CLAROSCUROS
Por José Luis Ortega Vidal
(1)
Si al
Estado le urge un Poder Legislativo digno y –por definición- independiente,
nuestra sociedad requiere de una prensa libre de toda clase de ataduras,
incluidas las que ella misma se procura.
También
precisa la construcción de un Poder Ejecutivo eficiente y autocrítico.
Para que
cada actor social ejerza con plenitud y carácter de Estado su papel, debe
entender a fondo cuál es éste.
(2)
El mensaje
de Javier Duarte de Ochoa por su Tercer Informe de Gobierno, leído la noche del
viernes 15 de noviembre en el castillo de San Juan de Ulúa, estuvo plagado de
afirmaciones que generan múltiples dudas.
Duarte de
Ochoa fue Secretario de Finanzas en un buen tramo del gobierno de Fidel Herrera
Beltrán. ¿Qué tanto se autocritica el actual gobernador al momento de afirmar que
tres años atrás recibió un estado con serios problemas económicos?
(3)
Con
respecto a los medios de comunicación, en todo México -pero particularmente en
Veracruz- durante el siglo XX y en lo que va del siglo XXI, la prensa
independiente ha sido casi un fantasma; es tan poca que su influencia en la
opinión pública casi no existe.
En los
días que corren, los avances tecnológicos modifican día con día las
circunstancias del fenómeno de la comunicación y la llamada comunicación social
o comunicación política no son la excepción.
No
obstante, el control de medios audiovisuales e impresos de parte del Estado
sigue permeando el grueso de la información que llega a la mayor parte de la
población.
Así las
cosas -con todo y las redes sociales- la llamada Opinión Pública se forma a
partir de puntos de vista mayoritariamente sesgados y poco objetivos.
La
sociedad mexicana y la veracruzana en particular -salvo honrosas excepciones-
carecen de una Prensa crítica, independiente del control económico de los
grupos en y del poder, que opere en condiciones laborales, económicas y
sociales adecuadas; analítica más que expositiva.
Reconocer
este fenómeno, implica un ejercicio de autocrítica de parte de quienes
ejercemos el periodismo; pero también abarca la responsabilidad del Estado que
durante décadas ha propiciado la permanencia de medios de comunicación
“afines”, antes que libre pensantes.
Empresas
que no pagan ni Seguro Social; políticos metidos a empresarios periodísticos;
periodistas auto sometidos; etcétera; son elementos que laceran la condición
histórica del llamado –con cierto dejo de humor negro- “el cuarto poder”.
(4)
En este
contexto, la afirmación del gobernador Duarte en el sentido de que el suyo es
un gobierno de “cosas bien hechas”, constituye una afirmación sujeta a un
proceso de difusión que no tiene competencia en una sociedad poco democrática
como la nuestra.
¿Contra
cuáles datos duros, opiniones, análisis, encuestas, se confronta esa
afirmación?
¿Dónde se
escuchan o ven suficientes programas de análisis periodístico que conlleven un
debate, una valoración de lo dicho por el gobernador?
Hay tal
control de los medios de información que el dicho del
gobernante es –en buena medida- lo más leído y escuchado, de modo tal que
termina convirtiéndose en una verdad casi incuestionable.
En la
entrega anterior de Claroscuros propuse la creación de una Comisión por la
Dignidad del Poder Legislativo.
Propongo
ahora el impulso de figuras como el Plebiscito o el Referéndum, para que el
gobierno escuche el sentir, la opinión, los puntos de vista de la población en
general respecto a su accionar.
Más que
la auto calificación y la auto evaluación, un gobierno democrático debe tomar
en cuenta la visión de aquellos a los que representa; aquellos que le dieron su
voto y a quienes debe lo que es; aquellos que son esencia en un ejercicio del
poder inteligente y constructivo.
(5)
En
términos estrictamente políticos, Javier Duarte de Ochoa marcó un deslinde del
gobierno y figura de Fidel Herrera Beltrán y lo hizo de tal modo que todo
parece responder a un acuerdo con el propio personaje que le impulsó para ser
hoy el jefe del ejecutivo veracruzano.
Como sea,
la figura de Duarte de Ocho ha quedado fortalecida.
Sobre
todo por la presencia de César Camacho Quiroz, un personaje del círculo cercano
al Presidente Enrique Peña Nieto, que vino, vio y escuchó el refrendo del
gobernador jarocho al liderazgo nacional del ocupante en turno de Los Pinos.
No hay sorpresas
en ningún sentido en torno a esta separación de Herrera Beltrán, quien apenas
en julio pasado jugó un papel clave en el proceso electoral de la entidad; así
con en el refrendo del apoyo a la agenda de Peña Nieto que impulsa las Reformas
Estructurales como la principal carta política de su sexenio.
Ni más ni
menos.
(6)
Junto al tema
político, el discurso de Javier Duarte abordó temas clave como la economía y la
seguridad.
Este
último, resulta particularmente delicado y ciertamente, el Veracruz de tres
años atrás no es el mismo.
Empero,
lejos estamos de cantar victoria al respecto y tres años que vienen no serán
suficientes porque la violencia en las calles y los hogares mexicanos proviene
de circunstancias internacionales y nacionales, amén de estatales, regionales y
locales.
Los datos
ofrecidos al respecto por Javier Duarte de Ochoa son esenciales para observar
cómo se aprecia el fenómeno de la inseguridad desde la perspectiva
gubernamental.
Habrá que
hacer los comparativos obligados con otras fuentes de información y establecer
los análisis respectivos.
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