José Manuel Mireles, líder de la autodefensa. Foto: Benjamin Flores |
Lo
han acusado de actuar en la ilegalidad, de violentar el estado de
derecho, de ser un exconvicto. Pero José Manuel Mireles, uno de los
líderes referentes de los grupos de autodefensa de Michoacán, rechaza
las imputaciones y dice a Proceso que el movimiento de
resistencia surgió por el hartazgo de ser víctimas eternas del crimen
organizado ante la inacción o complicidad de las autoridades. A quien
llaman “el doctor de la mirada fría” invita a los habitantes de todos
los municipios de ese estado a seguir su ejemplo, a “quitarse el miedo”.
“No queremos a los criminales, ni siquiera a los que tienen charola,
curul, poder gubernamental”, sentencia.
TEPALCATEPEC, Mich. (Proceso).-
José Manuel Mireles Valverde, dirigente del grupo local de autodefensa
ciudadana, interrumpe momentáneamente la entrevista con este semanario
cuando le informan por radio que los Caballeros Templarios están
atacando a sus compañeros en un paraje del municipio de Aguililla. Pide
una ambulancia para recoger a los heridos, pero el vehículo está
descompuesto.
Miembros de la autodefensa llegan a las
instalaciones de la empresa ganadera a la entrada de esta población, su
centro de operaciones. Al mismo tiempo pasan por ahí dos vehículos con
soldados. No se detienen. Las autodefensas suben a sus camionetas y
salen a toda velocidad para apoyar a sus compañeros. En el
radiorreceptor se escuchan voces desesperadas de auxilio.
Es la
noche del miércoles 20 –conmemoración de la Revolución Mexicana– y los
integrantes del grupo de autodefensa ciudadana de Tepalcatepec celebran
más bien la ayuda que desde cuatro días antes empezaron a dar a los
habitantes de Tancítaro, quienes decidieron armarse y hacer frente al
crimen organizado.
“El pueblo manda. Sólo el pueblo puede defender
al pueblo”, sentencia Mireles y agrega que todos están dispuestos a
morir para defender a su familia, sus propiedades y trabajos y liberarse
de 12 años de estar bajo el yugo del crimen organizado.
Mireles
es uno de los coordinadores del Consejo Ciudadano de Autodefensas y
Comunitarios de Michoacán y se ha convertido en el personaje de
referencia dentro del surgimiento de esos grupos en Tierra Caliente, la
Meseta Purépecha y la Costa desde el pasado 24 de febrero. Viaja en una
camioneta negra cargada de medicamentos y su clave radial es “Cruz
Roja”.
Cirujano egresado de la Universidad Michoacana, según
publicaciones locales de 1984 a 1986 ocupó algunos cargos en el PRI
local. El vocero del gobierno michoacano, Julio Hernández lo acusó, sin
presentar pruebas, de haber estado en la cárcel de 1988 a 1992 por
cargos de siembra y cosecha de mariguana, acusaciones que el médico
rechaza tajante.
Con más de 50 años y 1.90 de estatura Mireles es
conocido por los militares como “el doctor de mirada fría”. Fuerte, con
bigote tupido y pelo cano algo crecido, no esconde su rencor contra el
crimen organizado porque, dice, fue secuestrado, a su padre le quitaron
propiedades y a varios de sus familiares los han asesinado.
(Fragmento del reportaje principal que se publica en Proceso 1934, ya en circulación)
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