Layún, Ochoa, Raúl Jiménez, Arce, Peña y Jiménez. Derrota en Costa Rica. Foto: AP |
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Estados Unidos le dio oxígeno
extra a México. Por la escuadra que más odia la afición azteca, el
llamado Tri no está eliminado del Mundial de Brasil.
Por la escuadra de las barras y las estrellas que venció con un
equipo de suplentes 3-2 a Panamá, por increíble que parezca, México
jugará los partidos de repechaje ante Nueva Zelanda en noviembre. Y eso,
a pesar de que los dirigidos por Víctor Manuel Vucetich perdieron 2-1
ante Costa Rica.
La oportunidad de que México juegue dos partidos más en busca de su
pase a la Copa del Mundo se decidió en los minutos finales del juego
entre Panamá y Estados Unidos. Los panameños ganaban 2-1, pero en la
agonía del encuentro Estados Unidos metió dos goles y definió la suerte
de Panamá y de México.
Así, México prolonga, con el regalo estadunidense, su peor participación histórica en las eliminatorias de Concacaf.
México sigue con vida a pesar de sus números negativos. Tiene oxígeno
con dos juegos ganados, cinco empatados y dos derrotas. ¡Con 11 puntos
conseguidos de 27 posibles!. ¡Con seis goles a favor y siete en contra!.
Eso sólo ocurre en el área de Concacaf, zona que te da tres pases
directos a la Copa del Mundo y una cuarta posibilidad por la vía del
repechaje.
La historia
El drama de la última jornada del hexagonal final se presentó de manera simultánea en los escenarios de Panamá y Costa Rica.
México estuvo fuera de Brasil durante ocho minutos, cuando Panamá le
marcó al minuto 83 a Estados Unidos el gol que lo puso en ventaja
momentánea (2-1). Con ello desplazaba al equipo tricolor de la repesca
contra Nueva Zelanda, porque el Tri ya perdía 2-1 con Costa Rica.
Pero de pronto, Estados Unidos, que presentó un equipo en su mayoría
con jugadores suplentes, marcó el par de anotaciones sobre tiempo de
reposición y así le dio vida de manera inmerecida a la peor versión de
la selección mexicana.
El milagro se consumó no por méritos de los nacionales, ni de su
entrenador y mucho menos por sus directivos, sino por los arrestos que
demostró el equipo de suplentes de Estados Unidos.
México jugó en el Estadio Nacional de Costa Rica con la calculadora
en la mano y aferrado a la ilusión de una favorable combinación de
resultados.
La pesadilla mexicana inició cuando Javier Chicharito Hernández se
perdió un gol cantado: solo ante la portería, en lugar de tirar, intentó
parar el esférico que salió en dirección a Oribe Peralta, quien estaba
en fuera de lugar.
Y al minuto 24, el equipo mexicano ya estaba abajo tras un zurdazo
del capitán costarricense Bryan Ruiz: El 1-0 dejaba al tricolor fuera
del Mundial porque Panamá, en ese momento ganaba 1-0 a Estados Unidos.
La situación se recompuso cuatro minutos después. Oribe Peralta
acertó tras encontrarse con un rebote del portero local. Fue su noveno
gol, y el tercero de los últimos cuatro goles anotados por la selección
nacional.
Pero todo se vino abajo al minuto 63 cuando Álvaro Saborío marcó el
segundo tanto de los ticos con un remate de cabeza a placer, luego que
Rafael Márquez perdió la marca del jugador.
Todavía, Costa Rica pudo aumentar la cuenta, con un impacto de Bolaños que estrelló en el poste, diez minutos después.
Aún más: el árbitro le perdonó un penal al mexicano Rafael Márquez al derribar a un adversario dentro del área a los 79 minutos.
México perdió en suelo tico después de 21 años, pero en el estadio
Nacional extravió algo más que el orgullo y la vergüenza. Y la historia
aún no concluye.
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