinos, el atentado que significa edificar oficinas
en la Sala de Cabildo de nuestro palacio municipal. ¡Hágame usted el cabrón
favor! Ese lugar es un espacio solemne, que debe ser conservado y usado para
actos protocolarios. Hasta la saciedad hemos anotado que se necesita de un auditorio
para conciertos, conferencias y ceremonias y espectáculos. Alguien me llamó por
teléfono suplicando histéricamente y su servidor así lo trasmite: “Detengan esa
barbaridad…°#_$H+´?{V}X!#%&; lo único que tenemos para medio resolver
nuestras necesidades de exposición cultural es la sala de cabildo”. En la vida:
hay tiempos en los que solo hay preguntas, y tiempos inesperados en el que
llegan las respuestas. El tiempo se demora un siglo en modelar la tierra; el
tiempo tarda medio siglo en formar un sabio; y en pocos segundos las olas
acarician la arena... ¿Qué duende loco gobierna el tiempo?
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